Geopolítica de los recursos naturales

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Los reyes magos eran ambientalistas

por. Diego Díaz Martín, PhD. @DDiazMartin (*)

Los famosos Reyes Magos del oriente eran ambientalistas, demostrado por su amplio conocimiento sobre el medio y la ecología en general. Tal conocimiento les permitió adquirir la fama milenaria, más allá de si eran magos o reyes, destacando el importante mensaje de amor y adoración que brindaron al niño recién nacido en Belén según la religión cristiana.

Melchor, Gaspar y Baltasar son sus nombres más aceptados, aunque su existencia siga siendo parte de un misterio convertido en tradición de inicio de año, en el cual de acuerdo con la opinión de algunos intérpretes de las sagradas escrituras, más que tres pudieron haber sido en realidad 4, 7 y hasta 12 caminantes.El vínculo de los Reyes Magos con lo ambiental en indudable. Para comenzar, emprendieron su camino siguiendo una estrella, que les condujo en forma inequívoca al lugar donde estaban Jesús y su madre María, apoyados de un firmamento que suele ser la mayoría de las veces el mejor sistema de navegación, nada contaminante y extraordinariamente confiable. Sobre este particular existen interpretaciones de que estos sabios eran astrólogos babilonios o sacerdotes persas, cultivadores de las ciencias -particularmente la astronomía- desde el punto de vista teológico.Otro aspecto ambientalista relevante de estos distinguidos visitantes en Belén son las ofrendas que brindaron al hijo de Dios hecho hombre, consistente de tres extraordinarios recursos naturales obsequiados con un gran valor simbólico: Oro, Incienso y Mirra.

El Incienso es una resina aromática quemada en ritos religiosos en honor a Dios, al cual se le atribuyen poderes especiales en ceremonias creyentes. El mismo se obtiene de diferentes especies de Boswellia, un árbol que crece en África y la Península Arábiga.

La Mirra, por su parte, es una sustancia perfumada usada para preparar el cuerpo para la sepultura, con lo cual probablemente se aportaba una señal de que Jesús era un hombre y algún día moriría. La Mirra constituye una resina aromática que exuda la Commiphora myrrha, un árbol que de forma natural crece al noreste de África, en Arabia y Turquía.

El Oro es un metal blando, brillante y de alto valor económico, que se encuentra normalmente en estado puro, en forma de pepitas y/o depósitos aluviales. Su distribución en el planeta es amplia, y países como China, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos, Canadá y Rusia, figuran entre los más productores.

En toda esta simbología, el Oro honraba a Jesús como Rey, el Incienso adoraba a Jesús como Dios, y la Mirra a Jesús como Hombre.

En cuanto a su transporte a través del desierto, siempre se ha dudado si se trasladaron en camellos o dromedarios, sin embargo, tomando en cuenta la gran distancia que debieron recorrer desde sus lugares de origen hasta Belén, en solo 13 días desde la aparición de la famosa estrella, es más probable que hayan utilizado dromedarios, que son más veloces y soportan más peso que un camello, con un mayor rendimiento en sus recorridos, propios de sistemas de transportes ecoeficientes y sustentables.

El comportamiento determinado por las condiciones de vida de entonces y de aún en muchos lugares del planeta hace de los Reyes Magos auténticos individuos responsables de su entorno, en medio de una filosofía de convivencia armónica con él, basada en el poco consumo de recursos, una mínima producción de residuos y desechos, y un ahorro sistemático de bienes y servicios como el agua dulce aprovechable cuando realmente se necesite.

Finalmente, la diversidad étnica y cultural de Gaspar, Melchor y Baltasar también los convierte en un excelente referente ambiental, propio de la diversidad biológica del planeta. Tal y como lo sugiere un venerable monje benedictino, conocido como Beda, Melchor era un anciano de cabellos blancos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, negro. Según esta consideración, los reyes magos podrían ser representantes de Europa, Asia y África, para así acentuar la soberanía universal del ilustre recién nacido sobre todas las razas y países.

Hoy en día los árboles de los que se extrae el incienso están sufriendo una drástica disminución y de aquí al 2027 se prevé que su población se reduzca a la mitad. Además, se predice que el número de árboles se podría reducir 90 % en los próximos cincuenta años. Igual destino corre la mirra, aunque nuevos productos con propiedades similares han sido descubiertos. Qué decir del oro cuyo aprovechamiento por lo general implica técnicas no sustentables, que muchas veces suelen traer más problemas que beneficios.

Si bien el destino de los Reyes Magos luego de la adoración del hijo de Dios es incierto, es probable que hayan regresado a sus lugares de origen, plenos de lecciones luego de haber cumplido con su misión, en espera de un nuevo desafío que les perpetúe en la eternidad en la memoria de las futuras generaciones.

Después de todo, así son los ambientalistas, desafiantes ante la incertidumbre, triunfadores a veces, desconocidos o memorables en decenas de momentos, y hasta muchas veces incomprendidos, casi intangibles como una leyenda, independientemente de la religión que practiquen.

Sigamos el ejemplo de los Reyes Magos y aprendamos a convivir con nuestra naturaleza, valorando sus inmensas potencialidades, sin dejar de reconocer la finita condición de su existencia y sus impostergables desafíos de conservación.

El ambiente tiene todas las respuestas a la vida. Conservémosla en paz y armonía.



Por Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS A.C. y Director Ejecutivo de ONGVitalis Latinoamérica. Profesor del Tecnológico de Monterrey y de la Red de Universidades Anáhuac en México.

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Toallas Sanitarias Reutilizables, ¿Realmente Ecológicas?

Por Dr. Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS (*)

Recientemente se dio a conocer a través de una televisora del gobierno, un video con una propuesta de “toallas sanitarias ecológicas”, promovida por una cooperativa socio-productiva. Debo confesar que el entusiasmo de sus proponentes me convenció a verlo completo, antes que fuera retirado de YouTube el día de hoy.

Pese a que no se trata de una idea original, pues solo en esa red social existen alrededor de 300 videos con propuestas afines, la información captó la atención de mucha gente en Venezuela, en especial de las damas.

Como es de esperar, no soy usuario de estos utensilios, por lo que decidí hacer una consulta entre mis colegas mujeres, no sólo como “usuarias frecuentes” de un insumo como éste, sino como conocedoras del impacto ambiental de estos recursos de primera necesidad. La respuesta ante mi pregunta no se hizo esperar: de 35 damas, todas prefirieron la opción desechable pese a su impacto ambiental, alegando que la opción reutilizable era “inaceptable en el mundo moderno de hoy”, “una vuelta al pasado”, “una pérdida de confort” y hasta algunas se atrevieron a tildarla de “asquerosa”.

Siendo consistente con la causa ambiental que es la que realmente me ocupa, debo reconocer que proponer la sustitución de un producto desechable por uno reutilizable, es siempre útil para el ambiente y debe ser evaluado. Los impactos ambientales negativos de una toalla sanitaria desechable existen, y aunque no han sido tan estudiados como uno se imaginaría, se estima que un artículo femenino de estos tirado al aire libre, puede durar en la naturaleza entre 100 y 300 años sin degradarse, dependiendo de su composición, y del grado de exposición a la intemperie, en particular del sol, el aire y la lluvia.

Sin embargo, en el mundo de hoy, en el que las mujeres han logrado tantas conquistas, sería absurdo pensar que en reduzca_la_reutilizacion_reciclan_el_logotipo_pegatina-r1be16fbe1d184c7185e85ec860be29b5_v9waf_8byvr_512este siglo se intente volver a los hábitos de nuestras abuelas, cuando existen alternativas para reducir y mitigar los daños ambientales, y en todo caso, compensarlos. Tan seguro estoy de esto, que si a mis abuelas les hubiesen dado la opción de usar la opción descartable, no lo hubiesen dudado, pues la dinámica de la modernidad en la que hoy en día se ejerce la comodidad, el tiempo nunca es suficiente.

También creo importante reconocer el esfuerzo de algunas empresas en propiciar distintos modelos y diseños, con nuevos materiales, que reducen el consumo de materiales, y disminuyen las reacciones adversas al contacto, bien estudiadas por los especialistas. Sin embargo, es pública y notoria la materia pendiente de disminuir sus impactos ambientales, por lo que se requieren nuevos y mejores productos ecodiseñados, donde se promueva el uso de materiales biodegradables, la reducción en el consumo de materiales, y la disposición final rápida y segura, además de la reducción del consumo de agua y energía en su producción.

Algunas lectoras en las redes sociales me han pedido que no deje por fuera los efectos que para la salud humana tienen las toallas sanitarias desechables, que ocasionan alergias y otros efectos en algunas mujeres, lo cual debe ser abordado con responsabilidad por los fabricantes, bajo la supervisión de las autoridades. Asimismo, los gobiernos deben promover los estímulos requeridos para incentivar la investigación y el desarrollo de nuevos proyectos como la Copa Menstrual y las Emponjas Marinas, creando alternativas hipoalergénicas y libres de restricciones propias de los mercados transnacionales que limitan su utilización.

En cuanto al uso como abono para las plantas de la sangre y los otros fluidos menstruales, desprendidos del lavado de la toalla sanitaria reutilizable (ya usada),  me gustaría precisar que es una muy mala idea. Si bien existen algunas iniciativas en las que se usa la sangre de animales como abono, tras procesos químicos y biológicos muy cuidadosos y rigurosamente controlados, no es menos cierto que para lavar estas toallas sanitarias seguramente debería usarse mucha agua (a veces no disponible en algunas zonas del país), además de jabón y hasta quizás cloro, estos últimos contaminantes para los suelos y las mismas plantas, por lo que deben ser tratados apropiadamente.

Para los ambientalistas resulta claro que las toallas sanitarias reusables ocasionan menos impactos ambientales que las desechables. Sin embargo, no son “ecológicas”, pues  se trata de un producto de higiene íntimo que, para lavarse, requiere utilizar sustancias químicas y agua, además que al presentarlas en diseños y colores, seguramente se usaron tintes contaminantes, sin olvidar que en la producción del algodón y las telas, probablemente usaron fertilizantes.

Con tantos problemas ambientales importantes en el país, llama la atención que se dedique tanta atención a esta propuesta a distintos niveles, lo cual hace dudar qué está detrás de la misma, y si la escasez de marcas o la falta de materiales para su elaboración, o el contexto político actual, permean una propuesta que a todas luces no es ecologista.

Si algo bueno puedo sacar de esta experiencia, es el entusiasmo de las jóvenes en su propuesta, pues están buscándole solución a un problema que en algún momento debe ser abordado profesionalmente, sin comprometer el confort y calidad de vida lograda en la presente generación de mujeres. Sin embargo, como docente e investigador les recomendaría asesorarse mejor con algún experto ambiental, asegurándose de no cometer errores de otras propuestas similiares.

A las empresas, por su parte, espero les quede claro el mensaje que deben continuar sus esfuerzos para ecodiseñar sus productos, disminuyendo sus impactos ambientales negativos a lo largo de su ciclo de vida, sin comprometer la comodidad y la salud de sus usuarias, pero reduciendo los daños ambientales de sus productos, por más útiles que puedan ser o parecer, y sin olvidar sus efectos adversos en la salud de algunas personas.

Con tantos problemas ambientales importantes para el país, las “toallas sanitarias ecológicas” quedan dentro de la larga lista de pendientes en la posición “quién sabe”, y además forman parte de los desechos considerados infecto-contagiosos de acuerdo con la Ley, por lo que deben ser manejados con cuidado. Con esto no quiero decir que no sea un problema ambiental que deba abordarse en algún momento, sin embargo frente a la lista de más de 70 problemas ambientales estudiados por VITALIS a finales del 2012, creo que es imprescindible priorizar y no dejarse llevar por la diatriba política.

En un país como el nuesto, lo importante debería ser lo realmente urgente, sin tildes partidistas ni mensajes ideologizantes, de cualquiera de los bandos en conflicto, y menos aún, con un código postal diferente al de Venezuela.

(*) Diego Díaz Martín también es Jefe del Departamento de Estudios Ambientales de la UNIMET.

Email: ddiazmartin@vitalis.net

Twitter: DDiazMartin

Reciclar no lo es todo, pero ayuda.

ImagePor Ing. Vladimir Valera (vvalera@vitalis.net). Director de Ecoeficiencia y Producción Limpia de VITALIS. Profesor de las Universidades Metropolitana y Simón Bolívar.

Son evidentes los beneficios ambientales y socioeconómicos que trae consigo el reciclaje de diferentes tipos de materiales, sin embargo pensar únicamente en él como estrategia para disminuir o evitar los impactos de la generación de residuos y desechos es un error total. La estrategia debe ser pensar primero en los mecanismos para reducir la generación de residuos y desechos, tanto a nivel de productor como a nivel de consumidor. Lamentablemente lo que observamos a diario son acciones tendentes únicamente al reciclaje, que como toda actividad humana, y dependiendo de las condiciones de cómo se realice, también puede tener sus impactos, como un mayor consumo energético, generación de otros contaminantes como dioxinas y furanos, o afectación de la salud de las personas ante la exposición a materiales peligrosos, solo por mencionar algunos efectos negativos.

Lo anterior es preocupante en un país como Venezuela, donde no existen políticas gubernamentales y metas claras a mediano y largo plazo, sobre la reducción de desechos y reciclaje de materiales, y donde las capacidades de las empresas que se dedican al reciclaje son bajas en comparación a la generación de desechos. Lo anterior ocasiona que muchos proyectos e iniciativas de reciclaje en el país no sean sustentables en el tiempo por falta de mercado. Esto nos debe hacer reflexionar sobre lo que debemos hacer y es pensar de manera integral, partiendo de la reducción de desechos, la recuperación de lo que irremediablemente se genere, su reuso o reciclaje.

Otra equivocación que generalmente se comete al hablar de reciclaje es pensar que todo lo que las personas realizan es reciclaje, y esto se debe aclarar.  El reciclaje comprende procesos de transformación físicos y/o químicos de los materiales, que luego pueden dar  origen, a través de otros procesos productivos, a bienes similares o distintos que los originales.

Es claro que para poder llegar al reciclaje, primero se debe pasar por los procesos de segregación, almacenamiento y recuperación de los residuos, actividades que realizan el común de las personas, pero que no necesariamente conduce a un reciclaje, ya que está la opción del reuso, es decir, utilizar nuevamente el residuo manteniendo su condiciones físicas originales, como por ejemplo, un envase de vidrio, o la recuperación de energía de los materiales a través de procesos como incineración, uso de biodigestores, entre otros.

Aún cuando en Venezuela no hay cifras oficiales sobre generación, composición y reciclaje de residuos y desechos, a pesar de unas cuantas iniciativas puntuales que se ha desarrollado de estimaciones de datos, no es temerario indicar en el país, siendo muy optimistas, se recupera, reusa o recicla menos de un 15% de los residuos que se generan a diario. Lo anterior nos sitúa en un contexto mucho más claro de la situación del reciclaje en Venezuela.

¿Qué necesitamos para mejorar el reciclaje o reuso de materiales en Venezuela?

Son muchos aspectos que estamos pendientes por resolver, sin embargo aquí se mencionan algunos pero sin intenciones de ser limitativos:

  1. Reglamentaciones más específicas de las leyes en torno a la segregación, recuperación, reuso y/o reciclaje, especialmente a nivel de ordenanzas municipales.
  2. Políticas gubernamentales serias que promuevan además de la reducción de la generación de desechos, el reuso y reciclaje de los diferentes residuos.
  3. Promover la creación de nuevas empresas públicas o privadas para el reciclaje de materiales.
  4. Incentivar el consumo de bienes que utilicen materiales reciclados a través de incentivos económicos o fiscales.
  5. Educación ambiental, entre otros.

Twitter: @valeram

Más info sobre reciclaje en: www.vitalis.net

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=79tGnxU3dfY&w=420&h=315]

Si se puede (a propósito del Día Mundial de las Playas)

por Dr. Diego Díaz Martín (*)

Foto: Carla Gabriela Díaz Giammarino

Hace un poco más de dos décadas me encontraba en FUDENA, con un equipo humano extraordinario, pensando que podíamos hacer para promover la conservación de los ambientes costeros. Recuerdo que le dije a mi jefe Glenda Medina, que teníamos la oportunidad de promover en Venezuela un día internacional para conservar las playas, y comenzamos a buscar ideas, hasta encontrarnos con la campaña de limpieza de costas del Center for Marine Conservation de los Estados Unidos, hoy conocido como Ocean Conservancy.

Confieso que al principio no fue fácil conceptualizar una jornada que centrara la atención nacional e internacional en torno a las playas, destino favorito por la mayoría de los venezolanos para vacacionar. Era tal la emoción que imaginaba muchas cosas, al punto que una compañera de la oficina decía que mi bombardeo de ideas simulaba en mi cabeza a una máquina de cotufas (palomitas de maíz).

No fue difícil entusiasmar a los primeros colaboradores en las costas de Falcón y Vargas, que sirvieron de prueba piloto para impulsar la primera jornada que titulamos “Día Internacional de las Playas”, donde participaron alrededor de 200 voluntarios en el año 1989.  21 años después, con más de 450 localidades, no sólo costeras, todas las organizaciones convocantes han logrado movilizar a más de 20 mil voluntarios.

Para un conservacionista convencido, la participación de la ciudadanía es fundamental. Nada hacemos con promover la conservación de los recursos naturales y el ambiente en general, sin la movilización de la gente que se apodera de las ideas, y participa activamente en la búsqueda de las soluciones a los principales problemas que les afecta.

Sin embargo, el desafío no es sencillo, pues parte importante de los 4.016 kilómetros de costas de Venezuela han sido consideradas basureros por un poco más de la mitad de los pobladores de este país que ocupan alrededor del 4% del territorio nacional, y afectan  alrededor del 90% de las zonas evaluadas, con diversos niveles de degradación.

Por ello, y sin dudas, un día que centre la atención sobre la importancia de las playas en el mundo, es una buena noticia, pues celebramos su existencia tal y como lo hacemos con la tierra, la biodiversidad, el ozono, y el ambiente en general, entre tantas otras efemérides. Sin embargo, ¿qué pasa el resto del año con estas playas? ¿Qué pasa el día siguiente del Día Mundial de las Playas?

La respuesta no es sencilla, y sin ser pesimista, que no es mi característica habitual, pudiera lucir sombría.

Más allá del inventario de los residuos y la extraordinaria movilización de los ciudadanos e instituciones públicas y privadas que logra FUDENA en su convocatoria anual, ambas acciones necesarias, los venezolanos debemos ampliar el horizonte de atención en nuestras costas durante todo el año, con proyectos y programas permanentes, que atiendas sus principales dificultades.

Compromisos como el Plan de Gestión Integrada de las zonas costeras, destacado por VITALIS en su web; el apropiado monitoreo de variables propias de los ecosistemas marino-costeros; el respeto de los territorios decretados como zonas protectoras; la protección de la biodiversidad y la preservación a perpetuidad de los Parques Nacionales y Refugios de Fauna Silvestre; el control de los usos y actividades en sus predios; y la ocupación responsable de estos ambientes, en función de su vocación y ordenamiento, son algunos de los temas pendientes en la agenda conservacionista que requieren especial atención.

Nada hacemos con limpiar las playas un día, si a partir del siguiente nos olvidamos de su conservación hasta el próximo año; el esfuerzo se pierde sin el debido acompañamiento de la continuidad y la concreción de resultados.

Hace 22 años me embarqué en la organización del primer Día Mundial de las Playas, acompañando por un extraordinario equipo humano, y durante varios años, por los primeros pasos de mis hijos y el absoluto apoyo de mi esposa, quienes se unían a las decenas de voluntarios que se transformaron en cientos y luego en miles, en todos los estados costeros, así como aquellas entidades de todo el país con ríos, lagos y/o lagunas.

El Día Mundial de las Playas es quizás la celebración ambiental más importante en recordación por parte de los venezolanos a nivel nacional. Por ello concluyo este relato con una sonrisa, parafraseando una expresión tantas veces usadas en diversos lugares del mundo, especialmente útil en esta oportunidad.  Si se puede.

Si se puede planificar con visión de futuro, contando con la gente como el principal protagonista de los esfuerzos de conservación. Si se puede promover el trabajo conjunto entre los gobiernos, las ONG y las empresas privadas, aunque en tiempos recientes, esta práctica no sea tan común. Si se puede movilizar a los medios a dejar sus agendas saturadas de noticias, para orientar su mirada hacia la naturaleza y sus necesidades de conservación. Si se puede soñar y trabajar con ilusión, pasión y convicción, para lograr algo que de alguna manera lleve tu firma, junto a la de cientos y miles de personas y organizaciones, que hoy en día asumen el Día Mundial de las Playas como su espacio para contribuir a la sustentabilidad. Si se puede; claro que sí.

(*) Presidente de VITALIS – Twitter: @Ddiazmartin, Email: ddiazmartin@vitalis.net

Pao Cachinche, un embalse en coma.

Por Ing. Jacqueline Rodríguez, Experta en Gestión y Calidad del Agua (*)

Pao Cachinche / Cortesía de El Carabobeño

El trasvase del Lago de Valencia ha generado un severo problema de contaminación del vital liquido en los estados Carabobo, Aragua, y Cojedes,  medida  que no ha logrado controlar el nivel de este cuerpo de agua, sino por el contrario, ha subido casi 2 metros los  2 últimos  años.

En mi opinión personal, es importante  señalar que  urge decretar la emergencia sanitaria en torno a este problema, ya que algunas evidencias sugieren la contaminación del agua potable, además del posible riesgo de una tragedia en el sur de Aragua.

Según algunas fuentes, pareciera que la presencia de cloro residual y aluminio en la red no es el normal. Además de la información suministrada por personal muy preocupado  de HIDROCENTRO, cuyos nombres prefirieron no revelar,  durante los dos últimos años  algunos parámetros pudieran estar fuera de la norma, como el: Aluminio, Hierro, color, turbiedad, fitoplancton, nitrógeno, fósforo, DBO y conductividad. Además  le sumamos los resultados de la propia Comisión del Ambiente, que  concluyen que hay  la presencia de cloro, aluminio, hierro y DQO,  este último parámetro  indicativo que hay presencia de contaminantes químicos en 4 puntos en  la red.

Según la Organización Mundial de la Salud, el aluminio es un metal neurotóxico que afecta el sistema nervioso central, y puede producir temblores, apatía y dolores musculares, razones que han llevado a algunos expertos a vincularlo con el Alzheimer.

Es perentorio comenzar  un estudio  epidemiológico  que determine  la relación causa-efecto de estos contaminantes, ya que por lo menos  los trihalometanos, aluminio y  la  Cianobacterias (Microcitis LR), la más común en embalse Pao Cachinche, producen daño hepático y cáncer. La incidencia  de metales en el agua, genera alteraciones  metabólicas, elevan el stress oxidativo, afectan el ciclo  de mutilación y producen daño mitocondrial.

Cualquier alternativa que se plantee para resolver la problemática planteada, nos llevaría un mínimo de 5 años y los pronósticos más pesimistas hablan de una década, porque la solución no abarca únicamente el hacerle mantenimiento a las plantas de aguas residuales, potabilizadoras,  culminar los colectores e implementar el reuso del agua.

Sin lugar a dudas se trata de un problema muy complejo, que contempla políticas de estado, en cuando a Educación  ambiental y Salud pública.  Por lo tanto  se sugiere como una necesidad imperiosa, realizar jornadas de despistaje, además de suministrarle información  a la población que le permita salvaguardar su salud, mientras se concretan las soluciones que planteen el gobierno central.

Lamentablemente los efectos generados por el consumo del agua contaminada se pudieran verse a  corto, mediano y a largo plazo, por lo que las acciones correctivas deben emprenderse desde ya.

* ambientesano2010@gmail.com

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