El Grupo Orinoco, entre otros, coincide con Vitalis en la catalogación de los factores que más preocupan en la actualidad a personalidades e instituciones vinculadas al ambientalismo y la ecología en Venezuela
Gilberto Carreño / Observatorio Ambiental de Venezuela
Vitalis identifica entre el conjunto de problemas que afectan al ambiente en Venezuela, cinco de los que consideran los especialistas consultados como los más apremiantes, y entre los que destaca la amenaza que se cierne sobre la ecología de la región guayanesa y del propio país, como es el de la activación de Decreto Presidencial sobre la denominada “Zona de desarrollo estratégico nacional Arco Minero del Orinoco”, iniciado en la región guayanesa .
Como es conocido, recientemente fue anunciada la publicación del Balance Anual correspondiente al 2016, concebido como uno de los proyectos de mayor importancia de la Organización No Gubernamental Vitalis, a través del Observatorio Ambiental de Venezuela, por constituir el más amplio diagnóstico de la realidad ambiental del país, iniciado desde el 2000. Al igual, que los años precedentes el documento puesto a disposición del público y de manera especial de quienes corresponde tomar decisiones sobre esta materia, recoge la opinión de profesionales y de representantes de los diversos sectores públicos y privados, así como de la sociedad civil.
Además del mencionado, otros problemas están referidos a una inadecuada gestión de los recursos hídricos del país, deficiente manejo de los residuos y desechos sólidos, pérdida de la biodiversidad y al estado de vulnerabilidad que actualmente afecta a las áreas naturales contempladas en la legislación venezolana como objeto prioritario de protección.
Destaca el documento el hecho de que la explotación minera ocupa la principal atención de parte de quienes se interesan por los asuntos del ambiente, especialmente referido a la zona que comprende el mencionado “arco minero”, lo cual constituye un hecho novedoso en relación con los informes de años anteriores del Observatorio. Como dato preocupante sobre el particular, además de los relacionados con las negativas consecuencias sobre las poblaciones indígenas directamente afectadas por la actividad minera, señalan lo que está relacionado con otro de los cinco problemas, en este caso que “en los últimos años se han incrementado la denuncias de estas prácticas extractivas en Parques nacionales, como Canaima”.
Preocupaciones compartidas
Otros informes elaborados por acreditadas organizaciones de la sociedad civil venezolana, apuntan en alguna medida de forma similar al de Vitalis, entre ellos el documento que próximamente será hecho público por el Grupo Orinoco, denominado “Hacia una nueva institucionalidad ambiental”, al incluir el aspecto de la minería incontrolada entre los seis problemas ambientales que, según sus encuestados, figuran entre los principales, junto con otros mencionados como: deficiente gestión del agua, precaria gestión urbana, consecuencias socioambientales de la actividad petrolera, gestión fallida de residuos sólidos y desechos y deterioro de la diversidad biológica.
Además de constituirse hoy en el foco de atención de la mayoría de las ONG y de personalidades íntimamente vinculadas al movimiento ambientalista del país, el tema del arco minero es, por otra parte, citado incluso a principios de año por José Infante en el portal web Aporrea, de tendencia cercana al oficialismo, como uno de los temas principales que hicieron del 2016 “el peor año para la gestión ambiental en Venezuela”. Un año, explica, cuando las organizaciones conservacionistas se desmovilizaron o se debilitaron, y las instituciones no respondieron a las demandas sociales, y “el propio Estado entró en contradicción cuando por un lado promueve el V objetivo histórico (salvar el planeta) a la par de entregar el Arco minero del Orinoco y de esta manera legalizar y promover la minería en los estados Amazonas y Bolívar”
#LupAmbientalVE
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