(*) Por Marlenis Castellanos Querales

En el mundo actual la información se ha transformado a una velocidad vertiginosa. En este entorno, la labor del periodista exige una constante actualización de conocimientos y habilidades. Si a ello sumamos las crisis ambientales, sociales y climáticas, el rol del periodismo ambiental adquiere una dimensión especialmente crítica.

Informar con precisión, profundidad y ética sobre temas relacionados con el ambiente, el desarrollo sostenible, la transición energética o la justicia ecológica no es tarea sencilla. Requiere de una preparación constante que permita al periodista comprender la complejidad de estos fenómenos, traducirlos en narrativas accesibles y contribuir, desde la comunicación, a un cambio de conciencia social.

La formación contínua es esencial para los profesionales en todas las áreas del conocimiento, y muy especialmente para periodistas que trabajan en el tema ambiental. A diferencia de otros campos, el periodismo ambiental exige un conocimiento técnico y científico que no siempre forma parte del currículo tradicional en comunicación. Entender conceptos como biodiversidad, huella de carbono o economía circular es fundamental para evitar la superficialidad o el sensacionalismo, para dotar al mensaje de una base sólida que informe sin alarmar y sensibilice sin manipular.

El tema de la sostenibilidad está en permanente evolución. Cada año surgen nuevas tecnologías verdes, marcos regulatorios, acuerdos internacionales, movimientos sociales y descubrimientos científicos. Los periodistas enfrentan el doble reto de adaptarse al cambiante ecosistema mediático y seguir conociendo las novedades en el área ambiental. Las redes sociales, el periodismo de datos, internet y la inteligencia artificial han transformado radicalmente la manera de producir y consumir noticias. En este entorno, el periodismo ambiental debe interpretar datos complejos, entrevistar a fuentes técnicas con solvencia y construir narrativas que conecten lo local con lo global.

Desde la perspectiva personal, la formación continua fortalece el compromiso ético del periodista con la causa ambiental. No se trata solo de aprender nuevas herramientas, sino de reafirmar el propósito de contribuir desde el periodismo en la construcción de una ciudadanía más informada, crítica y activa frente a los desafíos del planeta. La educación permanente, además, estimula la creatividad y el desarrollo de formatos innovadores que permitan ampliar el alcance e impacto de los mensajes.

Los comunicadores que se especializan y actualizan en sostenibilidad ganan en relevancia y visibilidad. Es creciente la demanda de periodistas con enfoque ambiental en agencias internacionales, instituciones educativas, Ong´s y plataformas digitales. Saber comunicar con claridad temas técnicos y complejos es una habilidad cada vez más valorada, no solo para informar, sino también para incidir en políticas públicas, procesos de educación ambiental o estrategias de comunicación institucional.

La formación continua no es solo una necesidad técnica, sino un compromiso ético con la verdad, el rigor y el futuro del planeta. En tiempos de emergencia climática, desinformación y sobreinformación, el periodismo necesita profesionales capaces de mirar más allá de la inmediatez, formarse de manera constante y narrar el mundo desde una perspectiva “glocal”, crítica, humana y sostenible.

Informar bien, con rigurosidad y visión ética, también es una forma de cuidar la Tierra.

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(*) Licenciada en Comunicación Social, Especialista en Gestión y Ciencias de la Información, Doctora en Gerencia Avanzada. Colaboradora de Vitalis España. contacto: https://www.linkedin.com/in/marlenis-castellanos-querales-4a1684121/