Jardines botánicos de Venezuela en la mira

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Jardines botánicos: más allá de lugares para la ciencia y la conservación

(*) Por Cecilia Gómez Miliani

Cada segundo viernes del mes de octubre se celebra el Día Mundial de los Jardines Botánicos. Es un día dedicado a recordar la importancia y valor que tienen estas organizaciones no solo para la conservación e investigación sobre las especies de la flora local sino también para acercar ese conocimiento a la gente.

Los jardines botánicos ofrecen oportunidades únicas para informar y educar a un público muy variado. Se estima que los jardines botánicos y arboretos del mundo  reciben aproximadamente 150 millones  de visitantes al año, lo que destaca la importancia de su existencia en las ciudades. Estos espacios a veces serán los lugares que los ciudadanos tendrán más cerca para poderse adentrar en un espacio seminatural. De allí su valor dentro de las ciudades.

La diferencia fundamental entre los jardines botánicos y otras áreas verdes urbanas radica en sus colecciones de plantas. Las plazas y parques urbanos contienen especies de plantas organizadas en forma estética o arquitectónica. Para los jardines botánicos lo importante es mantener exhibiciones de colecciones de plantas vivas con acceso al público, agrupadas siguiendo un criterio que facilite no solo su estudio sino también que muestre a los visitantes elementos que despierten interés. Estas colecciones deben estar debidamente registradas de manera que se permita hacer un seguimiento al comportamiento de las especies fuera de su hábitat natural. Los registros de plantas junto con los herbarios son la fuente principal de las investigaciones dentro de los jardines botánicos.

Los cuatro propósitos fundamentales que tienen estas organizaciones y que deben llevarse a cabo en forma conjunta para que sus resultados sean realmente efectivos son:

  • Conservación de las especies de plantas de una región, especialmente las que tienen algún grado de amenaza, las endémicas o las de interés económico.
  • Investigación sobre esas plantas en cuanto a usos, distribución, grado de conservación.
  • Educación, a todos los niveles, en todas sus formas y dirigida a todos los públicos.
  • Recreación, como lugares para el esparcimiento, el relax y la contemplación.

La información generada por las actividades de conservación y manejo de especies debe ser conocida tanto por los visitantes como por la comunidad donde se encuentra el jardín botánico. Por otra parte, el potencial educativo de las colecciones de plantas es infinito, razón por la cuál incorporar las visitas a los jardines botánicos locales es una experiencia que no debe ser dejada de lado.

Potenciar el interés de las personas por la vida vegetal y despertar el deseo de colaborar con las acciones que se emprendan dentro de los jardines botánicos serán parte importante de su gestión. Este es uno de los retos fundamentales de los jardines botánicos hoy.

Si quieres comprender la importancia de los jardines botánicos como espacios naturales urbanos útiles para establecer una conexión entre los ciudadanos y el ambiente te invitamos a inscribirte en nuestro curso “Jardines botánicos y ciudadanía ¿cómo involucrarnos?” escribiendo un correo a cursosvirtuales@vitalis.net

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(*) Ingeniero de los Recursos Naturales Renovables, Magister en Gerencia Ambiental y Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Líder Global de Contenidos Digitales y Directora del Campus Virtual de Vitalis. Contacto: https://www.linkedin.com/in/cecilia-g%C3%B3mez-miliani-4311644a/

Jardines Botánicos - Blog ONG Vitalis

Los Jardines Botánicos y su importancia patrimonial

Por Cecilia Gómez Miliani (*) @cecigomezmi

Las plantas constituyen los cimientos de la vida en la Tierra. Sin ellas no podríamos sobrevivir. De las plantas obtenemos alimentos, fibras para nuestros vestidos, medicinas, materiales de construcción, y también sombra, oxígeno, belleza; además son el hábitat de numerosas especies de fauna. Ellas forman parte de nuestro patrimonio natural, de la herencia de la que somos responsables todos los ciudadanos, que debemos administrar adecuadamente para que pueda ser disfrutada por todas las generaciones, las presentes y las futuras.

Como una situación ideal, todas las plantas deberían ser conservadas en sus ambientes naturales (conservación in situ), a través de sistemas de áreas protegidas como los parques nacionales y monumentos naturales, así como los pulmones boscosos al interior o en el borde de las ciudades. Como complemento a la acción de conservación in situ, representantes de las poblaciones deben ser mantenidas fuera de sus ambientes naturales (conservación ex situ) en los jardines botánicos, arboretos o en bancos genéticos de campo; se pudieran incluir aquí los parques y áreas verdes urbanas.

Haciendo referencia a los jardines botánicos, a estas organizaciones se les han asignado cuatro propósitos fundamentales:

  • Conservación de las especies de plantas de una región, especialmente las que tienen algún grado de amenaza, las endémicas o las de interés económico
  • Investigación sobre esas plantas: usos, fenología, distribución, grado de conservación
  • Educación, a todos los niveles y en todas sus formas, dirigida a todos los públicos.
  • Recreación, como lugares para el esparcimiento, el relax y la contemplación.

Estos deben llevarse a cabo en forma conjunta para que sus resultados sean realmente efectivos.

Se estima que a nivel mundial existan 300.000 especies de plantas, cuya diversidad en cuanto a número de especies diferentes es mayor en las zonas tropicales. Por otra parte, la Organización para la Conservación en Jardines Botánicos (BGCI por sus siglas en inglés) registra en sus bases de datos 3.695 instituciones botánicas (entre jardines botánicos, herbarios, arboretos, centros de conservación), distribuidas a lo largo del mundo, y dedicadas, con mayores o menores recursos financieros y de capital humano, a cumplir con las labores que le son inherentes.

Los jardines botánicos sirven, en su función más importante,  para custodiar nuestro patrimonio natural vegetal. Pero por otra parte, son espacios dentro de nuestras ciudades que conectan a los ciudadanos con la naturaleza. Tal vez pueden representar una de las únicas oportunidades para los habitantes urbanos de visitar una zona natural o seminatural situada en su región.

Por otra parte son numerosos los jardines botánicos, que en su condición de espacios construidos, también constituyen bienes materiales catalogados como patrimonio cultural urbano, en razón, tanto de su diseño paisajístico, como de sus componentes arquitectónicos y funcionales. Estas condiciones justifican su apreciación y gestión como áreas de referencia y significado invalorables para la memoria colectiva.

Estos tres aspectos resumen su importancia patrimonial.

Para saber más sobre los jardines botánicos puedes leer el artículo “Jardines Botánicos y Biodiversidad” o pedir información sobre nuestro curso en línea a info@vitalis.net

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(*) Ingeniero de los Recursos Naturales Renovables, Magister en Gerencia Ambiental y Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Docente Jubilada de la Universidad Ezequiel Zamora (Barinas, Venezuela). Líder Global de Contenidos Digitales y Directora del Campus Virtual de Vitalis – cgomez@vitalis.net

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Jardines Botánicos y Biodiversidad

Dra. Cecilia Gómez Miliani (*), @Cecigomezmi

La biodiversidad o diversidad biológica viene expresada desde las diferencias genéticas que tienen los individuos que habitan la Tierra – que los hacen tener variadas alturas, diferentes colores de ojos o de flores, distintos tamaños de las colas – hasta la variabilidad que se presenta en los ecosistemas, que implica, no solo la sumatoria de los seres vivos que están en un espacio determinado sino también la de los factores físicos tales como suelo, temperatura, humedad, precipitación, radiación.

La biodiversidad también contempla la cultural. Esta se manifiesta en la variedad del lenguaje, de las prácticas religiosas, de la forma de manejo de la tierra, en el arte, la música, en la estructura social y en todos los atributos que puede tener la sociedad humana.

Si nos enfocamos sólo en la diversidad vegetal y revisamos los beneficios que de ella recibimos vemos que 20 mil especies de plantas son utilizadas como medicinas o como principios activos para su fabricación, 75% de los alimentos que consumimos y 80% de los productos que utilizamos (como por ejemplo madera para la construcción o fibras para la confección de vestidos) provienen de los vegetales, sin contar con los intangibles que nos brindan como la sombra, el oxígeno o el relax al contemplarlas.

A pesar de su importancia para la vida en nuestro planeta, 20% de las plantas están bajo amenaza de desaparecer y con ellas todos sus beneficios, algunos aún desconocidos. La tala y la quema indiscriminadas, el cambio climático y la ampliación desordenada de las fronteras agrícolas, generan presión sobre la cubierta vegetal trayendo consigo terribles consecuencias.

Para frenar esta situación se plantean dos alternativas: la conservación in situ, esto es el mantenimiento de las plantas en sus entornos naturales de origen, utilizando para ello el Sistema de Áreas Naturales Protegidas, y la conservación ex situ, donde las plantas se salvaguardan fuera de sus hábitats, a través de los bancos genéticos de campo, los bancos de semilla y los jardines botánicos.

Estos últimos son organizaciones llamadas a brindar una custodia protectora de las plantas de la región en donde se encuentran ubicados, enfocando su trabajo a:

  • Rescatar las especies amenazadas. Para ello deben desarrollar inventarios que permitan conocer el estatus de las plantas que están en su zona de influencia.
  • Proveer material para la reintroducción, con el fin de mantener el equilibrio en los ecosistemas naturales.
  • Producir material para desarrollar investigaciones.
  • Reducir la presión sobre las especies de plantas silvestres, evitando su extracción de los espacios naturales donde se desarrollan.
  • Disponer de material para la educación y la recreación, fomentando el interés por la vida de las plantas.

Debemos dejar de ver a los jardines botánicos como espacios destinados a los expertos, a los científicos, a los investigadores; su papel en la concienciación acerca de la importancia de las plantas para la vida en la Tierra es fundamental. Son los lugares ideales para mostrarnos las maravillas de la naturaleza sin salir de nuestros espacios urbanos.


*Ingeniero de los Recursos Naturales Renovables, con Maestría en Gerencia Ambiental y Doctorado en Economía y Administración de Empresas. Docente Jubilada de la Universidad Ezequiel Zamora-Venezuela. Directora del Campus Virtual de Vitalis – cgomez@vitalis.net

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