Gestión Sostenible de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Una acción urgente

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¿A quién pertenecen los recursos comunes?

Luís Alejandro Padrino (*) @agua_ambiente

Los recursos comunes o recursos de propiedad común, son definidos como un conjunto de bienes o servicios, de carácter natural o antropógeno, que no son sujeto de propiedad privada, pero sí de sustracción o afectación particular, lo que puede causar externalidades que disminuyen la disponibilidad del bien o generan una alteración en la función del sistema ecológico o social.

De esta manera, los recursos comunes son limitados, siendo susceptibles al agotamiento y la decadencia por la intervención humana- sin control.

Una exploración critica disruptiva sobre los recursos comunes, es la planteada por el ecólogo estadounidense James Garrett Hardin en su ensayo La Tragedia de los Comunes publicado el 13 de diciembre de 1969, donde se ilustra como el crecimiento desmesurado de la población mundial es impulsado por el egoísmo individual y la competencia por el acaparamiento de recursos, sin importar los impactos negativos colectivos en lo social, económico y ambiental.

En efecto, los recursos comunes y en especial los ambientales tienden a ser subvalorados en cuanto a su importancia y sobrestimados en cuanto a su capacidad de regeneración o asimilación de los distintos contaminantes que liberamos al ambiente, por lo que existe la percepción de que son infinitos, inagotables y que pueden ser aprovechados sin efectos colaterales.

Los recursos comunes son la base económica de la sociedad desde sus inicios, pero con la industrialización, el fomento de modelos extractivistas y el incremento de la demanda de recursos como consecuencia del crecimiento demográfico, la presión sobre estos recursos va en aumento amenazando la sostenibilidad de la misma economía y bienestar social.

En este esquema depredador del ambiente, los factores políticos y de poder económico ejercen gran influencia en el mantenimiento de un status quo, donde paradójicamente las facciones más conservadoras desean imponer y mantener un modelo liberal de depredación de los recursos comunes.

Racionalizar la demanda de recursos comunes se debe convertir en uno de los principales objetivos para las políticas públicas, a fin de disminuir la sobreexplotación de los ecosistemas y la pérdida de calidad ambiental.

Es necesario generar moderación mediante la coerción, debido a que iniciativas basadas solo en la propaganda y apelar a la conciencia colectiva no genera resultados substanciales y eficaces, en su lugar medidas coercitivas fundamentadas en mecanismos fiscales como impuestos o en incentivos a la sostenibilidad -como los pagos por servicios ambientales-, pueden brindar mejores resultados en un plazo más corto. De esta manera, mediante la implantación de políticas públicas orientadas al reconocimiento del valor de los bienes y servicios ambientales se lograría una mayor racionalidad en el uso y aprovechamiento de los mismos.

Los recursos comunes no solo son un patrimonio y objeto de derecho de todas las personas del planeta, sino que son un patrimonio de la misma naturaleza.


*Profesional Asociado de Vitalis. CEO del Grupo Ambing, C.A.

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Tecnologías para la gestión y manejo ex situ de la biodiversidad

Por Lía Silva Muñoz (*)

La biodiversidad es la variedad de especies vegetales, animales, hongos y otros organismos, además de las áreas y ecosistemas donde estos seres vivos habitan.  Su manejo y conservación suele realizarse dentro de las áreas donde habita (in situ) o fuera de ellas (ex situ).

En el caso de la vegetación y la flora en general, su conservación ex situ puede promoverse por medio de jardines botánicos en donde se coleccionan plantas nativas, especies con potencial económico o de uso medicinal, así como especies que se encuentran amenazadas. Otra de las técnicas de conservación ex situ son los bancos de genes en campo, usados principalmente para especies maderables en grandes plantaciones a campo abierto para mantener su diversidad genética.

Los bancos de germoplasma también constituyen una exitosa técnica para la conservación ex situ donde se asegura la viabilidad de las semillas a mediano y largo plazo (10 a 20 años), bajo condiciones controladas de humedad y temperatura. El cultivo especializado en ambientes controlados es otra de las tecnologías usadas, y consiste en el cultivo de plantas tropicales o medicinales en invernaderos.

Existen además los laboratorios de cultivo de tejido, donde se llevan a cabo un conjunto de técnicas para almacenar de forma in vitro células o tejidos vegetales, y conservarlos lo más próximo a sus propiedades in vivo.

En cuanto a la conservación ex situ de la fauna, los zoológicos son los más populares a nivel mundial. En ellos se encuentran colecciones de animales de especies endémicas, amenazadas o en peligro de extinción, adecuando sus áreas lo más similar posible a su hábitat natural, apoyando el desarrollo de la investigación y conservación de las especies que resguardan, con el fin de aumentar su población y buscar su posible reinserción a sus hábitats.

Otra de las instalaciones más usadas para la conservación ex situ son los acuarios, para proteger especies acuáticas, así como la educación ambiental y la recreación de sus visitantes.

Además, existen los bancos de genes, en donde se resguarda material genético de espermatozoides, óvulos y embriones bajo ambientes controlados de humedad y temperatura, para posteriormente recurrir a la reproducción asistida.

México ha desarrollado diferentes proyectos para promover la conservación ex situ, y cuenta con diferentes bancos de germoplasma, entre los que destacan el Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), que resguarda semillas de especies nativas de México. Asimismo, existe el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que promueve la investigación sobre la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

De igual forma, en Chiapas existe un zoológico considerado como uno de los mejores a nivel Latinoamérica, en el que se resguarda únicamente fauna del estado. El ZooMat, localizado al sur de Tuxtla Gutiérrez, abarca 100 hectáreas de selva semi-húmeda, por lo que tiene una gran riqueza en biodiversidad de flora y fauna.

La conservación ex situ de la biodiversidad merece ser más conocida y valorada.

 

(*) Ing. Agroinsdustrial, (lia21lva@gmail.com)

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Ambiente, Planificación y Bases Fundamentales

Por Eduardo García (*)

En Venezuela existe un marco legal ambiental pionero en el continente con instituciones que sirvieron de referencia a muchos países para el establecimiento de su orden ambiental. Contamos con un soporte legal ambiental desde la Constitución Nacional hasta numerosas leyes y decretos que han servido en su momento para establecer los marcos técnicos y las mejores prácticas en muchos proyectos.

Lo anterior contrasta con lo que el ciudadano común puede ver en su día a día a lo largo del territorio nacional; sobreexplotación de recursos, mala calidad de vida por deficiencia de servicios, afectaciones diversas al ambiente que van en incremento, impunidad ante el daño ambiental, ausencia de políticas efectivas, uso de propaganda ambiental sin ningún tipo de resultados, falta de compromisos en el logro de metas ambientales y abundancia de proyectos realizados de manera expedita con la finalidad de satisfacer una necesidad a corto plazo o un compromiso político.

La cacería de proyectos de alto impacto económico de los últimos años en Venezuela por parte de empresas internacionales, gobiernos y políticos, desató la ejecución de obras colosales de muy alto costo monetario y ambiental para el país, sin que las mismas hayan llegado a su conclusión.

Se ha caído en un letal letargo que se ha acentuado por la sobreexplotación de recursos, la impunidad, el desconocimiento, el descontrol, la falta de respeto a las autoridades, la vergonzosa politización de los efectos ejercidos sobre el medio y su adjudicación a modelos económicos, así como el aumento exponencial de actividades responsables de incrementar diversos tipo de riesgos ambientales y sanitarios. Todo ello maquillado dentro de una política antrópica y errática que reproduce algo que llaman logros y metas en el más reciente documento consignado ante la Cumbre del Cambio Climático de París COP21. Mediante el uso de lineamientos ambiguos tras fachadas de una inverosímil fantasía de tintas iridiscentes, vacías y penosas, se evidencia la inexistencia en Venezuela de la más mínima lógica estadística en materia ambiental.

Para lograr todo lo anterior se deberá hacer una reconstitución de la institucionalidad a nivel ambiental, comenzando por el trabajo moral y el reanimo a los funcionarios de carrera a nivel nacional que los haga asumir el compromiso que conllevan con sus cargos, apoyar el resurgimiento de las instancias ambientales, la capacitación continua y la dotación.

 

(*)  Ing. Geólogo (UCV), Ing. Geotécnico (USB), MSc. Análisis Ambiental (Royal Holloway Reino Unido), se desempeña desde 2005 como director de Agencia Ambiental, es asesor del sector minero en Sur América.

Email: agenciaambiental@gmail.com

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Muchas celebraciones y pocos avances en el Día Mundial del Agua

Por Diego Díaz Martín, PhD. (*)

El Día Mundial del Agua se celebra con bombos y platillos, pese a que los gobiernos del mundo reportan muy pocos avances en su gestión.

Prueba de ello es el acceso al vital líquido, que si bien ha crecido levemente, aún persisten más de 663 millones de personas sin agua potable en el mundo, número que pudiera crecer debido a la débil inversión en el sector.

Adicionalmente, alrededor de 1800 millones de personas consumen agua contaminada, incrementándose los riesgos de adquirir enfermedades como cólera, fiebre tifoidea, hepatitis A, enterobiasis, poliomielitis, ascariasis, giardiasis, y amibiasis, entre otras.

En materia de saneamiento, al menos 2.365 millones de personas carecen de sistemas de tratamiento de sus aguas servidas o residuales, de las cuales, 106 millones están en América Latina.

La contaminación de los ríos sigue creciendo, comprometiéndose al menos 25% de estos cuerpos de agua en Africa y Latinoamérica, proporción que aumenta en Asia con casi 50% de sus ríos comprometidos por la contaminación.

Enfermedades relacionadas con la higiene y el agua, como la sarna, impétigo, tracoma, siguen creciendo, sumándose a la larga lista de enfermedades transmitidas por vectores de hábitat acuático como la filariosis, malaria, ceguera del río, fiebre amarilla y dengue, entre otras.

En materia de gobernabilidad, la falta de integridad y transparencia, sigue estando presente en muchos gobiernos del mundo, con lo cual se incrementan los costos de inversión de casi 50 mil millones de dólares para alcanzar las metas en materia de agua y saneamiento incluidos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En algunos países, inclusive, dicha corrupción puede llegar a desviar hasta 30% del presupuesto del sector, reduciendo el acceso al agua y disminuyendo la inversión en su saneamiento.

El agua es un derecho humano fundamental y debe ser respetado como tal.

Celebrar su día mundial ocultando los pocos avances de algunas naciones, es un acto apátrida e inmoral.

(*) Presidente y Fundador de VITALIS y ONGVitalis Latinoamérica. @ddiazmartin

Basura en Colombia

La participación ciudadana como solución al problema de la basura en Colombia

Foto Rosangela Blanco

 

Por Rosángela Blanco, @rosangelablanco (*)

En Colombia, específicamente en Bogotá, son notorios los mensajes en materia del cuidado a los recursos naturales y de la disposición adecuada de los residuos. De hecho, en muchos lugares se pueden observar estaciones de reciclaje.

Sin embargo,  ¿Solo se trata de marketing verde? ¿Realmente hay una solución sostenida y sostenible detrás de todo esto? ¿Se separan en el origen los residuos? ¿Esos residuos van a una disposición final adecuada?

Considero, como vecina, que la ciudad muestra una imagen de responsabilidad ambiental, y pareciera que no se ignoran estos temas. Sin embargo, observando más a profundidad, se evidencia una especie de divorcio entre las iniciativas, públicas o privadas, y la gente.

Las personas tienen que poder apropiarse de esas iniciativas. Es necesario que conozcan los detalles, que opinen, que las cambien si lo consideran, que participen y, por ende, que las cuiden y las mantengan.

Por ejemplo, una ventaja que tiene la ciudad, y que pudiera aprovecharse mucho más, es el sistema de más de 20 mil recicladoras, de los cuales muchos están organizados bajo la figura jurídica de cooperativas y articulados con el Programa Basura Cero de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Sin embargo, los recicladores tienen que meterse en la basura para recopilar los materiales que pueden ser reciclados, lo que implica más trabajo y menos eficiencia. Además, no es el deber ser.

Si logramos que la ciudadanía separe en el origen (hogares, oficinas), ese tímido 15% – 20% de residuos reciclados (según las cifras más positivas), podría aumentar exponencialmente y evitar que las 8000 toneladas diarias que produce la ciudad lleguen al relleno sanitario.

A los gobiernos: es la sociedad quien debe desarrollar las soluciones y la sociedad somos todos. No subestimen a la gente.

A las empresas: ustedes son parte importante de la sociedad, no una isla apartada de ella.

A los vecinos: participemos activamente, seamos ciudadanos, no seres pasivos.

 

(*) Licenciada en Educación, Especialista en Gestión Ambiental Empresarial.  Directora de VITALIS en Colombia.

 

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Captura y almacenamiento del CO2: explorando soluciones de bajo riesgo

MCastanedaPor Ing. Marisol Castañeda (*)

Durante las últimas décadas, la selva amazónica se ha destacado como uno de los más importantes contribuyentes en la lucha por frenar el cambio climático actuando durante años como un gran sumidero de Carbono. Empero esto ha comenzado a cambiar, pues recientes publicaciones hablan que los bosques están perdiendo su capacidad de capturar Carbono de la atmósfera a causa del aumento en la tasa de mortalidad de los árboles la cual se ha incrementado más de un tercio desde 1985, afectando así  la capacidad del Amazonas para almacenar Carbono.

Y es que resulta que con este aumento del Dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera, se ha estimulado el crecimiento de los árboles de la Amazonia, lo que en el largo plazo ha ocasionado que todas las fases de la vida de los árboles se hayan acelerado, pues si bien viven más rápido también mueren más jóvenes. Sin embargo los científicos aún no han determinado con claridad cuál es la relación entre el crecimiento de los árboles y su mortalidad, lo que si consideran es que aunque los niveles de Carbono sigan aumentando en el futuro, no necesariamente la vida de los árboles siga acortándose.

Ahora bien, este incremento es especialmente llamativo en relación con las previsiones sobre el cambio climático, pues se tenía dado por supuesto el aumento continuo del almacenamiento del carbono por parte de los bosques tropicales y vemos que lo que sucede hoy es justamente lo contrario. Esto ha llevado a expertos a analizar dos importantes planteamientos:   1) comprender mejor el aumento de la mortalidad de los árboles extendiendo la investigación a bosques de todo el mundo, al tiempo que se sigue vigilando el Amazonia; 2) que para evitar que la temperatura del planeta aumente más de 2°C a finales de siglo, además de reducción de emisiones, se requerirá del uso de tecnologías de captura y de almacenamiento del Carbono. Cabe señalar que ya se han adelantado cuantificaciones sobre la captura y almacenamiento necesaria para que la temperatura del planeta no supere este valor, incluso se están desarrollando ya proyectos de almacenamiento a escala industrial en Canadá, Argelia y Texas, en donde cada uno almacena más de un millón de toneladas de Carbono por año, que de lo contrario serían liberadas a la atmósfera.

Aprovechamiento del CO2. Científicos estadounidenses desarrollaron recientemente una propuesta para que el CO2, capturado de las emisiones de Centrales Termoeléctricas, sea inyectado en embalses naturales a grandes profundidades quedando atrapado por la roca impermeable que lo cubre. Así la temperatura, la cual va aumentando con la profundidad, hará que este gas inyectado se vuelva muy fluido permitiendo, mediante pozos verticales, que el CO2 pueda ser utilizado como un transporte del calor y la presión hacia la superficie y que servirán para mover turbinas de producción de electricidad, sustituyendo así el agua que vienen utilizando las plantas geotermales. Con este nuevo circuito cerrado se alcanzará un triple objetivo: producir energía, ahorrar agua y combatir el Cambio Climático.

Los Riesgos. Por todo el mundo existen potenciales lugares de almacenamiento geológico, pues gran parte de las centrales eléctricas y demás fuentes industriales de emisión existentes se sitúan a menos de 300 km de zonas con potencial de almacenamiento. No obstante, será necesario el control de estos lugares durante periodos de tiempo muy largos, pues las fugas de CO2 desde el lugar de almacenamiento implicarían riesgos para el clima a nivel mundial, como también riesgos locales para poblaciones, ecosistemas y aguas subterráneas en el caso de un escape súbito y rápido de CO2. A pesar de ello, se prevé que dichos riesgos sean bastante reducidos: la mayor parte del CO2 debería permanecer bajo tierra durante siglos, y las fugas deberían poder controlarse adecuadamente antes de causar perjuicios a nivel local. También se hará necesario un marco legal a largo plazo, al extenderse el tiempo de almacenamiento a muchas generaciones.

Aunque la disminución del uso de combustibles fósiles debe continuar como única solución sostenible, la Captura y Almacenamiento del CO2 resulta una opción temporal para países desarrollados con importantes fuentes de Carbono que necesiten reducir sus emisiones, siempre que tengan acceso a los lugares de almacenamiento y experiencia con el tratamiento del gas y del petróleo. Por ende, resulta esencial la creación de condiciones que faciliten a dichos países la difusión de esta tecnología, de forma a que sea una propuesta adoptada a nivel mundial.

(*) Ingeniera Civil

350ppm.vidasegura@gmail.com

@mcastan80239629

 

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El regreso de El Niño

Por Dr. Julio Cesar Centeno, jc-centeno@outlook.com

Info_FenomenoDeElNinoTras más de un año de gestación, finalmente se ha desatado nuevamente el fenómeno de El Niño. Así lo determinó formalmente la NOAA el 5 de Marzo 2015. Tiende a modificar patrones climáticos en varias partes del mundo y aumentar la temperatura promedio del planeta, inmediatamente después del año más caliente de la era cristiana: el 2014.

Desde principios del 2014 se han detectado varias olas Kelvin: corrientes de agua caliente desplazándose bajo la superficie del océano Pacífico desde Asía hacia Sur América en la franja tropical. Toman aproximadamente dos meses para cruzar el océano. Estas olas han contribuido a generar una de las condiciones necesarias para que se declare la presencia de El Niño: la temperatura promedio en la superficie de regiones seleccionadas del Pacífico oriental debe superar en al menos 0.5°C la normal durante cinco períodos sobrepuestos de tres meses.

También se requiere el debilitamiento de los vientos alisios en la atmósfera inferior que se desplazan en la franja ecuatorial desde Sur América hacia Asia (de este a oeste). Bajo condiciones neutras, estos vientos desplazan agua caliente superficial hacia el Oeste, lo que provoca que el nivel del mar sea unos 50 centímetros más alto en Indonesia que en Ecuador. Parte de esta diferencia se debe a la expansión térmica: la temperatura de las aguas superficiales pueden ser hasta 8°C superiores en el oeste (aproximadamente 30°C) que en las costas de Sur América (22°C). Las aguas profundas más frías se mueven en dirección contraria, hacia el Este, emergiendo cerca de las costas de Sur América.

Durante El Niño los vientos superficiales se debilitan y las aguas superficiales, más calientes y elevadas en el Pacífico occidental, se desplazan hacia Sur América, como si se desplomaran hacia el este. Las precipitaciones siguen a las aguas más cálidas. Los efectos son variados, aunque normalmente provoca sequías en Indonesia, Australia, India y el norte de Sur América, mientras desatan lluvias e inundaciones en la región sur-oriental de Sur América, en el este ecuatorial de África y en el sur de Estados Unidos. Las costas de Ecuador y Perú tienden a recibir mayores precipitaciones.

El Niño y La Niña son las fases cálida y fría de una oscilación en el Pacífico tropical conocida como la Oscilación Sur, con un período variable de 3 a 7 años. Esta oscilación genera una enorme redistribución de energía calórica en la capa superficial del océano. El exceso de energía calórica en las costas de Sur América asociado al evento de 1998 se estima equivalente a la generada por un millón de planta generadoras de electricidad de 1000 MW cada una, operando durante todo un año.

Por sus características iniciales, no se espera que en esta oportunidad sea tan devastador como el de 1998, cuando contribuyó a convertirlo en el único de los 15 años más calientes registrados hasta la fecha que no corresponde al siglo 21. Tampoco se espera que sea tan fuerte como el del 2009-2010. En esa oportunidad, con un Niño de mediana intensidad, Venezuela fue seriamente afectada, provocando un fuerte racionamiento del servicio eléctrico, la paralización de la siderúrgica SIDOR y la planta de aluminio ALCASA, y amenazando con paralizar por completo el complejo hidroeléctrico del Guri donde se generaba entonces el 70% de la electricidad del país.

Sin embargo, en esta oportunidad El Niño no pasará desapercibido, pues tiende a agravar la sequía que azota al país desde inicios del 2014. El período de Octubre 2013 a Mayo 2014 fue uno de los más secos de los últimos 60 años, provocando el racionamiento de agua y electricidad en varias regiones del país y afectando significativamente la producción agrícola. La Federación de Ganaderos reportó la pérdida de al menos 200.000 reses.

Resalta una vez más la necesidad de planes adecuados de contingencia ante un fenómeno cíclico y recurrente, cuya intensidad tiende a aumentar a medida que se eleva la temperatura promedio del planeta como está previsto al menos durante el resto del siglo 21. El Niño podría convertir el 2015 en el año más caliente en los últimos siglos.

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Julio César Centeno

Ingeniero licenciado en la Universidad de Nueva York; postgrados en la Universidad de California, Berkeley. Profesor de la Universidad de Los Andes, Venezuela. Asesor de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo [UNCED]. Director Ejecutivo del Instituto Forestal Latino Americano. Investido por el Príncipe Bernhard de Holanda con la Orden del Arca Dorada. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS en Holanda. Miembro del Consejo Directivo del Forest Stewardship Council, FSC. Miembro del Consejo Directivo de SGS-Forestry, Oxford. Profesor visitante en FLACSO, Ecuador. Profesor visitante del Departamento de Política y Economía Forestal de la Universidad de Viena, Austria. Asesor internacional.

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FONDO VERDE PARA EL CLIMA: gran reto para el 2015.

Marisol CastañedaPor Ing. Marisol Castañeda

 

El Fondo Verde para el Clima es un mecanismo multilateral de financiamiento, cuya idea nace en el año 2009 durante la cumbre de Copenhague.

Posteriormente para el año 2011, este proyecto es adoptado por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y protagonizando un importantísimo rol pues este Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), además de ser una herramienta fundamental en la transformación hacia economías bajas en carbono, vendría a operar como un mecanismo de distribución de recursos desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo, con la finalidad de contribuir con estos últimos en el financiamiento de proyectos que les conlleven a la mitigación y adaptación al cambio climático, considerando que su responsabilidad en el origen de estos cambios climáticos ciertamente es mucho menor.
Originalmente, el Fondo Verde para el Clima, abierto a contribuciones monetarias, partió con el propósito de involucrar únicamente a las potencias industrializadas, mayormente responsables de la emisión de gases de carbono, con la tendencia de que a largo plazo los países en desarrollo también fueran incorporándose a esta iniciativa, claro está, con una participación monetaria inferior. Su lanzamiento finalmente ocurre al cierre del año 2013 con un compromiso inicial de 40 millones de dólares y la expectativa presente de sus integrantes es que para el año 2020 se eleve a los 100 millones de dólares anuales.

Bajo este contexto, el Fondo pasaría a distinguirse en los próximos años como el Centro de las Finanzas Climáticas Internacionales. Ahora bien, en la actualidad, el Fondo Verde para el Clima está conformado para recibir aportes tanto de países industrializados como de países en desarrollo, y a la fecha ha recibido compromisos de unos 22 países, entre ellos Canadá, Japón, Suiza, Suecia, Alemania, entre otros. Se espera se sume Corea del Sur y por Latinoamérica México, Perú, Panamá y Colombia. Recientemente, coincidiendo con el arranque de la Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP20) iniciada en Lima (Perú) el pasado Lunes 1° de diciembre, nuevas contribuciones fueron ya anunciadas, como es el caso de España con un compromiso ejemplar al Fondo por 120 millones de Euros. Por su parte, Estados Unidos, siendo uno de los mayores contaminantes del planeta, anunció una
contribución de 3.000 millones de dólares, seguido por China con 1.500 millones y Gran Bretaña con 1.100 millones. Así, el Fondo tiene ya compromisos anunciados por 9.700 millones de dólares.

En cuanto al Consejo que actualmente dirige este Fondo Verde para el Clima, éste se encuentra integrado en partes iguales entre naciones ricas y pobres, y aunque el Fondo cuenta ya con procedimientos básicos de funcionamiento, las reglas para la asignación de los recursos ha resultado una tarea histórica, pues sus integrantes llevan el reto de diseñar, en términos de equidad, un esquema con rendición de cuentas que permita de manera eficaz y eficiente hacer frente a los desafíos del cambio climático, al tiempo de garantizar soluciones a las necesidades de los países en desarrollo.

Hasta ahora, se ha avanzado en una etapa inicial de reglamentación, sin embargo aún restan muchos temas por definir en materia de control, de conceptualización de los aportes respecto a si serán tomados como donaciones o como préstamos, del tiempo para la utilización de estos recursos, e incluso de la aceptación o no de condiciones para estos aportes.

Los acuerdos que se logren alcanzar en Lima durante esta Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP20) con relación a estos temas, así como el compromiso que se anunciará en cifras de naciones en desarrollo para incorporar nuevos aportes al Fondo, serán factores determinantes para el éxito de la capitalización de esta iniciativa, que sin duda generará nuevos incentivos para el aumento de las contribuciones, y lo más importante, permitirá financiar inversiones para infraestructuras bajas en carbono.
(*) Ingeniera Civil, mrslcastaneda@gmail.com

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Retrocesos y más retrocesos en materia ambiental para Venezuela

Carelia HidalgoCoordinadora RedvuaPor  Dra. Carelia Hidalgo (*)

Sin dudas desde hace cuatro décadas el asunto ambiental ha formado parte de la agenda política nacional, con sus propios procesos epistémicos evolutivos que ha asumido históricamente esta temática. Lamentablemente hoy sin sustentaciones teóricas claras sobre educación ambiental, concepciones ambientales reduccionistas y erradas; se tomas decisiones políticas que se visualizan como acciones en contra de la lucha ambiental venezolana, refiriendo esto por la actual decisión de fusión ministerial Ambiente con Vivienda y Hábitat, agregando un llamado ¿ecosocialismo?.

Desde la formación de una Constituyente Ambiental que pretende crear agendas decisorias con las mismas debilidades antes mencionadas, se podía presuponer que lo que venía no era lo mejor para el ambiente venezolano, entendido este como sistema con relación interdependiente entre los elementos naturales y sociales en la construcción de sociedades con calidad de vida transgeneracional.

Se puede entender esta circunstancia desde el reduccionismo conceptual de ambiente, que se evidencia en diferentes espacios sociales, y lamentablemente aun en el sector educativo. El propio marco legal ambiental venezolano muestra la despreocupación en mostrar el ambiente desde la complejidad que representa, fraccionando y atomizando el contenido ambiental perdiendo la esencia en la aplicabilidad de la ley; como ejemplo: Una Ley de Diversidad Biológica (2008) y una Ley de Bosques (2013), una con fuerte visión biocéntrica y otra mercantilista respectivamente; igualmente se evidencia el uso de la palabra ambiente en el ámbito laboral, como espacio de ocupación en actividades de trabajo; en la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (2009), se entiende desde una visión naturalista, marginada únicamente a los grupos indígenas; en otras leyes es presentado en su mínima o nula expresión.

El mismo Plan de la Nación (2013-2017) muestra un reduccionismo de la dimensión ambiental, diciendo “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana” se evidencia una concepción biocéntrica, nunca ecocéntrica como está planteado en el discurso ambiental mundial, sumado a una evidencia antropocéntrica que contrarresta el primer enunciado. Termina concretando 7 políticas, de las cuales 3 se centran el recurso agua, 2 en sensibilidad ambiental (educación), una en asuntos económicos (con ambigüedad discursiva en el desarrollo esperado: sostenible, sustentable o “ecosocialismo”); y por último una referida a los “desechos sólidos”, que según los conceptos bien usados debía incluir residuos. Pare de contar la cantidad de incongruencias en una Nación sin ética ambiental por una dependencia petrolera que aporta al deterior ambiental mundial, haciéndonos dependientes económicos de un recurso natural nada sostenible para el planeta.

Por otra parte se evidencia la desvalorización del conocimiento ambiental y gerencial; hemos visto estos últimos años ocupando cargos ambientales en diferentes organismos gubernamentales a personas sin las competencias adecuadas para asegurar una gestión ambiental eficiente. Tenemos fortalezas como país, por contar con educación profesional en ambiente; egresan profesionales en diferentes niveles académicos con competencias ambientales que podrían ocupar los cargos.

Los que trabajamos en los asuntos ambientales, desde hace años hemos visto el deterioro del Ministerio del Ambiente, por la falta de concreción en las funciones que le compete, el desmantelamiento de sus fuentes de información e inutilidad de sus laboratorios. Lamentablemente se han limitado a cumplir órdenes de popularización desde acciones aisladas con poca efectividad; y no en accionar la trascendencia que se espera de ellos, participando en la toma de decisiones para incorporar la dimensión ambiental en los planes de desarrollo del país.

Recordemos que el Ministerio del Ambiente venezolano representó un referente histórico para América Latina (1976), por su creación y solides conceptual inicial. Mientras muchos otros países latinoamericanos por años trataron al ambiente marginalmente, en fusión con otros estamentos decisorios, luego llegaron a darle el valor debido. Hoy nosotros retrocedemos.

Da vergüenza que hoy atropellen al ambiente desde una concepción política ideológica que también tiene antecedentes nefastos en el deterioro ambiental, como señala Gorbachov en su famoso libro la Perestroika, la destrucción de la ex unión soviética en nombre del comunismo. Nos insultan desde la diversidad cultural que incluye las diferencias ideológicas, realmente creen ¿qué el ambiente tiene una única posición en este sentido?. El planeta es un sistema complejo con toda la diversidad incluyente y complementaria, como dice Morín: dialógico donde se debaten las contradicciones; recursivo porque todo lo que se hace terminará teniendo consecuencias en diversos sentidos; y hologramático porque aun cuando quieran ver el ambiente como una parte de la realidad nacional, estará siempre en todo y en todos.

Qué podemos esperar de un cambio ministerial más, sino gasto de los recursos del Estado y más retraso en el cumplimiento de las funciones que ameritan atención urgente ¿Asegurar jardines bonitos y potes de basura en las viviendas? Imagino el sufrimiento, de tantos profesionales del Ministerio del Ambiente de alta formación, por estas inapropiadas decisiones políticas.

(*) Docente Universitaria_UCLA – Comisión de Ambiente. Miembro del Comité Coordinador de la Red de Universidades por el Ambiente

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