(*) Por Olaya Rangel S.
Anclada en el pasillo vial de la entrada de la Facultad de Agronomía y Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela UCV, en la ciudad de Maracay. Se encuentra un edificio rodeado de diferentes tonos de verdes tropicales, de sólida estructura, con doble fachada de dos plantas, cuyo diseño académico infunde respeto y valor por lo que atesora en su interior.
El Museo de Zoología Agrícola “Francisco Fernández Yépez”, conocido por su sigla MIZA, es una institución dedicada a la recolección, conservación y estudio de la biodiversidad, cuya misión es “contribuir al conocimiento de la fauna venezolana y de otras áreas del Neotrópico, en conjunción con entes públicos y privados, mediante el uso de estrategias modernas de la museología, a fin de lograr el uso sostenible de nuestra biodiversidad y así mejorar la calidad de vida”.
La cara del museo
Al frente de esta institución está un hombre de mirada curiosa, esa que se requiere para observar la naturaleza y maravillarse frente a cada pequeño ser vivo dentro de la categoría delos insectos. Capaz de referirse a cada uno de los ejemplares vivos y disecados del museo, por sus nombres científicos de forma natural y sin trabalenguas. Logrando captar la atención de los niños, los visitantes más pequeños de las instalaciones del MIZA.
El doctor en entomología José Alejandro Clavijo, es un profesional de esta especialidad, egresado de la Universidad McGill de Canadá en 1990 e ingeniero agrónomo de Universidad Central de Venezuela en 1979. Méritos académicos que le otorgan las Credenciales curriculares para el rol que desempeña cada día, con la nobleza y humildad de un ser humano lleno de pasión por la enseñanza.
Desde el 2019, José “Pepe” Clavijo, como lo conocen los alumnos de pregrado y posgrado de la Facultad de Agronomía de su alma mater, es la cara del museo. Es un investigador con larga trayectoria y merecidos reconocimientos nacionales e internacionales. Todo ellos, han sido factores determinantes en el carácter colaborativo con la comunidad científica de entomólogos de diferentes países y su tierra natal.
La sensibilidad social y el compromiso por ser custodio de la colección de entomología más importante de Sudamérica,con alto valor científico es de más de 3.5 millones de insectos conservados y con gran orgullo de una de las mejores colecciones del mundo de Chrysomelidae (Coleoptera), comúnmente denominados pequeños escarabajos o coquitos pulga. Estos ejemplares ubican al MIZA en el mapa de muestras entomológicas del mundo.
Recolección de insectos
Es fundamental para avanzar en el conocimiento sobre la biodiversidad, la ecología y la conservación. Las colecciones entomológicas proporcionan datos valiosos para la investigación científica, que requiere la documentación meticulosa para identificar y catalogar especies, creando un registro esencial para la conservación y gestión ambiental.
Es un pilar fundamental para la entomología y la conservación de la biodiversidad. Requiere un enfoque minucioso y ético, así como una colaboración continua entre investigadores, comunidades y entes gubernamentales. Fomentar esta práctica escrucial para enfrentar los desafíos ambientales y asegurar un futuro sostenible para nuestros ecosistemas.
La recolección de insectos amerita planificación, preparación, definición de objetivos claros y áreas de estudio. Equiparse con herramientas adecuadas como redes entomológicas, frascos de recolección y cámaras de alta resolución. El proceso debe ir acompañado de técnicas con alto sentido de la ética y un enfoque sostenible, con el propósito de minimizar el impacto ambiental y colaborar con comunidades locales para garantizar la sostenibilidad.
El entomólogo ejecuta la documentación detallada al registrar información precisa sobre la localización, fecha y condiciones ambientales de cada recolección. La tecnología contribuye a datos precisos de geolocalización y registros en bases de datos digitales. Posteriormente las muestras obtenidas se almacenan y conservan, en condiciones óptimas para su preservación a largo plazo, utilizando métodos adecuados de conservación y etiquetado. Generando un inventario facilitador del intercambio científico entre instituciones, de manera colaborativa en compartir datos y recursos, promoviendo una investigación más amplia y robusta.
Importancia de los insectos
Para el equilibrio de los ecosistemas se requiere la participación de los insectos, quienes cumplen una importante labor que se pierde a simple vista del habitante humano común, considerados una molestia en ciertas épocas del año. Estos “bichos” son trabajadores incansables de las estructuras del ambiente.
Los insectos son bioindicadores eficaces debido a su sensibilidad a los cambios ambientales,revelan modificaciones en la distribución y abundancia de especies, actuando como indicadores tempranos de alteraciones ambientales. La presencia, ausencia o abundancia de ciertas especies puede proporcionar información valiosa sobre la calidad del aire, agua y suelo. Esto es crucial para la evaluación y monitoreo de los ecosistemas.
En la investigación científica facilita estudios de taxonomía, genética y ecología, ayudando a entender la evolución y adaptación de especies. “Los insectos no conocen de límites geográficos, son testigos de los cambios ambientales en todas partes del mundo. Ellos guardan en su piel diferentes partículas que pueden indicar a los investigadores que clase de metales había en el ambiente en un determinado tiempo y lugar. Es parte de la importancia de estudiar a los insectos”, expresó Clavijo.
La educación,sostenibilidad y equilibrio ambiental
Para concientizar el impacto positivo que tienen los insectos, se requiere un plan sostenido de educación ambiental, éste comienza en el seno familiar,se refuerza en las escuelas y se mantiene con la ayuda de instituciones gubernamentales.
El MIZA, tiene una sala de exposición de artes en donde se muestra la creatividad de artistas con temas alusivos a la biodiversidad. Igualmente está abierto a apoyar a los estudiantes en sus proyectos comunitarios. Realizan visitas guiadas programadas en alianza con casas de estudios de primaria y secundaria,con docentes apasionados por educar a sus alumnos con experiencias vivenciales que les permiten consolidar conceptos de manera interactiva. “Son los más pequeños el futuro de una sociedad informada del impacto positivo que tienen los insectos”, señaló Clavijo.
Los estudios entomológicos ofrecen diferentes visiones desde una perspectiva científica de la sostenibilidad ambiental con la participación activa de los insectos y la interacción con los seres humanos. Uno de los beneficios ecológicos es la polinización, sin insectos polinizadores, muchas plantas, incluyendo cultivos agrícolas, no podrían reproducirse eficientemente. Esto afectaría tanto la biodiversidad vegetal como la producción de alimentos.Los insectos descomponedores son responsables de reciclar nutrientes en el suelo. A través de la descomposición de materia orgánica, enriquecen el suelo y promueven el crecimiento de nuevas plantas. Muchos insectos son depredadores naturales de plagas agrícolas. Conservar estas especies ayuda a reducir la necesidad de pesticidas químicos, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles.
Existen comunidades con características de clima, suelo y vegetación que propician la existencia de ciertos tipos de insectos y sus pobladores deben estar informados en cuanto a qué hacer bajo ciertas circunstancias. Hayinsectos vectores de enfermedades, como mosquitos que pueden generar cambios considerados de salud pública.
En los alrededores de la sede del MIZA, se aprecia el verdor de la vegetación de un paisaje único. Al noroeste se divisa el Parque Nacional Henri Pittier, contrasta con el azul del cielo despejado que permite disfrutar del viaje de diferentes aves, que rompen el silencio de la tarde. Es allí donde se gesta el cambio deconciencia con la misión y visión de la institución, mediante actividades que involucran a la comunidad y a los estudiantes, promoviendo la educación en sostenibilidad y equilibrio ambiental en pequeños grupos de visitantes que buscan información.
Conservación de insectos
El escenario natural está expuesto a múltiples amenazas, incluyendo la pérdida de hábitat, el cambio climático y el uso excesivo de pesticidas. La conservación de insectos requiere un enfoque integrado que incluya la protección de hábitats naturales, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la educación pública sobre la importancia de estos pequeños pero poderosos seres.
En las faldas del Parque Henri Pittier, hay una alerta anualmente recurrente. Los incendios, cada vez más frecuentes y voraces, están devastando este santuario natural y poniendo en peligro a sus habitantes más pequeños y a la vez más cruciales: los insectos.
En una mañana gris en Maracay, la bruma del humo se mezcla con el rocío matutino, creando una atmósfera densa y pesada. Los bomberos y voluntarios con rostros cubiertos de hollín y miradas cansadas, trabajan arduamente para contener las llamas que han estado avanzando sin piedad. “Cada incendio es un golpe devastador para la biodiversidad”, comenta Clavijo, mientras observa impotente cómo el fuego consume el hábitat de innumerables especies.
Es una tragedia ecológica. “Algunas especies logran huir, otras quedan atrapadas. No sabemos cuántas especies quedan afectadas, ni por cuánto tiempo. El daño está en el suelo que se ve y en el que está por debajo de la superficie”, comentó Clavijo.
La sensibilización en la sociedad civil es fundamental como labor de prevención. Cuidar el presente es garantizar el futuro. Mantener los cortafuegos, la siembra inteligente de especies vegetales apropiadas para el suelo y el clima. Proveen el escenario ideal para la proliferación de insectos, aliados del ecosistema.Esto permite la polinización y procesos de fertilización.
Entomología de cara a la tecnología
La integración de la tecnología y la inteligencia artificial en la entomología proyecta mejorar las capacidades de investigación con mayor alcance para la conservación y la educación. La tecnología de avanzada, como las cámaras de alta resolución y los drones, permite la opción de recolectar datos de manera más eficiente y en áreas de difícil acceso. Facilitando la observación de insectos en su hábitat natural sin causarles perturbaciones significativas. La inteligencia artificial, a través de algoritmos de reconocimiento de imágenes, ha simplificado y acelerado la identificación de especies de insectos, de observadores especializado y aficionados. Programas avanzados pueden analizar patrones y colores en las alas de mariposas, por ejemplo, y compararlos con nutridas bases de datos para identificar especies con alta precisión.
Las plataformas de monitoreo automatizado, equipadas con sensores y cámaras, permiten el seguimiento continuo de las poblaciones de insectos y sus movimientos. Esto es crucial para entender las dinámicas poblacionales y los impactos del cambio climático y la deforestación.
La tecnología de mapeo geoespacial y los modelos predictivos de la inteligencia artificial ayudan a identificar áreas críticas para la conservación. Estas herramientas permiten diseñar estrategias de restauración más efectivas y tomar decisiones informadas sobre la gestión de hábitats. “Estas innovaciones son fundamentales para enfrentar los desafíos ambientales actuales y asegurar la preservación de la biodiversidad para futuras generaciones. Como entomólogo, considero que debemos abrazar estas herramientas y continuar explorando sus potenciales aplicaciones en nuestro campo”, señaló Clavijo.
Las aplicaciones interactivas y los simuladores educativos basados en inteligencia artificial, están transformando la manera de educar al público sobre la entomología. Estas herramientas hacen que el aprendizaje sea más accesible y atractivo, fomentando una mayor conciencia y aprecio por los insectos y su papel en el ecosistema.
Identidad y pertenencia
Desde mediados del año 2019. Venezuela tiene su propia mariposa. Esto es una realidad documentada y asentada en el libro de actas de la Sociedad Venezolana de Entomología, gracias a la iniciativa del MIZA, en la inquietud de llegar a cada vez más personas.Realizaron una encuesta en redes sociales, con cuatro candidatas que debían tener como características obligatorias: ser de fácil observación en cualquier región del país. Resultando ganadora una hermosa y cautivante mariposa azul, cuyo nombre científico es Morpho Helenor Cramer. Cerca de tres mil votos posicionaron a este vistoso insecto representante de la biodiversidad y nuevo ícono de la venezolanidad. Una embajadora de la importancia de los artrópodos y dentro de ellos los insectos y su importancia en la sociedad local y mundial.
Conocer a la mariposa azul es un compromiso social, es una especie emblemática que fascina por su atractivo color azul metálico brillante en la superficie dorsal, consecuencia de un efecto óptico por la estructura microscópica de las escamas en sus alas. Adicionalmente, juega un papel importante en sus ecosistemas como polinizadora y como parte de la cadena alimenticia. La conservación de su hábitat es crucial para mantener la biodiversidad en las regiones tropicales y subtropicales de América Central y del Sur, en donde habita.
Los niños son mensajeros de bienestar para los adultos. Con cada visita al museo MIZA, se llevan una visión de comprensión más profunda, experimentan el significado de liberar las mariposas que habían criado. Sus risas llenan el aire mientras las mariposas emprenden vuelo, simbolizando un nuevo comienzo con la esperanza de un mundo en equilibrio.
(Este trabajo es producto del Diplomado en Periodismo Ambiental, avalado por la Asociación Mundial de Periodistas y Vitalis en su primera edición, año 2024)
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(*) Licenciada en Comunicación Social, mención Desarrollo Social. Maestrante en Ciencias de la Comunicación. Diplomado en Periodismo Ambiental. Contacto: https://bit.ly/OlayaRangelLinkedin
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