VENEZUELA-NATIONAL ASSEMBLY

¿Constituyente para el Ambiente?

Por: Alberto Blanco-Uribe Quintero (*)

Como se sabe incluso internacionalmente, el gobierno le está haciendo un mayúsculo fraude al pueblo venezolano, usurpando su soberanía y confiscándosela con la complicidad de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, a un triple título: asumiendo la convocatoria directa de la Asamblea Nacional Constituyente, mientras se obvia la necesidad de que ello se haga mediante referéndum popular; seguidamente imponiendo unilateralmente las bases comiciales, tampoco aprobadas en referéndum popular; y, violando el principio de indivisibilidad de la soberanía y consecuente universalidad del sufragio (una persona = un voto), al dividir arbitrariamente en sectores al pueblo.

Pues bien, dentro de ese grotesco y claramente autoritario y nada democrático proceder, se observa como un detalle burlesco que uno de los objetivos pretendidamente buscados con la tal Asamblea Nacional Constituyente sea el de:

La preservación de la vida en el planeta, desarrollando constitucionalmente, con mayor especificidad los derechos soberanos sobre la protección de nuestra biodiversidad y el desarrollo de una cultura ecológica en nuestra sociedad”.

Ante todo, es obvio que no es menester que una Constitución contenga normas específicas para que el Estado pueda desarrollar política y legislación ambiental, como lo muestra el derecho comparado. Pero además, nuestra Constitución de 1999 es particularmente prolija en la materia, al consagrar el derecho humano al ambiente (piedra angular), la obligación estatal de proteger el ambiente, el estudio de impacto ambiental, la biodiversidad y áreas protegidas, la ordenación del territorio, la consulta a las comunidades indígenas, etc., y como sabemos nada de eso se respeta, sin consecuencias.

El gobierno lleva a cabo las actividades de mayor impacto ambiental sin control alguno, “inventó” un ministerio de “minería ecológica”, desarticuló el Ministerio del Ambiente volviéndolo ente de propaganda ideológica llamándolo de “ecología socialista”, vulnera a los indígenas a quienes nada consulta y está a la cabeza de su macro destructivo proyecto “Arco Minero del Orinoco”, incumpliendo todo el mandato constitucional al respecto.

A cuál “cultura ecológica” puede estarse refiriendo uno de los más inmisericordes destructores del ambiente que haya gobernado Venezuela?

 

(*) Abogado, Profesor Universitario. Postgrado Derecho Ambiental, Univ. de Estrasburgo, Francia. Postgrado Derechos Humanos, Univ. de Castilla-La Mancha, España. @AlbertoBUQ . www.albertoblancouribe.com

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Ambiente, Planificación y Bases Fundamentales

Por Eduardo García (*)

En Venezuela existe un marco legal ambiental pionero en el continente con instituciones que sirvieron de referencia a muchos países para el establecimiento de su orden ambiental. Contamos con un soporte legal ambiental desde la Constitución Nacional hasta numerosas leyes y decretos que han servido en su momento para establecer los marcos técnicos y las mejores prácticas en muchos proyectos.

Lo anterior contrasta con lo que el ciudadano común puede ver en su día a día a lo largo del territorio nacional; sobreexplotación de recursos, mala calidad de vida por deficiencia de servicios, afectaciones diversas al ambiente que van en incremento, impunidad ante el daño ambiental, ausencia de políticas efectivas, uso de propaganda ambiental sin ningún tipo de resultados, falta de compromisos en el logro de metas ambientales y abundancia de proyectos realizados de manera expedita con la finalidad de satisfacer una necesidad a corto plazo o un compromiso político.

La cacería de proyectos de alto impacto económico de los últimos años en Venezuela por parte de empresas internacionales, gobiernos y políticos, desató la ejecución de obras colosales de muy alto costo monetario y ambiental para el país, sin que las mismas hayan llegado a su conclusión.

Se ha caído en un letal letargo que se ha acentuado por la sobreexplotación de recursos, la impunidad, el desconocimiento, el descontrol, la falta de respeto a las autoridades, la vergonzosa politización de los efectos ejercidos sobre el medio y su adjudicación a modelos económicos, así como el aumento exponencial de actividades responsables de incrementar diversos tipo de riesgos ambientales y sanitarios. Todo ello maquillado dentro de una política antrópica y errática que reproduce algo que llaman logros y metas en el más reciente documento consignado ante la Cumbre del Cambio Climático de París COP21. Mediante el uso de lineamientos ambiguos tras fachadas de una inverosímil fantasía de tintas iridiscentes, vacías y penosas, se evidencia la inexistencia en Venezuela de la más mínima lógica estadística en materia ambiental.

Para lograr todo lo anterior se deberá hacer una reconstitución de la institucionalidad a nivel ambiental, comenzando por el trabajo moral y el reanimo a los funcionarios de carrera a nivel nacional que los haga asumir el compromiso que conllevan con sus cargos, apoyar el resurgimiento de las instancias ambientales, la capacitación continua y la dotación.

 

(*)  Ing. Geólogo (UCV), Ing. Geotécnico (USB), MSc. Análisis Ambiental (Royal Holloway Reino Unido), se desempeña desde 2005 como director de Agencia Ambiental, es asesor del sector minero en Sur América.

Email: agenciaambiental@gmail.com

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26 años de espera llevan las estribaciones nororientales de los Andes Venezolanos para ser protegidas

IMG_962555Por MSc. Imarú Lameda Camacaro (*)

La Sierra de Portuguesa, localizada en el sector central de la sub-región del estado Lara, es la segunda de mayor extensión territorial con una superficie estimada de 113.500 hectáreas. Un 5,7% de la Sub Región, su territorio abarca los estados Lara y Portuguesa. Está ubicada entre los meridianos 69º 22´00” y 69º 50´00” longitud oeste y los paralelos 09º 06´00” y 09 54´00” latitud norte. Es una amplia serranía, orientada de suroeste a noreste, correspondiente a las últimas estribaciones del Sistema Orográfico Andino, que separa las hoyas de los ríos Tocuyo y Río Apure.

El Monumento Loma de El León. Parque Nacional Terepaima, Parque Nacional Yacambú y Parque Nacional Guache son as areas naturales protegidas que se encuentran en la Sierra de Portuguesa; así mismo dicho territorio es hábitat de especies de flora y fauna de gran valor biológico como el el Oso Frontino (Tremarctos ornatus) único úrsido en Suramérica, Cardenalito (Sporagra cucullata), Paují Copete de Piedra (Pauxi pauxi), así como especies forestales, helechos y otros.

Desde el año 1990 el Frente Ecológico Regional (FER) del estado Lara, plantea la idea del Proyecto “Quizuidi” (Tierra de Paujíes), con la finalidad de proteger las cuencas hidrográficas y concretar la unificación de las Áreas Naturales Protegidas (ANAPRO) existentes en la Sierra de Portuguesa, asi han trascurrido los años y diversas organizaciones ambientales han planteado la necesidad de interconectar los Parques Nacionales Yacambú y Terepaima a través de la creación de un corredor biológico; en el año 2007 el Instituto Nacional de Parques – Dirección Estadal plantea la figura de “Ampliación del Parque Nacional Terepaima”, pues la figura “Corredor Biológico” no existe en el país.

La Dirección General Sectorial de Planificación ordenamiento Ambiental del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), en el año 2011 sugiere que la cartografía a utilizarse debe ser a escala 1:100.000, después de haberse realizado una segunda revisión y descripción con ortoimágenes a escala 1:25.000, por lo cual se paraliza el proceso debido a la no existencia de cartas a esa misma escala. En el año 2014, INPARQUES – Caracas, recomienda la actualización de proyecto y repetición de la consulta pública, llevando así de transcurridos 09 años hasta la presente desde su introducción sin materializarse la declaratoria del año 2007.

Reunidos interinstitucionalmente y conformados de manera informal como el Gabinete Ambiental Lara (GAL), con la participación de Organismos Gubernamentales y organizaciones pertenecientes al Movimiento Ambientalista de Lara, en el año 2015 se inicia el trabajo de la revisión del Proyecto de Ampliación del Parque Nacional Terepaima, con el fin de actualizarlo conforme al nuevo marco jurídico ambiental vigente, con el propósito de revalidarlo en las comunidades y reimpulsarlo ante las autoridades competentes.

Actualmente en agosto del año 2016 no se ha convocado a más reuniones por el equipo interinstitucional conformado en el año 2015, por lo que nuevamente la Sierra de Portuguesa sigue a la espera de la protección de sus bosques, fauna y flora.

(*) Licenciada en Estudios Ambientales, Magister en Recursos Naturales y Medio Ambiente e Investigadora del Oso Frontino (Tremarctos ornatus). Coordinadora de VITALIS en el Edo. Lara (ilameda@vitalis.net).

 

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La Guacamaya Militar, el psitácido más amenazado de Venezuela.

Francisco Mariñez (*)  Investigador Asociado VITALIS Capitulo Lara

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En Venezuela habitan 7 especies de guacamayas siendo la Guacamaya Militar o Guacamaya Verde (Ara militaris) la especie venezolana en peligro de extinción. Esta guacamaya es conocida a lo largo de su distribución con los nombres Military Macaw, Blue – green (ingles), Guacamaya verde oscura (Colombia), Guacamayo militar (Ecuador), Maracan, Paraba militar (Bolivia).

Los representantes del genero Ara presentes en Venezuela son 05 especies, Guacamaya Azul y Amarilla (Ara ararauna), Guacamaya Bandera (Ara macao), Guacamaya Roja (Ara chloropterus), Guacamaya Maracaná (Ara severus) y la  Guacamaya Militar (Ara militaris), (Hilty 2003).

La Guacamaya Militar se caracteriza por un tamaño de 70 a 85 cm, es grande y de coloración verde oscura, con una diadema escarlata en la frente, suele ser llamativa y conspicua, cara desnuda con finas listas de color pardas y rojas. Las alas presentan una coloración azul en los extremos, rabadilla, punta y borde de la cola azul, con parche rojo hacia la mitad de la cola.

El hábitat de esta especie son las selvas, bosques nublados, de galería y bosques secos tropicales desde el nivel del mar hasta los 2.400 msnm. Se pueden observan en solitario, por parejas o bandadas numerosas. Anidan en formaciones rocosas y árboles, también suelen usar nidos abandonados y su reproducción según la literatura indica que suele realizarla en el mes de febrero. Pueden vivir de 50 a 60 años en vida silvestre. Su importancia ecológica radica en que estas aves desempeñan un papel muy importante en la dinámica de dispersión de semillas en los bosques.

La distribución es discontinua, se encuentra desde el occidente de México y Guatemala. Nororiente de Colombia, Centroccidente de Venezuela, oriente de Ecuador, y el Norte de Perú; así como desde el norte de Bolivia hasta el Noroeste de Argentina. En Venezuela se encuentra limitada a puntuales localidades de la Cordillera de la Costa central y a la Sierra de Perijá en el estado Zulia. Recientemente en Abril y Mayo de 2016 se han realizado avistamiento de esta especie en el estado Lara, en bandadas de más de 26 individuos por parte del equipo de Patrimonio Turístico de la Corporación de Turismo del estado Lara (CORTULARA) en conjunto con el equipo de Vitalis Capitulo Lara.

A nivel mundial Ara militaris es catalogada como Vulnerable encontrándose incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES, 2016), en Venezuela ha sido declarada oficialmente Especie en Peligro de Extinción descripto en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, debido a la pérdida de hábitat y las capturas de individuos para el comercio ilegal de ejemplares que generan una rápida disminución de las poblaciones en vida silvestre.

 

(*) Jefe de Patrimonio Turístico de la Corporación de Turismo del estado Lara.

Instagram:@francisco.marinez

 

 

 

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El regreso de El Niño

Por Dr. Julio Cesar Centeno, jc-centeno@outlook.com

Info_FenomenoDeElNinoTras más de un año de gestación, finalmente se ha desatado nuevamente el fenómeno de El Niño. Así lo determinó formalmente la NOAA el 5 de Marzo 2015. Tiende a modificar patrones climáticos en varias partes del mundo y aumentar la temperatura promedio del planeta, inmediatamente después del año más caliente de la era cristiana: el 2014.

Desde principios del 2014 se han detectado varias olas Kelvin: corrientes de agua caliente desplazándose bajo la superficie del océano Pacífico desde Asía hacia Sur América en la franja tropical. Toman aproximadamente dos meses para cruzar el océano. Estas olas han contribuido a generar una de las condiciones necesarias para que se declare la presencia de El Niño: la temperatura promedio en la superficie de regiones seleccionadas del Pacífico oriental debe superar en al menos 0.5°C la normal durante cinco períodos sobrepuestos de tres meses.

También se requiere el debilitamiento de los vientos alisios en la atmósfera inferior que se desplazan en la franja ecuatorial desde Sur América hacia Asia (de este a oeste). Bajo condiciones neutras, estos vientos desplazan agua caliente superficial hacia el Oeste, lo que provoca que el nivel del mar sea unos 50 centímetros más alto en Indonesia que en Ecuador. Parte de esta diferencia se debe a la expansión térmica: la temperatura de las aguas superficiales pueden ser hasta 8°C superiores en el oeste (aproximadamente 30°C) que en las costas de Sur América (22°C). Las aguas profundas más frías se mueven en dirección contraria, hacia el Este, emergiendo cerca de las costas de Sur América.

Durante El Niño los vientos superficiales se debilitan y las aguas superficiales, más calientes y elevadas en el Pacífico occidental, se desplazan hacia Sur América, como si se desplomaran hacia el este. Las precipitaciones siguen a las aguas más cálidas. Los efectos son variados, aunque normalmente provoca sequías en Indonesia, Australia, India y el norte de Sur América, mientras desatan lluvias e inundaciones en la región sur-oriental de Sur América, en el este ecuatorial de África y en el sur de Estados Unidos. Las costas de Ecuador y Perú tienden a recibir mayores precipitaciones.

El Niño y La Niña son las fases cálida y fría de una oscilación en el Pacífico tropical conocida como la Oscilación Sur, con un período variable de 3 a 7 años. Esta oscilación genera una enorme redistribución de energía calórica en la capa superficial del océano. El exceso de energía calórica en las costas de Sur América asociado al evento de 1998 se estima equivalente a la generada por un millón de planta generadoras de electricidad de 1000 MW cada una, operando durante todo un año.

Por sus características iniciales, no se espera que en esta oportunidad sea tan devastador como el de 1998, cuando contribuyó a convertirlo en el único de los 15 años más calientes registrados hasta la fecha que no corresponde al siglo 21. Tampoco se espera que sea tan fuerte como el del 2009-2010. En esa oportunidad, con un Niño de mediana intensidad, Venezuela fue seriamente afectada, provocando un fuerte racionamiento del servicio eléctrico, la paralización de la siderúrgica SIDOR y la planta de aluminio ALCASA, y amenazando con paralizar por completo el complejo hidroeléctrico del Guri donde se generaba entonces el 70% de la electricidad del país.

Sin embargo, en esta oportunidad El Niño no pasará desapercibido, pues tiende a agravar la sequía que azota al país desde inicios del 2014. El período de Octubre 2013 a Mayo 2014 fue uno de los más secos de los últimos 60 años, provocando el racionamiento de agua y electricidad en varias regiones del país y afectando significativamente la producción agrícola. La Federación de Ganaderos reportó la pérdida de al menos 200.000 reses.

Resalta una vez más la necesidad de planes adecuados de contingencia ante un fenómeno cíclico y recurrente, cuya intensidad tiende a aumentar a medida que se eleva la temperatura promedio del planeta como está previsto al menos durante el resto del siglo 21. El Niño podría convertir el 2015 en el año más caliente en los últimos siglos.

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Julio César Centeno

Ingeniero licenciado en la Universidad de Nueva York; postgrados en la Universidad de California, Berkeley. Profesor de la Universidad de Los Andes, Venezuela. Asesor de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo [UNCED]. Director Ejecutivo del Instituto Forestal Latino Americano. Investido por el Príncipe Bernhard de Holanda con la Orden del Arca Dorada. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS en Holanda. Miembro del Consejo Directivo del Forest Stewardship Council, FSC. Miembro del Consejo Directivo de SGS-Forestry, Oxford. Profesor visitante en FLACSO, Ecuador. Profesor visitante del Departamento de Política y Economía Forestal de la Universidad de Viena, Austria. Asesor internacional.

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¿Cómo queda el Derecho Humano a un ambiente sano con la eliminación del Ministerio del Ambiente en Venezuela?

maritzaPor Abg. Ma. Maritza Da Silva D.*

 

La tendencia universal en materia ambiental está dirigida a la tutela constitucional de los derechos humanos vinculados a la protección del ambiente. Los daños ambientales, así como la degradación y/o modificación de los ecosistemas, han vuelto la mirada del derecho para su protección, dando origen al nacimiento de la relación entre derechos humanos y ambiente, vínculo cuya temática ha alcanzado a todas las regiones del mundo, planteando retos fundamentales que los Estados deben afrontar de manera sostenible en los próximos años.

En Venezuela, el derecho al ambiente sano es un derecho humano fundamental, que cuenta con una cláusula ambiental basada en un Estado democrático, social de derecho y de justicia, exaltando desde el preámbulo constitucional el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad, configurado así por mandato del constituyente como derecho-deber, que tiene un valor transversal para todas las políticas públicas, y sólo necesita de exigibilidad y justiciabilidad, para cumplir con el principio de progresividad de los derechos humanos, cuya garantía está consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999, como un derecho humano fundamental claro e inequívoco.

La tutela judicial se encuentra reconocida en el artículo 26 constitucional, como derecho de acceso a la justicia, entendido como derecho de protección, para todos los ciudadanos, priorizando el derecho a la defensa para responder a la necesidad conservacionista del ambiente en razón de su principio de equidad generacional, consagrado en el artículo 127 constitucional.

No obstante, la fusión del Ministerio del Ambiente con el Ministerio de Vivienda y Hábitat, no debe abandonar los postulados consagrados en nuestro marco constitucional, más aun, debe imperar el compromiso por llevar adelante los principios de la Declaración de Estocolmo (1972), que promovió en Venezuela la creación del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, pionero en América Latina, para atender políticas públicas ambientales de avanzada desde hace más de cuarenta años.

Ello conlleva a exhortar desde nuestra tribuna, a las autoridades del fusionado ministerio a seguir trabajando incansablemente y de manera articulada con los sectores involucrados con otros ministerios, entre ellos, salud, alimentación, agricultura y tierras, organizaciones no gubernamentales, universidades, asociaciones civiles, consejos comunales, contralores sociales, en fin, todos los actores que hacemos vida social, porque la lucha por la dignificación de los derechos siempre será hasta alcanzar la justicia ambiental, tantas veces vilipendiada por intereses ajenos a la calidad de vida que nos merecemos como ciudadanos.

Los derechos y deberes son de todos los ciudadanos, pero el derecho humano al ambiente sano es una garantía constitucional, que con ministerio o sin ministerio nunca dejará de ser un derecho humano fundamental constitucional.

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* Abogada. Directora de Derecho Ambiental y Políticas VITALIS. Profesora de Derecho Ecológico en la Universidad Santa María y de Derecho Ambiental de la Universidad Metropolitana. Es Secretaria Ejecutiva de la Sociedad Venezolana de Derecho Ambiental.

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Retrocesos y más retrocesos en materia ambiental para Venezuela

Carelia HidalgoCoordinadora RedvuaPor  Dra. Carelia Hidalgo (*)

Sin dudas desde hace cuatro décadas el asunto ambiental ha formado parte de la agenda política nacional, con sus propios procesos epistémicos evolutivos que ha asumido históricamente esta temática. Lamentablemente hoy sin sustentaciones teóricas claras sobre educación ambiental, concepciones ambientales reduccionistas y erradas; se tomas decisiones políticas que se visualizan como acciones en contra de la lucha ambiental venezolana, refiriendo esto por la actual decisión de fusión ministerial Ambiente con Vivienda y Hábitat, agregando un llamado ¿ecosocialismo?.

Desde la formación de una Constituyente Ambiental que pretende crear agendas decisorias con las mismas debilidades antes mencionadas, se podía presuponer que lo que venía no era lo mejor para el ambiente venezolano, entendido este como sistema con relación interdependiente entre los elementos naturales y sociales en la construcción de sociedades con calidad de vida transgeneracional.

Se puede entender esta circunstancia desde el reduccionismo conceptual de ambiente, que se evidencia en diferentes espacios sociales, y lamentablemente aun en el sector educativo. El propio marco legal ambiental venezolano muestra la despreocupación en mostrar el ambiente desde la complejidad que representa, fraccionando y atomizando el contenido ambiental perdiendo la esencia en la aplicabilidad de la ley; como ejemplo: Una Ley de Diversidad Biológica (2008) y una Ley de Bosques (2013), una con fuerte visión biocéntrica y otra mercantilista respectivamente; igualmente se evidencia el uso de la palabra ambiente en el ámbito laboral, como espacio de ocupación en actividades de trabajo; en la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (2009), se entiende desde una visión naturalista, marginada únicamente a los grupos indígenas; en otras leyes es presentado en su mínima o nula expresión.

El mismo Plan de la Nación (2013-2017) muestra un reduccionismo de la dimensión ambiental, diciendo “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana” se evidencia una concepción biocéntrica, nunca ecocéntrica como está planteado en el discurso ambiental mundial, sumado a una evidencia antropocéntrica que contrarresta el primer enunciado. Termina concretando 7 políticas, de las cuales 3 se centran el recurso agua, 2 en sensibilidad ambiental (educación), una en asuntos económicos (con ambigüedad discursiva en el desarrollo esperado: sostenible, sustentable o “ecosocialismo”); y por último una referida a los “desechos sólidos”, que según los conceptos bien usados debía incluir residuos. Pare de contar la cantidad de incongruencias en una Nación sin ética ambiental por una dependencia petrolera que aporta al deterior ambiental mundial, haciéndonos dependientes económicos de un recurso natural nada sostenible para el planeta.

Por otra parte se evidencia la desvalorización del conocimiento ambiental y gerencial; hemos visto estos últimos años ocupando cargos ambientales en diferentes organismos gubernamentales a personas sin las competencias adecuadas para asegurar una gestión ambiental eficiente. Tenemos fortalezas como país, por contar con educación profesional en ambiente; egresan profesionales en diferentes niveles académicos con competencias ambientales que podrían ocupar los cargos.

Los que trabajamos en los asuntos ambientales, desde hace años hemos visto el deterioro del Ministerio del Ambiente, por la falta de concreción en las funciones que le compete, el desmantelamiento de sus fuentes de información e inutilidad de sus laboratorios. Lamentablemente se han limitado a cumplir órdenes de popularización desde acciones aisladas con poca efectividad; y no en accionar la trascendencia que se espera de ellos, participando en la toma de decisiones para incorporar la dimensión ambiental en los planes de desarrollo del país.

Recordemos que el Ministerio del Ambiente venezolano representó un referente histórico para América Latina (1976), por su creación y solides conceptual inicial. Mientras muchos otros países latinoamericanos por años trataron al ambiente marginalmente, en fusión con otros estamentos decisorios, luego llegaron a darle el valor debido. Hoy nosotros retrocedemos.

Da vergüenza que hoy atropellen al ambiente desde una concepción política ideológica que también tiene antecedentes nefastos en el deterioro ambiental, como señala Gorbachov en su famoso libro la Perestroika, la destrucción de la ex unión soviética en nombre del comunismo. Nos insultan desde la diversidad cultural que incluye las diferencias ideológicas, realmente creen ¿qué el ambiente tiene una única posición en este sentido?. El planeta es un sistema complejo con toda la diversidad incluyente y complementaria, como dice Morín: dialógico donde se debaten las contradicciones; recursivo porque todo lo que se hace terminará teniendo consecuencias en diversos sentidos; y hologramático porque aun cuando quieran ver el ambiente como una parte de la realidad nacional, estará siempre en todo y en todos.

Qué podemos esperar de un cambio ministerial más, sino gasto de los recursos del Estado y más retraso en el cumplimiento de las funciones que ameritan atención urgente ¿Asegurar jardines bonitos y potes de basura en las viviendas? Imagino el sufrimiento, de tantos profesionales del Ministerio del Ambiente de alta formación, por estas inapropiadas decisiones políticas.

(*) Docente Universitaria_UCLA – Comisión de Ambiente. Miembro del Comité Coordinador de la Red de Universidades por el Ambiente

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Ministerio del Ambiente, QEPD

Gabaldon-Arnoldo   Por Arnoldo Jose Gabaldon

(Especialmente producido para ONGVitalis)

 

Con frecuencia me preguntaba ¿que ha salvado al Ministerio del Ambiente del holocausto institucional a que ha estado sometida Venezuela durante los últimos 15 años? Pero la barbarie no tiene contención. Le llegó su día a este Despacho, para culminar la tarea ya previamente iniciada de irlo vaciando de contenido intelectual y de muy valiosos recursos humanos.

En 1976, como resultado de una empresa organizativa de altos kilates, un grupo de venezolanos preocupados por el futuro de nuestros recursos naturales, tuvimos éxito al convencer al gobierno de turno de dar el innovador paso de crear un  despacho ministerial responsable de toda la temática ambiental. Es justo mencionar, que tuvimos la suerte de que el Presidente de la Republica, Sr. Carlos Andrés Pérez, tenía una genuina vocación conservacionista y considero favorablemente nuestro proyecto.

Ese ministerio fue el primero en crearse en la America Latina, cuando nuestro país era territorio de progreso. Posteriormente su mandato se fue fortaleciendo mediante la aprobación de una serie de leyes como la Penal del Ambiente y la de Ordenación del Territorio y múltiples reglamentos y normas. Además de haberse preocupado por la especialización de sus recursos humanos.

Resulta  ahora que el gobierno de Nicolás Maduro, que por mandato del difunto presidente, en su Plan de la Patria, debía salvar el planeta y la especie humana a través del ecosocialismo, decide acabar con ese Despacho. Me refiero a su decisión de poner  ese ministerio en manos del mayor verdugo del ambiente urbano, como lo es el Sr Ricardo Martínez, ejecutor de la Misión Vivienda. En la realización de esa Misión no se le ha dado cumplimiento a ninguna ordenanza urbana ambiental. Desarrollos tan densos urbanísticamente como los de Fuerte Tiuna, se están construyendo sin  estudios de impacto ambiental, ni de ampliación de servicios de agua y vialidad, por solo citar algunos casos.

El ecosocialismo ha sido hasta el presente el titulo para cometer los mas graves ecosidios, como los de la cuenca del Lago de Valencia, donde la calidad del agua de sus sistemas de acueducto no puede garantizar el gobierno; permitir la ocupación de áreas en los parques nacionales;  haber retrasado la ampliación del acueducto del Area Metropolitana de Caracas; no haberse ocupado de la conservación de las cuencas hidrográficas que alimentan las principales ciudades, entre otras fallas notables.

 

 

Arnoldo José Gabaldón fue el primer Ministro del Ambiente de Venezuela. Más información sobre su trayectoria profesional aquí.

 

 

Venezuela ante el Cambio Climático

Por Julio César Centeno

Venezuela_GoogleearthSólo por el consumo de combustibles fósiles, Venezuela registra las más altas emisiones de CO2 por habitante de América Latina: 6.5 toneladas por habitante, muy superiores a las de Argentina (4.5), Méjico (3.8), Brasil (2.2), Perú (2.0), Colombia (1.6).

Las emisiones de CO2 por unidad del producto interno bruto son también las más altas de la región, lo que implica la menor eficiencia económica por unidad de CO2 emitido por el consumo de energía: 0.57 kg de CO2 por dólar del PIB-PPA, muy superiores a las de Argentina (0.27), Brasil (0.2), Colombia (0.14), Perú (0.2).

Según la FAO, la CEPAL, el Banco Mundial y la OIMT (Organización Internacional de la Madera Tropical), entre el 2000 y el 2010 se deforestaron en Venezuela 280.000 hectáreas por año, lo que contribuye más de 100 millones de toneladas adicionales de CO2 por año, elevando el promedio a más de 10 toneladas por habitante. Venezuela se coloca así entre los 20 países más contaminantes del planeta en emisiones de CO2.

Según el Ministerio de Ambiente, entre el 2006 y el 2013 se reforestaron 40.000 hectáreas a través de la Misión Árbol, equivalente al 2% de los 2 millones de hectáreas perdidas en el mismo período por el avance de la deforestación.

Venezuela es uno de los 8 países con mayor diversidad genética del planeta, asociada principalmente a los bosques naturales del país. La deforestación implica la pérdida irreversible del patrimonio genético de la nación, el principal legado de generaciones futuras.

Urge la definición de una política nacional para reducir significativamente la contribución de Venezuela al calentamiento global, detener la deforestación y la destrucción del patrimonio genético de la nación, mejorar la eficiencia energética de la economía nacional y minimizar el despilfarro de electricidad, gasolina, gasoil y gas natural.

Una de las medidas más urgentes es impulsar un verdadero plan nacional para el reverdecer de la nación, con la plantación de al menos 6 millones de hectáreas en los próximos 20 años, especialmente en las cuencas hidrográficas más importantes para asegurar el abastecimiento de agua a generaciones futuras, utilizando mezclas de especies nativas de cada zona para reconstruir bosques permanentes similares a los que alguna vez existieron en esos territorios. Un reto de esta naturaleza tiende inevitablemente a capturar de la atmósfera el equivalente a 2700 millones de toneladas de CO2 en 40 años. El costo de este reto a precios actuales sería de aproximadamente 5000 millones de dólares, menos de 2 dólares por tonelada de CO2 mitigado (US$1,85/ton CO2).

El consumo de cada barril de petróleo emite en promedio 420 kilogramos de CO2. El costo de mitigar tales emisiones es menos de un dólar por barril, el 1% del precio actual de exportación ($100/barril). Venezuela podría así exportar petróleo “verde”, libre de emisiones netas de CO2, invirtiendo menos del 1% del precio actual de exportación en la reconstrucción de bosques con mezclas de árboles de especies nativas. PDVSA podría así compensar parte de los daños ambientales acumulados por la explotación petrolera, contribuiría a garantizar un suministro más confiable de agua a generaciones futuras, minimizaría el impacto de sequías e inundaciones y mejoraría su imagen corporativa y el acceso a los mercados.

No es necesario compensar la totalidad de las emisiones provenientes del consumo de petróleo. Al menos durante las próximas décadas sería suficiente equiparar las emisiones netas del consumo de petróleo con las que se generarían si fuese reemplazado por gas. Esto implica reducir las emisiones netas en aproximadamente un 40%, cuyo costo de amortización sería de aproximadamente medio dólar por barril a precios actuales.

Convendría explorar la posibilidad de negociar con países como China, India y los miembros de Petrocaribe, clientes de PDVSA, el desarrollo de proyectos de esta naturaleza pues las plantaciones pueden estar localizadas en cualquier parte del mundo. La mitigación de las emisiones provenientes del consumo de petróleo es de interés mutuo, tanto de Venezuela como país exportador, como de sus clientes en el extranjero. La protección de las fuentes de agua es igualmente un interés prioritario compartido.

Julio 2014

Jc-centeno@outlook.com

 

 

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