Thais Malavé Reinosa (*) @thaismalave
El Grupo Inditex, gigante español de fabricación textil y cadenas retail, acaba de anunciar la adopción de políticas progresivas en pro de la conservación del medio ambiente. A través de su marca insignia, Zara, Inditex se ha comprometido a iniciar cambios sustanciales en: gestión de desechos, eliminación de químicos peligrosos de su cadena de suministros, reducción del uso del plástico y migración a tecnologías limpias a partir de este año y con meta al año 2025.
Todas estas medidas son importantes, y podrían generar un efecto cascada en el que más empresas del sector moda (la segunda industria más contaminante del mundo) comiencen a adoptar medidas urgentes para frenar los efectos negativos de sus procesos productivos.
Sin embargo, la sustentabilidad va más allá de lo ambiental. Este principio que se define como la capacidad de satisfacer necesidades de la generación actual, sin que esto suponga la anulación de que las generaciones futuras también puedan satisfacer las necesidades propias, involucra también aspectos económicos y sociales.
Es difícil ver como estas nuevas políticas de Inditex van a generar cambios que apuntalen el desarrollo sustentable cuando no se mencionan medidas referentes a los derechos humanos, o bien al mejoramiento de las condiciones de trabajo de los empleados textiles. Especialmente, cuando la empresa ha sido señalada por tener contratistas cuyos trabajadores laboran con altos riegos de seguridad industrial, salarios muy por debajo del mínimo de ley, sin beneficios de ninguna clase y emplean mano de obra infantil.
Aunado a esto, es complicado pensar en una política de sustentabilidad en una empresa que debe su éxito comercial a una dinámica de producción masiva que genera un total de más de 20.000 artículos diferentes al año.
La industria de la modaademás de adoptar medidas consistentes para mitigar el impacto ambiental; deben evaluar hacer cambios estructurales en su modelo de negocios para incorporar acciones enfocadas al desarrollo sustentable. No será un camino sencillo, pero de ello dependen un incremento de su capital reputacional y su permanencia en el mercado. Los consumidores, cada vez mejor informados y conscientes de sus patrones de consumo, rechazan enérgicamente adquirir prendas cuya producción socaba el futuro de las generaciones venideras. La capacidad de transformación real que la industria de la moda pueda realizar hoy, asegurará su espacio en el mercado en el futuro cercano.
Directora de Responsabilidad Social de ONGVitalis Latinoamérica, Socióloga egresada de la UCAB. Experta en el área de ejecución de proyectos y gerencia de programas de responsabilidad social, emprendimiento social, desarrollo y sustentabilidad. https://www.linkedin.com/in/thais-malave/
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