El Día Mundial del Ambiente, celebrado cada 5 de junio, es una oportunidad para reflexionar y actuar en favor del planeta, destacando la necesidad de un compromiso colectivo y sostenido por parte de ciudadanos, empresas y gobiernos. Aunque la conciencia ambiental ha crecido en América Latina, persiste una brecha entre la percepción y la acción, que puede cerrarse mediante educación, inclusión en políticas públicas y el uso de tecnologías. Ejemplos como el activismo juvenil en Chile y las prácticas sostenibles de empresas como Grupo Argos en Colombia demuestran el impacto positivo de la participación social y empresarial. Los gobiernos, por su parte, deben fortalecer marcos regulatorios y políticas públicas, como lo ha hecho Costa Rica con energías renovables y áreas protegidas, aunque persisten desafíos como la deforestación amazónica. La protección ambiental requiere acciones coordinadas y diarias de todos los sectores para lograr cambios significativos.