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Una mirada crítica hacia la estrategia del Nuevo Modelo Energético en México

Por. Lic. Rebeca López (*)

Uno de los retos más importantes a los cuales se enfrentaba la Reforma Energética, constituida en el 2013, era el de formular una estrategia de difusión para involucrar a la ciudadanía en el cono-cimiento y entendimiento del Nuevo Modelo Energético. Hoy existen graves problemas a raíz de una gran falta de comunicación y vinculación ciudadana con la transformación energética. Por un lado la gente está verdaderamente molesta por los altos precios a los que hemos llegado en el segundo mes de 2018, por el otro, existe una confusión enorme en cuanto a la creencia de que PEMEX fue privatizada y que el mismo destino le espera a CFE.

Todo inicia desde el momento en el que se concibe la última planeación estratégica elaborada para el Sector Energético. Al examinar la Estrategia Nacional de Energía 2014-2028 nos encontramos con un diseño robusto, en cuanto a contenido, que comprende claras metas para que México se convierta en un productor de energía de talla internacional. El propósito es claro, se deben de alinear las necesidades económicas, sociales y ambientales para aprovechar la energía de la mejor forma posible. Y sí, todo, de verdad todo está ahí, se habla de actores, de involucramiento con otros sectores, de proyectos multidimensionales, de evaluaciones continuas, sin embargo, la estrategia no tiene un orden lógico de todo aquello que comprende.

El problema no es de contenido, si no de forma. La estructura no tiene mucha lógica pues si bien se plantean objetivos estratégicos, no existe una agenda clara en cuanto a los pasos a seguir. Al no contemplar una organización, un orden cuidadoso de las cosas, el diseño del ENE refleja esta carencia en cómo la gente percibe, la situación energética del país.

Sin duda han habido esfuerzos por industrializar, mejorar la producción e incrementar la oferta energética (a través de la introducción al mercado de organizaciones privadas), sin embargo seguimos importando una enorme cantidad de diésel, gasolinas, turbosina, gas natural, LP y petroquímicos. A pesar de la creación de los CEMIEs (Centros Mexicanos de Innovación en Energía Geotérmica, Solar y Eólica) y de los Fondos Energéticos, los beneficios de estos recursos científicos, tecnológicos y económicos se han visto nulamente reflejados en el día a día. Por ejemplo, muchos sistemas de transporte de energía aún presentan signos de obsolescencia y capacidad limitada, y en cuanto al tema de la electricidad, la mayoría sigue siendo producida por la quema de combustibles fósiles.  

Nuestro territorio nacional tiene todo para proveer a la población con fuentes de energía limpias y renovables. ¿Por qué hasta ahora el alcance ha sido tan bajo? El ENE es una gran propuesta que apunta hacia un futuro sustentable en beneficio de la población, pero hay varias fallas tanto en el tema de ejecución, como de difusión. La gente ni siquiera entiende por qué para el gobierno ya no era posible mantener el subsidio a la gasolina, sólo ven una cartera cada vez más vacía, y claro esto también es un punto que debe de contemplarse, los precios se han elevado por los cielos.

La última y más grande incertidumbre que me queda, es pensar en lo siguiente: En plena marea política, a sólo unos meses de las elecciones, ¿qué va a pasar con el Sector Energético, con el ENE?

 

(*) Comunicóloga, rebeca.lopez@peer-education.com

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El reto energético en México

Por Belem Alvarado Carreño (*)

Cuando hablamos de generación de energía es difícil no pensar en combustibles fósiles, lo cual resulta lógico si consideramos que los modelos energéticos actuales se basan principalmente en su consumo, particularmente para México, décimo país productor de hidrocarburos, y décimo noveno en mayores reservas probadas.

La sociedad, sobre todo en las ciudades, se ha vuelto dependiente de los diferentes tipos de energía. Todas nuestras actividades están basadas en ello, tanto en casa, como en el trabajo, desde nuestros autos hasta los equipos más sencillos o sofisticados en la oficina o el hogar.

En México, 73,6% de la electricidad se genera a partir de energía térmica, cuya fuente son combustibles a base de petróleo, gas natural y carbón. Ello plantea dos problemas principales, la cantidad de contaminantes que se generan con su uso y la sobreexplotación de los recursos que nos está llevando a agotarlos a una velocidad descontrolada.

Todo lo anterior, aunado a las consecuencias que representan para la salud de las personas y del planeta, y al acelerado crecimiento de la población humana que ha sido apoyado por un aumento constante en nuestro uso de energía, nos llevará a la disminución en la disponibilidad que podría tener serias repercusiones en nuestra forma de vida como la conocemos.

Todas estas situaciones deben hacernos tomar consciencia del daño que el uso desmedido de estos combustibles fósiles está ocasionando a nuestro planeta, así como también pensar en las energías limpias o renovables de una manera más seria.

En México, el uso de energías renovables presenta un rezago importante en relación con países para los que su uso ya resulta algo cotidiano como Noruega, Suecia o Finlandia, ya que le ha apostado al uso de gas natural el cual tampoco es renovable, además de los malos estándares que se tienen en cuanto a rendimiento vehicular y la falta de políticas armonizadas con las internacionales.

Aunque el uso de energías renovables presenta importantes desafíos tecnológicos aún que hagan más eficiente y generalizado su uso, este no es el principal obstáculo a vencer.

El reto energético en México conlleva modernizar las políticas, democratizar las decisiones y asegurar que los beneficios de su aprovechamiento sean repartidos en forma equitativa entre todos sus ciudadanos, favoreciendo a las comunidades más necesitadas. En esto, es vital que los gobiernos estén más preocupados y comprometidos con el planeta y la sustentabilidad social, económica y ambiental.

 

(*) Químico Farmacéutico Biólogo, Especialista en Higiene Industrial, estudiante de la Maestría en Tecnologías del Desarrollo Sustentable.

belemalvaradoc@hotmail.com

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Reforma energética de México: el atraco y la oportunidad de oro desaprovechada

Alain Salzgeber (*)

2742280.jpgLas modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la constitución política obedecen a una agenda ajena a los intereses reales de México y representan un robo al país a todas luces; para entenderlo basta con repasar una serie de datos y “unir los puntos”. Así mismo, estamos perdiendo la gran oportunidad de convertirnos en una potencia mundial en energías renovables.

La producción de hidrocarburos en los Estados Unidos únicamente permite abastecer 60% de su demanda y la tendencia indica que su situación empeorará. Es evidente que el petróleo del golfo les hace un guiño y que han presionado e incentivado al ejecutivo federal hasta el cansancio para materializar esta reforma y dar un paso más hacia su seguridad energética a futuro.

Pemex ha reportado una pérdida de 4mil 400 millones de dólares americanos en lo que va del 2016, lo que confirma una precaria situación financiera que se ha cocinado desde hace más de una década. Como pueblo debemos cuestionar la veracidad de estas cifras, entendiendo que – dada la abundancia de recursos fósiles que tenemos – la capacidad de producción y facturación de la pronto ex-paraestatal es virtualmente infinita.

Los Chevron, Schlumberger, British Petroleum, etc., con quienes pronto Pemex compartirá utilidades que deberían ser del pueblo mexicano en su totalidad, tercerizan gran parte de sus operaciones en pozos petroleros. ¿Debemos creer que Petróleos Mexicanos no puede hacer lo mismo?

El cierre de refinerías, los altos volúmenes de exportación de crudo y la insistencia en la importación de gasolina proveniente de los Estados Unidos son iniciativas sin explicación lógica. La respuesta a ese absurdo es la ambición descontrolada y la total falta de escrúpulos de un puñado de experimentados políticos – y ex-políticos – mexicanos, quienes cuentan con intereses dentro de las multinacionales petroleras antes mencionadas.

Preocupadas y envueltas en los temas arriba expuestos, las reformas olvidan casi por completo el potencial mexicano de energías renovables y el bienestar del pueblo a largo plazo. Hoy en día sólo el 7.9% de la energía total generada en México proviene de fuentes renovables, lo que nos ubica por debajo del promedio global (13.5%). El programa nacional para el aprovechamiento sustentable de la energía que se menciona en el transitorio décimo octavo es opacado por el mar de transitorios relativos al petróleo.

Atendiendo la promesa de los yacimientos del golfo, estamos desechando la oportunidad de convertir a México en potencia de energía verde, en el amanecer de una transición energética.

(*) Ingeniero Mexicano, Emprendedor. https://mx.linkedin.com/in/asalzgeber

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