Alain Salzgeber (*)
Las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la constitución política obedecen a una agenda ajena a los intereses reales de México y representan un robo al país a todas luces; para entenderlo basta con repasar una serie de datos y “unir los puntos”. Así mismo, estamos perdiendo la gran oportunidad de convertirnos en una potencia mundial en energías renovables.
La producción de hidrocarburos en los Estados Unidos únicamente permite abastecer 60% de su demanda y la tendencia indica que su situación empeorará. Es evidente que el petróleo del golfo les hace un guiño y que han presionado e incentivado al ejecutivo federal hasta el cansancio para materializar esta reforma y dar un paso más hacia su seguridad energética a futuro.
Pemex ha reportado una pérdida de 4mil 400 millones de dólares americanos en lo que va del 2016, lo que confirma una precaria situación financiera que se ha cocinado desde hace más de una década. Como pueblo debemos cuestionar la veracidad de estas cifras, entendiendo que – dada la abundancia de recursos fósiles que tenemos – la capacidad de producción y facturación de la pronto ex-paraestatal es virtualmente infinita.
Los Chevron, Schlumberger, British Petroleum, etc., con quienes pronto Pemex compartirá utilidades que deberían ser del pueblo mexicano en su totalidad, tercerizan gran parte de sus operaciones en pozos petroleros. ¿Debemos creer que Petróleos Mexicanos no puede hacer lo mismo?
El cierre de refinerías, los altos volúmenes de exportación de crudo y la insistencia en la importación de gasolina proveniente de los Estados Unidos son iniciativas sin explicación lógica. La respuesta a ese absurdo es la ambición descontrolada y la total falta de escrúpulos de un puñado de experimentados políticos – y ex-políticos – mexicanos, quienes cuentan con intereses dentro de las multinacionales petroleras antes mencionadas.
Preocupadas y envueltas en los temas arriba expuestos, las reformas olvidan casi por completo el potencial mexicano de energías renovables y el bienestar del pueblo a largo plazo. Hoy en día sólo el 7.9% de la energía total generada en México proviene de fuentes renovables, lo que nos ubica por debajo del promedio global (13.5%). El programa nacional para el aprovechamiento sustentable de la energía que se menciona en el transitorio décimo octavo es opacado por el mar de transitorios relativos al petróleo.
Atendiendo la promesa de los yacimientos del golfo, estamos desechando la oportunidad de convertir a México en potencia de energía verde, en el amanecer de una transición energética.
(*) Ingeniero Mexicano, Emprendedor. https://mx.linkedin.com/in/asalzgeber