El reto energético en México

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Por Belem Alvarado Carreño (*)

Cuando hablamos de generación de energía es difícil no pensar en combustibles fósiles, lo cual resulta lógico si consideramos que los modelos energéticos actuales se basan principalmente en su consumo, particularmente para México, décimo país productor de hidrocarburos, y décimo noveno en mayores reservas probadas.

La sociedad, sobre todo en las ciudades, se ha vuelto dependiente de los diferentes tipos de energía. Todas nuestras actividades están basadas en ello, tanto en casa, como en el trabajo, desde nuestros autos hasta los equipos más sencillos o sofisticados en la oficina o el hogar.

En México, 73,6% de la electricidad se genera a partir de energía térmica, cuya fuente son combustibles a base de petróleo, gas natural y carbón. Ello plantea dos problemas principales, la cantidad de contaminantes que se generan con su uso y la sobreexplotación de los recursos que nos está llevando a agotarlos a una velocidad descontrolada.

Todo lo anterior, aunado a las consecuencias que representan para la salud de las personas y del planeta, y al acelerado crecimiento de la población humana que ha sido apoyado por un aumento constante en nuestro uso de energía, nos llevará a la disminución en la disponibilidad que podría tener serias repercusiones en nuestra forma de vida como la conocemos.

Todas estas situaciones deben hacernos tomar consciencia del daño que el uso desmedido de estos combustibles fósiles está ocasionando a nuestro planeta, así como también pensar en las energías limpias o renovables de una manera más seria.

En México, el uso de energías renovables presenta un rezago importante en relación con países para los que su uso ya resulta algo cotidiano como Noruega, Suecia o Finlandia, ya que le ha apostado al uso de gas natural el cual tampoco es renovable, además de los malos estándares que se tienen en cuanto a rendimiento vehicular y la falta de políticas armonizadas con las internacionales.

Aunque el uso de energías renovables presenta importantes desafíos tecnológicos aún que hagan más eficiente y generalizado su uso, este no es el principal obstáculo a vencer.

El reto energético en México conlleva modernizar las políticas, democratizar las decisiones y asegurar que los beneficios de su aprovechamiento sean repartidos en forma equitativa entre todos sus ciudadanos, favoreciendo a las comunidades más necesitadas. En esto, es vital que los gobiernos estén más preocupados y comprometidos con el planeta y la sustentabilidad social, económica y ambiental.

 

(*) Químico Farmacéutico Biólogo, Especialista en Higiene Industrial, estudiante de la Maestría en Tecnologías del Desarrollo Sustentable.

belemalvaradoc@hotmail.com

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