(*) Por Cecilia Gómez Miliani
Cada vez más empresas presumen ser verdes, pero no todas lo son. En un mercado que valora la sostenibilidad, el greenwashing amenaza la confianza y la verdadera transformación ambiental.
En la actualidad, la demanda por productos y servicios ambientalmente responsables crece de manera sostenida. Las empresas conscientes han integrado prácticas sostenibles en sus operaciones, como un compromiso real con el planeta y las nuevas generaciones. Sin embargo, en este contexto positivo, también surge una estrategia que, lejos de aportar, genera desconfianza: el greenwashing.
¿Qué es el greenwashing?
El greenwashing consiste en la comunicación engañosa que una empresa realiza para aparentar ser más ecológica o sustentable de lo que realmente es. Esta práctica va desde mensajes exagerados, omisiones importantes, hasta el uso de simbologías y etiquetas ambientales sin respaldo real. Si bien el objetivo es atraer al consumidor preocupado por la conservación del ambiente, estas acciones terminan perjudicando la credibilidad de la marca y confunden a los usuarios.
¿Por qué el greenwashing daña la confianza?
Las razones para considerar esta premisa es, en primer lugar, porque la transparencia y la sinceridad son valores que los consumidores actuales exigen cada vez más. Cuando una empresa comunica falsamente sus acciones ambientales, pierde la confianza que logró construir, y puede dañar su reputación a largo plazo. Segundo, porque el greenwashing desincentiva la verdadera transformación hacia modelos sostenibles. Se trata de un maquillaje superficial que no soluciona los problemas ambientales reales. Esto afecta a toda la cadena productiva y, en última instancia, al planeta.
Cómo construir un marketing sostenible
Para avanzar hacia un marketing ambientalmente responsable, es fundamental que las empresas adopten un compromiso genuino con la sustentabilidad. Esto implica medir y comunicar con honestidad sus impactos, establecer metas claras de mejora ambiental, involucrar a sus colaboradores y clientes en prácticas sostenibles y rendir cuentas públicamente. La innovación y la educación son aliadas poderosas para lograr procesos productivos más limpios y eficientes, basados en datos científicos y estándares reconocidos.
Nuestro papel como consumidores
Como consumidores y ciudadanos, tenemos el poder de elegir empresas que sean coherentes con sus promesas ambientales. La exigencia de verificación, la consulta de fuentes confiables y la participación activa en foros o redes de sostenibilidad fortalecen el mercado responsable. Al mismo tiempo, quienes lideran organizaciones tienen la responsabilidad ética y estratégica de ir más allá de las palabras, transformando sus negocios con creatividad y rigor ambiental.
Reflexionemos entonces sobre qué tipo de futuro queremos construir: uno basado en la transparencia y la acción concreta, o uno lleno de apariencias que sólo retrasan el cambio necesario. Apostar por el compromiso real con el planeta es, sin duda, la mejor inversión para todas las partes involucradas.
En Vitalis promovemos la transparencia ambiental y la educación para el consumo responsable, pilares esenciales para erradicar el greenwashing y fortalecer la confianza ciudadana.
Vamos a informarnos, a cuestionar y apoyar iniciativas auténticas que promuevan un desarrollo sostenible. Solo desde acciones honestas y colaborativas conseguiremos un mundo saludable y justo para las generaciones presentes y futuras. El greenwashing se combate con información, coherencia y acción. Apostar por la transparencia y el compromiso real con el planeta es la mejor inversión para construir un futuro sostenible.
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(*) Ingeniero de los Recursos Naturales Renovables, Magister en Gerencia Ambiental y Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Directora de Vitalis Academy. https://bit.ly/CeciliaGómezLinkedin
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