El 2 de septiembre del 2014 pasa a ser una nueva efeméride ambiental. Una que no se celebrará, sino que servirá para conmemorar la defunción oficial del Ministerio del Ambiente de Venezuela. Nacido en abril de 1977, ostentó 19 ministros durante sus 37 años de vida: 11 designados en los primeros 22 años por seis gobiernos diferentes, y ocho en los últimos 15 años de indigestión, perdón, de gestión chavista.
De la primera tanda recordaremos, por ejemplo, haber creado un sistema de áreas protegidas que salvaguardan el patrimonio ambiental de todos los venezolanos. De la segunda gestión solo mencionaré la amenaza fallida de “bañarnos” en las “límpidas” aguas del ese río de cadáveres que es nuestro envilecido Guaire. En el ínterin, aciertos y desaciertos de parte y parte, pero allí estaba el Ministerio del Ambiente, sobreviviendo a recortes presupuestarios y a ser la sempiterna cenicienta de los ministerios, por su “pecado original” de no ser tan “productiva” a la hora de repartir contratos.
Ante el anunció del “sacudón”, muchos esperaban una reducción de vicepresidencias, ministerios, y viceministerios, que con más de 150 funcionarios de “altísimo” nivel, nos colocan como uno de los países con mayor burocracia y mayor ineficiencia. Resultado: un aumento a siete vicepresidencias versus una reducción de tres carteras ministeriales, donde un ministerio de educación superior que extrañamente no vuelve a ser parte del Ministerio de Educación sino que se fusiona con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (¿?), Juventud se une a Deportes (¿?), y por supuesto, la defunción del que fuera uno de los primeros ministerios del ambiente de toda América, que pasa a ser un apéndice incomodo del Ministerio de Vivienda, Hábitat y EcoSocialismo (¿?), bajo la dirección de un funcionario interesado en destituir a los empleados públicos que militen en partidos de oposición, y que asegura que la escasez de materiales se debe a que “estamos construyendo mucho”… En medio de los desgastados enrosques, un cambio interesante es la designación de un general para ejercer la vicepresidencia económica que seguramente lograra ponerla “firme y a discreción”, apoyado en un ministro de energía y petróleo que sabe a pasado, y un presidente de PDVSA que huele a continuismo enmascarado.
Quizás en medio de tan abundante “más de lo mismo”, pase por debajo de la mesa de la eliminación del Ministerio del Ambiente, pero como sempiterno admirador de los recursos naturales de este generoso país, cada vez mas huérfanos, invito a ecologistas y afines, a elevar un EcoRéquiem por el eterno descanso de su alma. Amén.
Comentarios recientes