Actualmente en la mayoría de las grandes ciudades existe un jardín botánico como un espacio destinado a mostrarle al hombre las maravillas del mundo vegetal. Aunque en muchas ocasiones son considerados como lugares donde solo tienen cabida los científicos y los nombres impronunciables, cada vez es mayor la cantidad de estas instituciones que han entendido que la educación es una de sus funciones fundamentales y que para ello es necesario abrir sus puertas a todo el público que desee acercarse.

El surgimiento de los primeros jardines botánicos se remonta a 2.800 años antes de Cristo, cuando el emperador Sheng Ming, en China, disponía de jardines donde se cultivaban plantas con fines medicinales, económicos y recreativos. En Europa, durante el siglo XVI, los jardines botánicos se establecieron primordialmente para abastecer de materia prima a los médicos y farmaceutas de la época, así como para la enseñanza de las ciencias, especialmente la botánica.