teologia

Educación Ambiental en México

José Antonio Anahuac

Lic Jose Antonio Pérez Abuin (*) 

La educación ambiental tiene como objetivo formar conciencia entre la población en general, sobre la importancia del medio ambiente global y su problemática. Asimismo este tipo de educación pretende que las personas adquieran los conocimientos, actitudes, motivaciones y competencias necesarias para contribuir de forma individual y colectiva a la resolución de los problemas actuales y a la prevención de otros que pudieran surgir.

La educación ambiental en México, es promovida por la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y sus fundamentos aparecen en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Por esta razón, sólo se ha incluido en los libros de texto de ciencias naturales y de geografía; es decir, se trata de una equivalencia entre ambiente y naturaleza que no contribuye lo suficiente a ver la dimensión de los problemas ambientales y obstruye la comprensión colectiva de la problemática. Sin embargo, tanto en nivel tecnológico como superior; y más recientemente, en los proyectos de educación para la vida y el trabajo, es posible identificar nuevas oportunidades de concientización.

La educación ambiental es muy pobre y muy costosa en todos los niveles de la educación formal, en todos los grados educativos no está incluida de manera formal en la currícula, con excepción de algunos diplomados y posgrados de carreras recientes tales como Ingeniería Ambiental, Psicología Ambiental, Arquitectura Ambiental, etc.

Por esta razón, se propone crear centros de educación ambiental (CEA)  ubicados en regiones con más de un millón de habitantes,  en zonas o ciudades de fácil  acceso, para que las escuelas de cualquier nivel, asociaciones y clubes puedan enviar grupos de personas a estos CEA para su capacitación y también se deberá desarrollar una  plataforma de realidad virtual para los que no puedan visitar físicamente.

Estos CED deben estar enfocados a poner en práctica los siguientes aspectos ambientales:

  • Concientizar y sensibilizar a los participantes el interés por el medio ambiente
  • Desarrollar capacidades y actividades en favor del medio ambiente
  • Ampliar conocimiento del medio ambiente y su funcionamiento

Ejemplos de programas a realizar en los centros ambientales:

  1. Programa manejo de recursos naturales y medio ambiente.
  2. Programa de recolección y separación de basura.
  3. Programa de reforestación municipal
  4. Programas de concientización ambiental

Estos centros de educación que proponemos podrían ser una alternativa en la Educación Ambiental en Mexico a un menor costo, ya que podían impactar a más del 80%  de la población en tan solo 2 años, fortalecidos con un  diseño de plataformas de realidad virtual para las comunidades más marginadala al  incluirlas en Tele-Secundaria.  Nuestro programa al ser practico, divertido  y basado en el ejemplo; estamos convencidos de que tendría un gran impacto educativo,  ya que sería el alumno de estos CED la semilla para educar a su propia  familia

Es una idea  innovadora para que en México podamos lograr una mejor cultura sobre el manejo del medio ambiente, los recursos naturales y la sustentabilidad ya que nos permitirá llegar a muchos hogares con los  programas de educación interactiva, basándonos en el ejemplo para lograr una verdadera conciencia Ciudadana del cuidado del medio ambiente que nos urge para supervivencia de nuestro Planeta.

(*) jperezabuin@absa.com.mx

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¿Qué necesita México para encaminarse de manera irreversible a la sustentabilidad?

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Por Esther Entzana (*)  Ingeniero Industrial

La población de México vive una gran crisis de confianza siendo las instituciones gubernamentales las más afectadas. La gobernabilidad está sujeta a diversos elementos tanto internos como externos, pero sin duda es un factor clave para que cualquier proyecto en tema en sustentabilidad pueda llevarse a cabo, además la educación social-ambiental es otro factor relevante, ya que aseguraría una participación de la sociedad mucho más activa, de gran importancia y valor agregado.

Dentro de los elementos internos del gobierno como ente regulador y fiable, se requiere definir de manera explícita y, además estricta, qué entidades tienen bajo su jurisdicción derechos y obligaciones en temas de sustentabilidad. Me refiero a hacer público y oficial cuales son los derechos y deberes de estas instituciones para con la sociedad y el medio ambiente.

Los deberes abarcarían la gestión, ejecución y seguimiento de proyectos sustentables que sean transparentes, que proporcionen beneficios tanto a las comunidades que sí lo necesitan como al medio ambiente, además de generar algún tipo de riqueza. Ahora, como derechos, se encuentra la libertad de estas instituciones para establecer las reglas siempre y cuando éstas no afecten la integridad el proyecto, de la comunidad o del medio ambiente.

Una manera de asegurar que la información generada no está comprometida por intereses propios de la nación es por medio de auditorías externas. Con el paso del tiempo y con los resultados mostrados, la confianza se recuperará y eventualmente el auditor externo dejará de intervenir para que el sistema ya construido sea alimentado y ejecutado de la misma manera ahora solamente por el gobierno.

Sin embargo, si no se cuenta con una población versada en los beneficios y desventajas de apoyar proyectos de energías renovables, de reciclar o de reusar, aunque éstos se encuentren sean financiados y/o impulsados por el gobierno, no se contará con el interés social necesario para que estos proyectos trasciendan y mejoren.

Al tener información pública y transparente, y además contar con una base educativa fundamentada en los valores universales y con contenido de vanguardia, la sociedad pasa de ser mera espectadora a tomar un papel más activo, ya que además de contar con elementos validados por una institución ajena al Gobierno la cual garantiza en mayor medida que la información es confiable también cuentan con habilidades prácticas y competitivas. De esta manera, se dota al pueblo con un arma muy importante, la cual sirve, tanto para reforzar o mejorar proyectos existentes que surjan de las instituciones ya definidas como para impedir su ejecución. Es un arma de doble filo, pero garantiza una mayor participación ciudadana y por ende el intercambio de ideas entre el gobierno y la sociedad en todas sus formas.

La manera en cómo se gobierna un país y, por ende, en cómo se ejecutan planes y proyectos de sustentabilidad necesita ser analizado desde un punto de vista multidimensional, involucrando factores y demandas tanto sociales(externas) como del (gobierno), de carácter atemporal e incluyentes. México es un país que cuenta con una gran riqueza natural y social, y, a pesar de las situaciones difíciles por la que ha pasado, seguimos mirando a futuro buscando soluciones para aliviar estos males. La educación ambiental y social, así como la transparencia y buen uso de recursos en el gobierno son elementos que se necesitan reforzar de manera urgente para garantizar un cambio irreversible hacia la sustentabilidad.

(*) sthrentzana@gmail.com

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Reforma energética de México: el atraco y la oportunidad de oro desaprovechada

Alain Salzgeber (*)

2742280.jpgLas modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la constitución política obedecen a una agenda ajena a los intereses reales de México y representan un robo al país a todas luces; para entenderlo basta con repasar una serie de datos y “unir los puntos”. Así mismo, estamos perdiendo la gran oportunidad de convertirnos en una potencia mundial en energías renovables.

La producción de hidrocarburos en los Estados Unidos únicamente permite abastecer 60% de su demanda y la tendencia indica que su situación empeorará. Es evidente que el petróleo del golfo les hace un guiño y que han presionado e incentivado al ejecutivo federal hasta el cansancio para materializar esta reforma y dar un paso más hacia su seguridad energética a futuro.

Pemex ha reportado una pérdida de 4mil 400 millones de dólares americanos en lo que va del 2016, lo que confirma una precaria situación financiera que se ha cocinado desde hace más de una década. Como pueblo debemos cuestionar la veracidad de estas cifras, entendiendo que – dada la abundancia de recursos fósiles que tenemos – la capacidad de producción y facturación de la pronto ex-paraestatal es virtualmente infinita.

Los Chevron, Schlumberger, British Petroleum, etc., con quienes pronto Pemex compartirá utilidades que deberían ser del pueblo mexicano en su totalidad, tercerizan gran parte de sus operaciones en pozos petroleros. ¿Debemos creer que Petróleos Mexicanos no puede hacer lo mismo?

El cierre de refinerías, los altos volúmenes de exportación de crudo y la insistencia en la importación de gasolina proveniente de los Estados Unidos son iniciativas sin explicación lógica. La respuesta a ese absurdo es la ambición descontrolada y la total falta de escrúpulos de un puñado de experimentados políticos – y ex-políticos – mexicanos, quienes cuentan con intereses dentro de las multinacionales petroleras antes mencionadas.

Preocupadas y envueltas en los temas arriba expuestos, las reformas olvidan casi por completo el potencial mexicano de energías renovables y el bienestar del pueblo a largo plazo. Hoy en día sólo el 7.9% de la energía total generada en México proviene de fuentes renovables, lo que nos ubica por debajo del promedio global (13.5%). El programa nacional para el aprovechamiento sustentable de la energía que se menciona en el transitorio décimo octavo es opacado por el mar de transitorios relativos al petróleo.

Atendiendo la promesa de los yacimientos del golfo, estamos desechando la oportunidad de convertir a México en potencia de energía verde, en el amanecer de una transición energética.

(*) Ingeniero Mexicano, Emprendedor. https://mx.linkedin.com/in/asalzgeber

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Conservemos el planeta, por los siglos de los siglos, amén.

a0y3yLtAPor Diego Díaz Martin @DDiazMartin

El Papa Francisco revolucionó al mundo espiritual y materialista con su encíclica ambientalista de seis capítulos y 191 páginas, presentada el pasado 18 de junio. Sus mensajes son claros: conservar el planeta por los siglos de los siglos, amén.

Las preocupaciones papales incluyen principalmente el calentamiento global y la contaminación, la conservación del agua, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la calidad de la vida humana,  la inequidad planetaria y la debilidad de las reacciones junto a una diversidad de opiniones.

Una contribución indudable de esta encíclica es el llamado del Pontífice a unir esfuerzos sin perder la esperanza de que las cosas pueden cambiar. Por ello habla del diálogo como una herramienta fundamental para conciliar opiniones y visiones en búsqueda de consensos, así como del papel de la ciencia y de las religiones en la sustentabilidad.

EL Papa Francisco también propone una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales, inseparablemente vinculadas con la situación ambiental. Su visión trasciende el discurso político de un líder mundial, que señala responsables del deterioro del planeta y llama a tomar con más seriedad a la educación como una herramienta de cambio.

La valentía de esta primera Encíclica ambientalista de la iglesia enfrenta a las empresas petroleras y a los poderosos mercados financieros sin pelos en la legua, así como a los gobiernos que descuidan la gestión ambiental y pierden su liderazgo político tras fallidas cumbres que no logran avances significativos contra el cambio climático.

Problemas como la basura no quedaron fuera de la preocupación papal, indicando que se debe impedir que la tierra se transforme en un inmenso depósito de inmundicias. Igual atención merece la extinción de las especies, destacando que cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre.

La encíclica sobre ecología llega en un buen momento, y muchos ambientalistas como yo esperamos que también permee a la iglesia a través de sus congregaciones y feligreses. Acaso no sería maravilloso ver a los sacerdotes y hermanas compartiendo estas reflexiones del Papa Francisco, y más allá de la prédica, adoptando comportamientos ambientalmente sustentables que puedan apreciarse en edificaciones más ecoeficientes, en instalaciones ecodiseñadas o en universidades, colegios y demás estructuras de soporte católico, funcionando con energías renovables o promoviendo un uso racional del agua y gestionando de forma integral sus residuos y desechos.

Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Presbíteros, Diáconos, Laicos y Consagrados, además del resto de los miembros de la iglesia, tienen ahora también la misión de llevar el mensaje ambientalista a todos los rincones del mundo.

El planeta Tierra es un solo y debe ser conservado a perpetuidad. Gracias Papa Francisco por esa encíclica maravillosa que nos compromete con la ecología y la conservación, por los siglos de los siglos, amén.

 

Diego Díaz Martín es Presidente de VITALIS. ddiazmartin@vitalis.net

 

Rio 92, Rio+20, la Agenda 21 y el Capítulo 25

Por Alonso Lizaraz (*)

ImagenEn 1992, Jefes de Estado y de Gobierno y representantes de alto nivel se reunieron en Rio de Janeiro, Brasil, para celebrar la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, en la cual se adoptaron los lineamientos necesarios para encaminar a la humanidad hacia un modelo de vida más sensible a la preservación y conservación de los recursos naturales y al respeto por el ser humano.

Uno de los resultados más visibles de esta Conferencia fue la Agenda 21, el plan de acción que transformaría los modelos de producción, desarrollo y consumo de la humanidad aplicados en aquél entonces, y en donde se incluyeron capítulos que describen el rol que cada grupo principal de la sociedad civil cumpliría en dicho plan. La niñez y juventud, como uno de esos grupos, figura en dicha agenda dentro del capítulo 25, el cual inicia estableciendo que “La juventud representa cerca del 30% de la población mundial. La participación de la juventud actual en la adopción de decisiones y en la ejecución de programas relativos al medio ambiente y al desarrollo es decisiva para que el Programa 21 tenga un éxito perdurable”.

Veinte años más tarde, en la celebración de la segunda Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible Rio+20, la población juvenil mundial sigue siendo de alrededor del 30%, sigue enfrentando los desafíos planteados en 1992 y sigue luchando por conseguir los espacios que le fueron prometidos.

Pertenezco a la generación que atravesaba  su niñez cuando en el 92 discutieron sobre nuestro futuro. Futuro que hoy es nuestro presente.

Entre los 283 puntos contenidos en las 59 páginas de “El futuro que queremos”, título del documento final adoptado en Rio+20, los Jefes de Estado y de Gobierno y representantes de alto nivel reafirmaron su compromiso de aplicar íntegramente la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, el Programa 21 y el Plan para la ulterior ejecución del Programa 21, y aun cuando el documento no hace referencia a capítulos específicos de la Agenda 21, sí retoma mucho de su contenido, incluyendo el del citado capítulo 25.

En varios de los 283 puntos aparecen referencias a la niñez y juventud, y siguen dibujándose acciones futuras cuando los verbos ya tendrían que referirse al pasado y a un presente transformador, sí, dirigidos a un futuro prometedor que será de las próximas generaciones. Mi generación ya comienza a mostrar esa visión transformadora.

A continuación me permito presentar algunos de los puntos más importantes referidos a los jóvenes en el documento “El futuro que queremos”, y que rezan:

24. Expresamos nuestra profunda preocupación ante el hecho de que persisten los altos niveles de desempleo y subempleo, especialmente entre los jóvenes, y señalamos la necesidad de aplicar estrategias de desarrollo sostenible para abordar en forma proactiva el problema del empleo de los jóvenes en todos los niveles. En los puntos 148, 154 y 155 se vuelve a tocar el problema.

31. Recalcamos que el desarrollo sostenible debe ser un proceso inclusivo y centrado en las personas, que beneficie y dé participación a todos, incluidos los jóvenes y los niños.

50. Destacamos la importancia de la participación activa de los jóvenes en los procesos de adopción de decisiones, dado que las cuestiones que tratamos afectan profundamente a las generaciones presentes y futuras y la contribución de los niños y los jóvenes es indispensable para lograr el desarrollo sostenible. Reconocemos también la necesidad de promover el diálogo y la solidaridad entre generaciones mediante el reconocimiento de sus opiniones.

146. Nos comprometemos a reducir la mortalidad materna e infantil y mejorar la salud de las mujeres, los jóvenes y los niños. Reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad entre los géneros y la protección de los derechos de la mujer, los hombres y los jóvenes a tener control sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluido el acceso a la salud sexual y reproductiva, y decidir libremente respecto de esas cuestiones, sin verse sujetos a la coerción, la discriminación y la violencia.

229. […) Reafirmamos también que en el acceso pleno a una educación de calidad a todos los niveles es una condición esencial para lograr el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la igualdad entre los géneros, el adelanto de la mujer y el desarrollo humano y los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, en particular los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y la plena participación de las mujeres y los hombres, en particular los jóvenes.

230. Reconocemos que las generaciones más jóvenes son custodios del futuro, así como la necesidad de una mejor calidad y acceso a la educación después del nivel primario. Por tanto, decidimos mejorar la capacidad de nuestros sistemas educativos a fin de preparar a las personas para que puedan lograr el desarrollo sostenible (…].

231. Alentamos a los Estados Miembros a que promuevan la concienciación sobre el desarrollo sostenible entre los jóvenes, entre otras cosas, promoviendo programas para la educación no académica de conformidad con los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible, 2005-2014.

Sea por falta de voluntad política, por falta de recursos para algunos estados, o por meros intereses, lo cierto es que de no entender y aplicar con responsabilidad y seriedad estos puntos abrazados por los objetivos de la Agenda 21 y todos los tratados que giran en torno a las Conferencias sobre Desarrollo Sustentable, no prosperaremos como humanidad. Hoy es la oportunidad de transformar, el camino ya está, solo hay que seguirlo.

Para cerrar, cito algunas líneas del documento final presentado por el grupo mayoritario de la niñez y juventud en Rio+20, el cual expresa sin duda alguna, el pensamiento de este joven que como millones más alrededor del mundo, sueña con ese presente y futuro que queremos y por el cual, desde nuestras posibilidades, ya estamos trabajando.

“¿Dónde estuvo la voz de la niñez y la juventud? ¿Cómo pueden escucharnos en el futuro si no muestran la voluntad de crearnos espacios ahora? Fallaron en liberarse de los intereses nacionales y corporativos, y si no son capaces de levantarse, menos lo serán de seguir adelante. Así que nosotros nos moveremos por ustedes.

Sabemos que necesitamos cooperación intergeneracional, necesitamos innovación y creatividad, necesitamos abrazar los valores de sostenibilidad, equidad, justicia y respeto por los derechos humanos, necesitamos reconocer que los recursos materiales son finitos, mas no así el potencial humano.”

(*) Alonso J Lizaraz es Biólogo y Coordinador del Capítulo Zulia de VITALIS

alizaraz@vitalis.net  @ajlizaraz

Una opinión sobre desarrollo

Por Alonzo Lizaraz (*)

Entender y aplicar un nuevo modelo de desarrollo puede ser difícil si no se tiene una visión clara de quiénes son los actores que participan de este y cuáles son sus roles específicos. Más difícil aun es conceptualizarlo si dentro del modelo actual existen vacíos y grandes debilidades. Lo mismo sucede al hablar de una “Economía Verde”, cuando el modelo económico presente es frágil y excluye a la principal fuerza de trabajo de una sociedad: los jóvenes.

Aproximadamente la mitad de los más de 150 millones de jóvenes de América Latina y el Caribe, en edades comprendidas entre los 15 y 29 años, trabaja o busca trabajo, y muchos de los que trabajan lo hacen bajo condiciones cuestionables, con limitadas posibilidades de crecimiento profesional y con un futuro incierto. Otro 20% ni estudia ni trabaja. Este diagnóstico general de la Región hace comprender un poco por qué unos países están más encaminados hacia el desarrollo que otros.

El caso venezolano no escapa de esto. Muchos de los jóvenes venezolanos buscan la superación en trabajos que poco tienen que ver con sus carreras, si es que las tienen; otros tantos se unen a las filas de las actividades informales y los que tienen menos suerte batallan a diario entre lo que es importante y lo que es prioritario. Es el dilema entre lo importante y lo prioritario el flagelo que castiga a una sociedad alejándola de la planificación de su desarrollo.

¿Pero qué representa el desarrollo? El desarrollo, llámese o no sostenible, representa educación y oportunidades, trabajo digno, y no debe verse en un contexto estacionario sino más bien dinámico, donde la infancia y la juventud cumplen un papel clave.

Invertir en la educación de la infancia y asegurar el trabajo para la juventud es desarrollo, porque esos niños serán jóvenes preparados, y esos jóvenes preparados serán también jóvenes productivos que pasarán a ser adultos con experiencia y amplia visión de progreso. Si una nación es regida por adultos con visión de progreso entonces el resto de los beneficios sería una consecuencia lógica.

Aunque se ve como un modelo simple, la complejidad de esto radica en que efectivamente se invierta en la educación digna y se abran y creen los espacios necesarios para la inserción de los jóvenes como fuerza laboral; Y como siempre existe un “pero”, se debe comprender que el alcance de los objetivos generales del desarrollo de una sociedad no están regidos por tendencias políticas.

Las sociedades más adelantadas han demostrado que esto es posible al darle continuidad a los proyectos e ideas que benefician al colectivo si bien es cierto que en algún momento pueden surgir situaciones adversas. Sin embargo, la tendencia es a seguir impulsando la apertura, la inclusión y el fortalecimiento. Un precepto que para ser entendido, muchas veces ha costado el sacrificio de varias generaciones.

Una vez asimilada esta dinámica es que se podría avanzar al desarrollo sostenible, que en resumidas cuentas busca usar de manera apropiada los recursos naturales y humanos para asegurar la conservación de los primeros en función de la permanencia de los segundos.

Rio+20 representa el momento de evaluar la visión que se ha tenido del desarrollo, valorar los errores cometidos pero también los avances, porque ambos han permitido entender mucho sobre el camino que hay que tomar. También será el momento de discutir ideas, algunas ya planteadas, otras nuevas, y buscar las alternativas sostenibles para una infraestructura social que busque la erradicación de la pobreza, uno de los principales problemas modernos. Será la oportunidad de influenciar y cambiar la manera como se ve el Mundo, tal como lo hicieron aquellos jóvenes 20 años atrás, a quienes hoy, siendo tomadores de decisiones, corresponde dar paso a la generación del presente.

Que la juventud siga luchando por ganar sus espacios e impulsar la transformación en el camino hacia Rio+20 y siempre, no siguiendo el ejemplo de quienes nos preceden sino presentando nuevas ideas que conlleven al cambio definitivo, ese es nuestro reto principal.

Coordinador del Capítulo Zulia de VITALIS
alizaraz@vitalis.net
Twitter: @ajlizaraz

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