tribunal-ambiental-320x210

Los mecanismos no jurisdiccionales de acceso a la justicia ambiental en México

Mariana TejadoPor Abog. Mariana Tejado (*)

Es necesario que la ciudadanía cuente con mecanismos que le permitan proteger el medio ambiente y los recursos naturales de una manera eficiente y eficaz. Desafortunadamente, en México parece lejana la idea de contar con caminos rápidos y accesibles que permitan alcanzar una verdadera justicia ambiental sin tener que pasar por la contratación de abogados especialistas, largos periodos de espera o inclusive, tener que invertir una gran cantidad de dinero en la elaboración de estudios que permitan comprobar la existencia de contaminación o afectación al ambiente.

Si bien México es un país megadiverso y multicultural, su historia en las últimas décadas se ha visto plagada de tragedias ambientales que han impactado y afectado nuestros recursos naturales y, con ello, a la sociedad. Con facilidad se pueden evocar sucesos como el derrame de sulfato de cobre en los ríos Bacanuchi y Sonora, en el estado de Sonora; la explosión en el pozo Terra 123 en el estado de Tabasco; la contaminación del río Atoyac que corre a lo largo de los estados de Tlaxcala y Puebla y los múltiples derrames de hidrocarburos en la zonas costeras del país.

Por lo anterior resulta necesario contar con mecanismos que le permitan a la sociedad tener acceso a la justicia ambiental. Además de la posibilidad de acudir a los tribunales nacionales – vía que se torna larga, compleja y en ocasiones poco efectiva – existen otros mecanismos a través de los cuales la ciudadanía puede acudir a instancias en las que un juez no está involucrado.

Como ejemplo de lo anterior tenemos (i) la denuncia popular, la cual debe ser presentada ante las autoridades encargadas de la vigilancia del cumplimiento de la legislación ambiental como puede la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, a nivel federal, o las procuradurías estatales.  Asimismo, se cuenta con (ii) el procedimiento de queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, institución encargada de integrar expedientes y determinar la violación o no de los derechos humanos así como el similar llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Finalmente, (iii) existe el mecanismo seguido ante la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte, la cual analiza la correcta aplicación de la normatividad ambiental.

Estoy convencida de que estos mecanismos pueden ser de gran utilidad para la ciudadanía que se encuentre necesitada de salvaguardar el ambiente. Por ello, considero indispensable que se tenga acceso a información que permita conocer de manera clara el procedimiento bajo el cual funcionan dichos mecanismos, para que éstos sean aprovechados por la ciudadanía y, con ello, se reduzca la impunidad y se garantice la protección de los derechos humanos en materia ambiental.

(*) Abogada. Especialista en Derecho Ambiental. Directora de Derecho Ambiental y Políticas de ONGVitalis Latinoamérica – México. @marianiux888

10007_371207679649841_1458385164_n

Los Jóvenes como agentes de cambio

Nallely Valdez

Por Nallely Valdez, @NallelyGValdez (*)

No hay idea que inspire más a un joven que decirle que puede cambiar el mundo… Hace algunos años alguien lo susurró a los oídos de quien hoy escribe este texto y que hoy trabaja todos los días por esparcir el mensaje “Todos podemos ser agentes de cambio”.

Un agente de cambio es una persona que ha decidido sumar y multiplicar las acciones que realiza todos los días en el entorno en el que se encuentre: familia, círculo de amigos, trabajo, escuela, etcétera. El concepto ha venido creciendo de un modo exponencial en los últimos años; sin embargo, desde la antigüedad han existido una serie de líderes inspiradores que no se llamaron nunca a sí mismos agentes de cambio, pero que el contexto histórico en que vivían les llamaba a erradicar y abolir aquellas instituciones o sistemas que deshumanizaban a las personas. Si bien hoy ser agente de cambio no significa –necesariamente– hacer grandes obras para la historia de la humanidad, sí persigue que la vida personal de cada individuo impacte de manera positiva y haga historia en la de alguien más.

Entre tantos adjetivos para describir a los agentes de cambio hoy se resalta el coraje, que a pesar de tener distintos significados alrededor del mundo, su origen nunca cambia. Coraje proviene del latín “cor” que significa corazón. Este significado hace más fuerte la comprensión de la palabra, y es entonces que podemos explicar el modo en el que los agentes de cambio están  actuando todos los días para mejorar su entorno: los agentes de cambio no tienen miedo, porque actúan con coraje y éste proviene de hacer lo que hacen con todo el corazón, y entonces todo el amor esta puesto en la causa por la que luchan y a pesar de estar en el ojo del huracán, en el riesgo de perder “todo lo que tienen” no tienen miedo, y si llegan a tenerlo hacen lo posible por superarlo, saben y confían que lo mejor de este mundo esta apenas por comenzar.

¿Se aprende a ser agente de cambio? Tal vez este tema no requiere preguntas, si no que las respuestas habitan dentro de cada persona que emprende este camino. Algunos dicen que los grandes cambios no ocurren de la noche a la mañana, y por consecuente el convertirse en un agente de cambio tampoco es así; sin embargo, existe un momento en la vida de algunas personas donde algo pasa, algo se transforma en su interior que lo invita a cambiar la realidad social que lo envuelve. Este se llama punto de inflexión, y es tan diverso como humanos en este mundo, y se experimenta a través de un choque directo con la realidad o como resultado de una lucha interna con el núcleo social que cada persona habita.

Este punto enciende una luz interior en cada individuo. Se le ha preguntado a una serie de líderes sociales de la actualidad ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Cuál es el origen de la pasión de su trabajo? Y la mayoría coincide en la existencia de este momento que es para muchos el encuentro frente a frente con las problemáticas sociales más duras que vivencian otros individuos, ciudades, países o continentes enteros. Pero ¿qué pasa con los que viven dentro de la problemática? ¿Qué pasa cuando son ellos “la imagen pública” del problema?

¿Cuál es el punto de inflexión de cada ser humano de este planeta? Imposible saberlo, imposible pretender que todos están viviendo puntos de inflexión, cuando sabemos que hay situaciones que no se han abolido nunca, que hay niños que nacen y mueren pobres, que hay comunidades enteras que son sometidas por el sistema a vivir una vida alineada a conceptos particulares.

Es más fácil emprender el camino al cambio para los que han sido más “privilegiados” y que les ha tocado tal vez ser espectadores y actores por decisión de los problemas que buscan abolir.

Muchos lectores se pueden sentir identificados y encontrar de inmediato el punto de inflexión de su vida que los impulso a hacer el cambio, pero, para todos los niñas, niños, jóvenes, adultos y organizaciones que han sido actores por imposición y que no han encontrado ese punto de la vida que ha iluminado sus acciones a futuro, existen algunas soluciones que no han llegado a sus oídos porque se construyen desde el silencio… Facundo Cabral dijo “Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida… El bien es silencioso”.

Estas soluciones las brindan organizaciones que están trabajando por formar a los futuros agentes de cambio, y que su misión particular es encender este punto de la vida que inspire a todos –sin excepción– a vivir su vida con coraje.

Entre las organizaciones que están liderando este movimiento se encuentra el programa Global Changemakers, originalmente programa de British Council, el cual se ha dedicado en los últimos años a capacitar a jóvenes para catalizar el cambio social. Es una red de más de 100,000 jóvenes agentes de cambio trabajando alrededor del mundo con más de 280 proyectos en 128 países. Global Changemakers cree que con el fin de obtener resultados diferentes y de alto impacto es necesario tener un enfoque integral.

Por otro lado se encuentra Ashoka, organización internacional que trabaja para construir un mundo de “Everyone a Changemaker” o “Todos podemos ser agentes de cambio”. Tiene una serie de programas sociales que buscan promover el concepto de agentes de cambio desde escuelas básicas hasta organizaciones empresariales de alto nivel.

Ahora, tener un punto de inflexión en la vida te permite encontrar  propósito, pero no las instrucciones a seguir. En este momento muchas personas ya se encuentran trabajando, y algunos dicen “trabajo por lo que sea, pero que sea para el bien” y entonces el concepto se diluye y a pesar de que les ha quedado claro la idea y el propósito, nadie los orienta en los pasos a seguir en el camino a ser un agente de cambio.

Las instituciones, profesores, padres de familia deberían ser los que ayuden a los jóvenes a enumerar los pasos y presentar las posibles rutas a seguir. La idea de generar un “talento para el cambio” empieza a ser implementada, y a pesar de que falte mucho para tener todas las respuestas, la propuesta se ha venido gestando desde la posibilidad de educar a la juventud en el estudio de las problemáticas sociales, donde aprendan la historia, los movimientos sociales que han intentado cambiarlos, los aspectos negativos y positivos, a tal punto que el joven se identifique y empatice con ese problema llevándolo a elegir su vocación y profesión orientada a encontrar modelos innovadores que resuelvan el problema de raíz.

Este es el camino, el procedimiento a seguir para no dejar que se apague la luz del agente de cambio, incluso orientar esa luz hacía el lugar con mayor oscuridad. Actuar con coraje, sin miedo y desde el corazón requiere una luz que no solo tenga botón de encendido sino un botón de iluminación. Y esto, lo explica Eduardo Galeano en la siguiente reflexión: “…Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.

Anteriormente se mencionaba a las organizaciones que apoyaban a los jóvenes a encender ese punto de inflexión, pero también hay otras que se encuentran trabajando por el desarrollo de talento de ellos. Estas organizaciones están enseñando a iluminar el mundo con su luz donde en verdad son necesitados.

Fundación Botín, es una organización que promueve el cambio social desde diversos sectores en España y en recientes años Latinoamérica.

Siguiendo la lógica de orientar los esfuerzos de los agentes de cambio culturales, medioambientales, educativos decidieron poner en marcha un programa que formara a los futuros servidores públicos, y entonces solo los de reconocida vocación y dedicación ocuparían los importantes cargos de gobierno responsables de aplicar políticas públicas para el bien de la sociedad latinoamericana.

Se han mencionado organizaciones internacionales que han formado en los últimos años a los líderes sociales de muchas comunidades alrededor del mundo. Estos jóvenes han creado a su regreso a casa nuevas organizaciones locales que se han caracterizado por el desarrollo de talento de jóvenes. Todos los días los inspirados, tienen el compromiso de inspirar a los que los rodean.

Sin embargo, ¿cómo hacemos para llevar este gran movimiento de agentes de cambio a todo el mundo? Los espacios se han quedado cortos y a pesar del increíble esfuerzo de las organizaciones en abanderarlo todos los días sigue faltando aún más. Y es aquí donde brota el paso final para lograr ese mundo donde no existan barreras ni trabajos silenciosos de los agentes de cambio.

Democratizar el ser agente de cambio en todas las sociedades no será, ni es tarea fácil, pero las instituciones de gobierno reconociéndose a sí misma como las que ejercen el poder de los cambios macros deberán caminar hacía una sociedad con espacios establecidos en todos los sectores de desarrollo de futuros líderes para la comunidad en la que habitan. Y la tarea de democratizar este concepto no es tarea exclusiva del gobierno como se podría pensar si no de todos aquellos jóvenes que ya tuvieron la oportunidad de vivir grandes experiencias con apoyo de organizaciones generando su punto de inflexión, les toca ahora a ellos llevar lo aprendido a las comunidades, cosechar la semilla que se las ha regalado. Todos los “fellows”, becarios, Agentes de Cambio, tienen la luz en sus manos…

La sociedad debe dejar de esperar el líder inspirador que venga y cambie el sistema, Gandhi, la madre Teresa de Calcuta, Malala, son ciudadanos que persiguieron su lucha social con coraje…pero todos, tienen la posibilidad de transformar la vida personal hacia el cambio. El libro sigue abierto, las paginas están en blanco, pero cada día existirá un segundo mágico donde la decisión de convertirse en un agente de cambio con coraje de un joven se hará melodía que llegue a las comunidades en forma de baile y celebración. Hoy cada joven tiene la posibilidad de escribir la historia de su vida, con sus propias manos.

 

(*) Coordinadora de Desarrollo Institucional de Ashoka México, Centroamérica y el Caribe. Co-Fundadora de Conciencias Unidas. nvaldez@ashoka.org

Jardin Botanico Ccs

Jardines Botánicos de Venezuela: ¿Biodiversidad en riesgo?

Cecilia-G-236x300 Dra. Cecilia Gómez Miliani (*)

Como una situación ideal, todas las plantas deberían ser conservadas en sus ambientes naturales, como poblaciones sujetas a los procesos normales de evolución, particularmente dentro del sistema de áreas protegidas. Esto es lo que se conoce como conservación in situ.

De igual forma, representantes de estas poblaciones deben ser mantenidas fuera de sus ambientes naturales (conservación ex situ), ya sea en bancos de semillas o cultivadas en bancos genéticos de campo, dentro de los jardines botánicos. Estos últimos, a nivel mundial, están desempeñando un papel preponderante en los diversos esfuerzos implementados para frenar la extinción de las especies; igualmente trabajan en la clasificación, conservación, evaluación y uso sostenido del patrimonio genético vegetal.

El Secretariado para la Conservación en Jardines Botánicos, ente que rige las políticas de los jardines botánicos a nivel internacional, los define como “aquella institución que tiene colecciones de plantas, mantenidas y ordenadas científicamente, por lo general documentadas y etiquetadas, abierto al público con propósitos recreativos, culturales, educativos y de investigación”. A ello se suman cinco criterios básicos que deben cumplir las áreas que quieran ser clasificadas como jardines botánicos: Permanencia en el tiempo, mantenimiento de colecciones de plantas con una base científica y con documentación apropiada, monitoreo de las plantas mantenidas en colección, contacto permanente con el público y establecimiento y mantenimiento de comunicación e intercambio de material con otros jardines botánicos, arboretos e instituciones afines.

Según la Estrategia Nacional sobre Diversidad Biológica, en Venezuela existen 16 jardines botánicos ubicados en diversas regiones del país. Sin embargo, a la luz de las características descritas anteriormente pudiéramos decir que no todos esos espacios, denominados oficialmente como jardines botánicos, son tales. Algunos solo existen en papel, solo está el proyecto, la idea o la intención de ser; otros tienen sus espacios amenazados por el urbanismo, siendo víctimas de acciones vandálicas como incendios o robos; la mayoría se limita a tener grupos de plantas que difícilmente pueden llamarse colecciones; muchos ni siquiera están abiertos al público.

En este sentido es importante señalar que los esfuerzos emprendidos por los jardines botánicos hacia la conservación de las especies vegetales implican un compromiso y un trabajo a largo plazo. Las labores de consolidación de las colecciones de plantas, que son el eje primordial de estas instituciones, pueden llevarse más de ocho años; su desaparición, por decisiones desacertadas, es cuestión de meses.

Manejados adecuadamente, bajo criterios técnicos, los jardines botánicos prestan una serie de servicios que van más allá de la “percepción vegetal” que de ellos tenemos: la recarga de los acuíferos que se encuentran en sus alrededores se ve beneficiada, pues las plantas contenidas en estos espacios contribuyen con esta acción; la fauna silvestre urbana consigue un refugio para su desarrollo; en las grandes ciudades, se convierten en verdaderos pulmones verdes, oxigenando el aire contaminado; y para nosotros, son oasis que hacen posible el relax, la meditación, la contemplación y el contacto con lo natural, todo ello necesario en la agitada vida actual.

Esto nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de prestar atención a la situación actual de nuestros jardines botánicos y al papel que juegan en nuestra sociedad estos espacios subvalorados, desestimados y muchas veces considerados como estorbos para el desarrollo y crecimiento de las ciudades.

 

(*) Directora de VITALIS en Barinas (Venezuela). @cecigomezmi  cgomez@vitalis.net

humedal-750x325

Humedales son esenciales para la recuperación económica de Venezuela

DDM 2Por Dr. Diego Díaz Martín @DDiazMartin (Presidente de VITALIS)

Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, ecosistemas fundamentales para la vida y la sostenibilidad del planeta, de especial importancia para la recuperación económica de Venezuela.

Los humedales comprenden una gran variedad de ambientes acuáticos, naturales o artificiales, permanentes o temporales, estancados o corrientes, dulces, salobres o salados, incluyendo las extensiones de agua marina que no excedan de seis metros de profundidad.

También son considerados humedales los estanques para la acuicultura, las salinas para la explotación de sal, las áreas de excavación y hasta los reservorios de agua para irrigación o consumo humano. Asimismo, se incluyen lagunas costeras e interiores, manglares, morichales, lagos, bosques inundados, arrecifes coralinos y esteros, entre otros.

Una Convención internacional, de la cual Venezuela es signataria, ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos. Conocida como Ramsar, en recuerdo a la ciudad Iraní donde se firmó en 1971, este acuerdo global provee lineamientos, obligaciones y buenas prácticas para promover su apropiado manejo.

De los 2.040 humedales RAMSAR de importancia internacional que existen en el mundo,  5 existen en Venezuela, y presentan diversos grados de amenaza a su integridad. Sin embargo, es oportuno mencionar que no existe un inventario exhaustivo y consolidado de todos los humedales de Venezuela, aunque su valor, importancia y situación en el país ha sido ampliamente reconocido por muchas investigaciones de las universidades, del extinto Ministerio del Ambiente y de las ONG, por citar algunos.

El consenso técnico y científico es que los humedales son indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que brindan a la humanidad, desde el suministro de agua dulce, hasta la producción de alimentos, energía y de materiales de construcción. Recordemos que los humedales constituyen los entornos más productivos del mundo, y son lugares valiosos para la diversidad biológica, protegiendo la productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir.

Debido a los diferentes tipos de vegetación que en ellos suele encontrarse y dependiendo de su tamaño y profundidad, los humedales también pueden contribuir a la fijación de sedimentos, lo cual favorece la remoción de nutrientes y tóxicos. Asimismo, son importantes en la protección de la línea costera y en el control de la erosión de estuarios y ríos.

No olvidemos la importancia de los humedales para la agricultura, acuicultura y la forestería, entre otras formas de producción artesanal o industrial. Asimismo, actúan como retenedores naturales de agua, regulando su flujo, evitando inundaciones y permitiendo la recarga de los acuíferos, además de proveer alimento y medicinas a las poblaciones humanas y la vida silvestre y acuática, incluyendo nutrientes que sirven de sustento a las actividades pesqueras de importancia.

El tema del Día Mundial de los Humedales 2016 es “Humedales para nuestro futuro: Medios de vida sostenibles”. Sin dudas, una celebración muy oportuna para Venezuela, que debe reactivar y potenciar su producción económica, para lo cual es vital asegurar la conservación de estos ecosistemas e impulsar su apropiado manejo.

Valorar la importancia de los humedales y su rol en el desarrollo sustentable de Venezuela, debe ser una prioridad.

 

 

Sistema-de-Justicia-Penal

¿En dónde está la justicia penal ambiental?

20150613_091225-1Por el Abog. Germán José Mora Medina(*)

Ambiente en crisis

El drama que enfrenta nuestro país en materia ambiental tiene varios puntos de partida que conducen a un destino marcado por el fracaso y la involución. Aquel mandato constitucional que impone al Estado la obligación de garantizar un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado, dista mucho de las políticas recientes promovidas por el Ejecutivo Nacional.

La descabellada decisión de sustituir al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente por un Ministerio para la Vivienda, Hábitat y Eco socialismo, sin duda alguna, alimenta la carga burocrática que de por sí ya le resultaba nociva a la extinta cartera ambiental. Si bien el ambiente guarda relación estrecha con la materia habitacional, existe una verdad tangible a la vista de todos. Me refiero a la inexistencia de un Plan de Ordenación Urbanística que viaje de manera cónsona con los logros alcanzados por la Gran Misión Vivienda Venezuela (casas y edificios, pero sin calles y servicios básicos en su mayoría).

Para el Gobierno, el ambiente resultaba una piedra de tranca en su afán populista y “contra natura” de asegurar la mayor suma de felicidad posible a su pueblo; el mensaje es muy claro… Así la naturaleza se oponga, la política y las apetencias de perpetuarse en el poder, siempre tendrán mayor peso que cualquier ápice de respeto hacia una Tierra cuyo potencial ambiental yace de rodillas frente a un Estado antropogénico que no encuentra la fórmula efectiva para lograr el equilibrio sustentable, y no la consigue porque sencillamente no le interesa.

No obstante, no solo el Ejecutivo tiene su cuota de responsabilidad en este disparatado concierto de voces ecocidas. Desde el punto de vista Judicial, nos encontramos con una Ley Penal del Ambiente que no logra un engranaje con la labor punitiva del Estado y sigue existiendo la necesidad de crear la Jurisdicción Especial Penal Ambiental, prevista en el artículo 136 de la vigente Ley Orgánica del Ambiente. Sobre este particular, el Tribunal Supremo de Justicia mantiene una deuda con el ambiente que supera el septenio.

La labor de castigar los delitos ambientales recae sobre el juez penal ordinario, ese funcionario investido de autoridad para condenar o absolver a procesados por delitos como robos, secuestros, homicidios, entre otros; y debe también incorporar dentro de su acervo de conocimientos un sin fin de enigmas muy propias del género ambiental, que escapan fácilmente de su conocimiento privado.

El juez penal debe conocer el alcance de los recursos naturales predominantes en su jurisdicción (fauna, flora, vegetación, densidad demográfica, áreas naturales protegidas, vocación de uso de los suelos, inclusive) y en la toma de sus decisiones considerar la importancia que cumplen estos recursos para la colectividad, tiene la responsabilidad de velar para que la aplicación de leyes como la recién reformada (vía habilitante) Ley de Pesca y Espacios Acuícolas, Ley de Bosques y Gestión Forestal, Ley de Protección a la Fauna Silvestre, Ley de Aguas, Ley de Gestión de la Diversidad Biológica, no sean letra muerta, labor que a todas luces representa una carga gigantesca que sin duda le resta fluidez y celeridad a la justicia penal, sea ordinaria o especial.

A muchos de los jueces penales les resulta complejo ponderar con el mismo equilibrio las decisiones que se erigen frente a delitos tan disímiles como violación y homicidio frente a otros no tan palpables como tala de árboles y aprovechamiento de recursos naturales, los cuales en ocasiones terminan siendo archivados o sobreseídos, o en peor de los casos, culminan con de la imposición de una multa.

El Rol del Juez Agrario: En la jurisdicción especial agraria se ha logrado hallar una ventana mediante la cual sin imponer multas ni penas a los trasgresores, se cumple un rol protagónico frente al ambiente en acatamiento al principio constitucional de seguridad y soberanía nacional. Así lo han entendido varios jueces que se han atrevido a explotar al máximo todas las herramientas contenidas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, valiéndose de poderes cautelares en materia de protección al medio ambiente y a la biodiversidad, de manera que su alcance jurisdiccional es amplio, pues en esencia la seguridad alimentaria y la preservación del ambiente no está reservada exclusivamente a la materia agrícola.

El Tribunal Supremo de Justicia sigue manteniéndose en deuda con el ambiente, en palabras del connotado jurista y académico Wilmer Gil Pérez “una justicia lenta es en sí una injusticia”, ya son 8 años en espera por la instalación de tribunales especiales con competencia penal ambiental. Nuestra Tierra, la Pachamama, Gaia, la Madre Naturaleza, necesita ser oída y tutelada por el Estado, pues, una justicia no puede llamarse como tal si sus frutos no germinan de la voluntad política de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de gestar cambios en tiempos de revolución.

No se trata de legislar bien sea por imperio de la Asamblea Nacional o por vía Habilitante, la idea es que exista la infraestructura y el compromiso firme de consolidar esta jurisdicción, afianzando y ratificando el sentido humanista sobre el cual se erige nuestro Estado Social de Derecho y de Justicia.

(*) Abogado especialista en Derecho Ambiental

@germanjosem

germanjosem@gmail.com

ate_reli

Conservemos el planeta, por los siglos de los siglos, amén.

a0y3yLtAPor Diego Díaz Martin @DDiazMartin

El Papa Francisco revolucionó al mundo espiritual y materialista con su encíclica ambientalista de seis capítulos y 191 páginas, presentada el pasado 18 de junio. Sus mensajes son claros: conservar el planeta por los siglos de los siglos, amén.

Las preocupaciones papales incluyen principalmente el calentamiento global y la contaminación, la conservación del agua, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la calidad de la vida humana,  la inequidad planetaria y la debilidad de las reacciones junto a una diversidad de opiniones.

Una contribución indudable de esta encíclica es el llamado del Pontífice a unir esfuerzos sin perder la esperanza de que las cosas pueden cambiar. Por ello habla del diálogo como una herramienta fundamental para conciliar opiniones y visiones en búsqueda de consensos, así como del papel de la ciencia y de las religiones en la sustentabilidad.

EL Papa Francisco también propone una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales, inseparablemente vinculadas con la situación ambiental. Su visión trasciende el discurso político de un líder mundial, que señala responsables del deterioro del planeta y llama a tomar con más seriedad a la educación como una herramienta de cambio.

La valentía de esta primera Encíclica ambientalista de la iglesia enfrenta a las empresas petroleras y a los poderosos mercados financieros sin pelos en la legua, así como a los gobiernos que descuidan la gestión ambiental y pierden su liderazgo político tras fallidas cumbres que no logran avances significativos contra el cambio climático.

Problemas como la basura no quedaron fuera de la preocupación papal, indicando que se debe impedir que la tierra se transforme en un inmenso depósito de inmundicias. Igual atención merece la extinción de las especies, destacando que cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre.

La encíclica sobre ecología llega en un buen momento, y muchos ambientalistas como yo esperamos que también permee a la iglesia a través de sus congregaciones y feligreses. Acaso no sería maravilloso ver a los sacerdotes y hermanas compartiendo estas reflexiones del Papa Francisco, y más allá de la prédica, adoptando comportamientos ambientalmente sustentables que puedan apreciarse en edificaciones más ecoeficientes, en instalaciones ecodiseñadas o en universidades, colegios y demás estructuras de soporte católico, funcionando con energías renovables o promoviendo un uso racional del agua y gestionando de forma integral sus residuos y desechos.

Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Presbíteros, Diáconos, Laicos y Consagrados, además del resto de los miembros de la iglesia, tienen ahora también la misión de llevar el mensaje ambientalista a todos los rincones del mundo.

El planeta Tierra es un solo y debe ser conservado a perpetuidad. Gracias Papa Francisco por esa encíclica maravillosa que nos compromete con la ecología y la conservación, por los siglos de los siglos, amén.

 

Diego Díaz Martín es Presidente de VITALIS. ddiazmartin@vitalis.net

 

605655_nino

El regreso de El Niño

Por Dr. Julio Cesar Centeno, jc-centeno@outlook.com

Info_FenomenoDeElNinoTras más de un año de gestación, finalmente se ha desatado nuevamente el fenómeno de El Niño. Así lo determinó formalmente la NOAA el 5 de Marzo 2015. Tiende a modificar patrones climáticos en varias partes del mundo y aumentar la temperatura promedio del planeta, inmediatamente después del año más caliente de la era cristiana: el 2014.

Desde principios del 2014 se han detectado varias olas Kelvin: corrientes de agua caliente desplazándose bajo la superficie del océano Pacífico desde Asía hacia Sur América en la franja tropical. Toman aproximadamente dos meses para cruzar el océano. Estas olas han contribuido a generar una de las condiciones necesarias para que se declare la presencia de El Niño: la temperatura promedio en la superficie de regiones seleccionadas del Pacífico oriental debe superar en al menos 0.5°C la normal durante cinco períodos sobrepuestos de tres meses.

También se requiere el debilitamiento de los vientos alisios en la atmósfera inferior que se desplazan en la franja ecuatorial desde Sur América hacia Asia (de este a oeste). Bajo condiciones neutras, estos vientos desplazan agua caliente superficial hacia el Oeste, lo que provoca que el nivel del mar sea unos 50 centímetros más alto en Indonesia que en Ecuador. Parte de esta diferencia se debe a la expansión térmica: la temperatura de las aguas superficiales pueden ser hasta 8°C superiores en el oeste (aproximadamente 30°C) que en las costas de Sur América (22°C). Las aguas profundas más frías se mueven en dirección contraria, hacia el Este, emergiendo cerca de las costas de Sur América.

Durante El Niño los vientos superficiales se debilitan y las aguas superficiales, más calientes y elevadas en el Pacífico occidental, se desplazan hacia Sur América, como si se desplomaran hacia el este. Las precipitaciones siguen a las aguas más cálidas. Los efectos son variados, aunque normalmente provoca sequías en Indonesia, Australia, India y el norte de Sur América, mientras desatan lluvias e inundaciones en la región sur-oriental de Sur América, en el este ecuatorial de África y en el sur de Estados Unidos. Las costas de Ecuador y Perú tienden a recibir mayores precipitaciones.

El Niño y La Niña son las fases cálida y fría de una oscilación en el Pacífico tropical conocida como la Oscilación Sur, con un período variable de 3 a 7 años. Esta oscilación genera una enorme redistribución de energía calórica en la capa superficial del océano. El exceso de energía calórica en las costas de Sur América asociado al evento de 1998 se estima equivalente a la generada por un millón de planta generadoras de electricidad de 1000 MW cada una, operando durante todo un año.

Por sus características iniciales, no se espera que en esta oportunidad sea tan devastador como el de 1998, cuando contribuyó a convertirlo en el único de los 15 años más calientes registrados hasta la fecha que no corresponde al siglo 21. Tampoco se espera que sea tan fuerte como el del 2009-2010. En esa oportunidad, con un Niño de mediana intensidad, Venezuela fue seriamente afectada, provocando un fuerte racionamiento del servicio eléctrico, la paralización de la siderúrgica SIDOR y la planta de aluminio ALCASA, y amenazando con paralizar por completo el complejo hidroeléctrico del Guri donde se generaba entonces el 70% de la electricidad del país.

Sin embargo, en esta oportunidad El Niño no pasará desapercibido, pues tiende a agravar la sequía que azota al país desde inicios del 2014. El período de Octubre 2013 a Mayo 2014 fue uno de los más secos de los últimos 60 años, provocando el racionamiento de agua y electricidad en varias regiones del país y afectando significativamente la producción agrícola. La Federación de Ganaderos reportó la pérdida de al menos 200.000 reses.

Resalta una vez más la necesidad de planes adecuados de contingencia ante un fenómeno cíclico y recurrente, cuya intensidad tiende a aumentar a medida que se eleva la temperatura promedio del planeta como está previsto al menos durante el resto del siglo 21. El Niño podría convertir el 2015 en el año más caliente en los últimos siglos.

________________________

Julio César Centeno

Ingeniero licenciado en la Universidad de Nueva York; postgrados en la Universidad de California, Berkeley. Profesor de la Universidad de Los Andes, Venezuela. Asesor de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo [UNCED]. Director Ejecutivo del Instituto Forestal Latino Americano. Investido por el Príncipe Bernhard de Holanda con la Orden del Arca Dorada. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS en Holanda. Miembro del Consejo Directivo del Forest Stewardship Council, FSC. Miembro del Consejo Directivo de SGS-Forestry, Oxford. Profesor visitante en FLACSO, Ecuador. Profesor visitante del Departamento de Política y Economía Forestal de la Universidad de Viena, Austria. Asesor internacional.

1fonver

FONDO VERDE PARA EL CLIMA: gran reto para el 2015.

Marisol CastañedaPor Ing. Marisol Castañeda

 

El Fondo Verde para el Clima es un mecanismo multilateral de financiamiento, cuya idea nace en el año 2009 durante la cumbre de Copenhague.

Posteriormente para el año 2011, este proyecto es adoptado por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y protagonizando un importantísimo rol pues este Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), además de ser una herramienta fundamental en la transformación hacia economías bajas en carbono, vendría a operar como un mecanismo de distribución de recursos desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo, con la finalidad de contribuir con estos últimos en el financiamiento de proyectos que les conlleven a la mitigación y adaptación al cambio climático, considerando que su responsabilidad en el origen de estos cambios climáticos ciertamente es mucho menor.
Originalmente, el Fondo Verde para el Clima, abierto a contribuciones monetarias, partió con el propósito de involucrar únicamente a las potencias industrializadas, mayormente responsables de la emisión de gases de carbono, con la tendencia de que a largo plazo los países en desarrollo también fueran incorporándose a esta iniciativa, claro está, con una participación monetaria inferior. Su lanzamiento finalmente ocurre al cierre del año 2013 con un compromiso inicial de 40 millones de dólares y la expectativa presente de sus integrantes es que para el año 2020 se eleve a los 100 millones de dólares anuales.

Bajo este contexto, el Fondo pasaría a distinguirse en los próximos años como el Centro de las Finanzas Climáticas Internacionales. Ahora bien, en la actualidad, el Fondo Verde para el Clima está conformado para recibir aportes tanto de países industrializados como de países en desarrollo, y a la fecha ha recibido compromisos de unos 22 países, entre ellos Canadá, Japón, Suiza, Suecia, Alemania, entre otros. Se espera se sume Corea del Sur y por Latinoamérica México, Perú, Panamá y Colombia. Recientemente, coincidiendo con el arranque de la Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP20) iniciada en Lima (Perú) el pasado Lunes 1° de diciembre, nuevas contribuciones fueron ya anunciadas, como es el caso de España con un compromiso ejemplar al Fondo por 120 millones de Euros. Por su parte, Estados Unidos, siendo uno de los mayores contaminantes del planeta, anunció una
contribución de 3.000 millones de dólares, seguido por China con 1.500 millones y Gran Bretaña con 1.100 millones. Así, el Fondo tiene ya compromisos anunciados por 9.700 millones de dólares.

En cuanto al Consejo que actualmente dirige este Fondo Verde para el Clima, éste se encuentra integrado en partes iguales entre naciones ricas y pobres, y aunque el Fondo cuenta ya con procedimientos básicos de funcionamiento, las reglas para la asignación de los recursos ha resultado una tarea histórica, pues sus integrantes llevan el reto de diseñar, en términos de equidad, un esquema con rendición de cuentas que permita de manera eficaz y eficiente hacer frente a los desafíos del cambio climático, al tiempo de garantizar soluciones a las necesidades de los países en desarrollo.

Hasta ahora, se ha avanzado en una etapa inicial de reglamentación, sin embargo aún restan muchos temas por definir en materia de control, de conceptualización de los aportes respecto a si serán tomados como donaciones o como préstamos, del tiempo para la utilización de estos recursos, e incluso de la aceptación o no de condiciones para estos aportes.

Los acuerdos que se logren alcanzar en Lima durante esta Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP20) con relación a estos temas, así como el compromiso que se anunciará en cifras de naciones en desarrollo para incorporar nuevos aportes al Fondo, serán factores determinantes para el éxito de la capitalización de esta iniciativa, que sin duda generará nuevos incentivos para el aumento de las contribuciones, y lo más importante, permitirá financiar inversiones para infraestructuras bajas en carbono.
(*) Ingeniera Civil, mrslcastaneda@gmail.com

@mcastan80239629

87007_interes-general

¿Cómo queda el Derecho Humano a un ambiente sano con la eliminación del Ministerio del Ambiente en Venezuela?

maritzaPor Abg. Ma. Maritza Da Silva D.*

 

La tendencia universal en materia ambiental está dirigida a la tutela constitucional de los derechos humanos vinculados a la protección del ambiente. Los daños ambientales, así como la degradación y/o modificación de los ecosistemas, han vuelto la mirada del derecho para su protección, dando origen al nacimiento de la relación entre derechos humanos y ambiente, vínculo cuya temática ha alcanzado a todas las regiones del mundo, planteando retos fundamentales que los Estados deben afrontar de manera sostenible en los próximos años.

En Venezuela, el derecho al ambiente sano es un derecho humano fundamental, que cuenta con una cláusula ambiental basada en un Estado democrático, social de derecho y de justicia, exaltando desde el preámbulo constitucional el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad, configurado así por mandato del constituyente como derecho-deber, que tiene un valor transversal para todas las políticas públicas, y sólo necesita de exigibilidad y justiciabilidad, para cumplir con el principio de progresividad de los derechos humanos, cuya garantía está consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999, como un derecho humano fundamental claro e inequívoco.

La tutela judicial se encuentra reconocida en el artículo 26 constitucional, como derecho de acceso a la justicia, entendido como derecho de protección, para todos los ciudadanos, priorizando el derecho a la defensa para responder a la necesidad conservacionista del ambiente en razón de su principio de equidad generacional, consagrado en el artículo 127 constitucional.

No obstante, la fusión del Ministerio del Ambiente con el Ministerio de Vivienda y Hábitat, no debe abandonar los postulados consagrados en nuestro marco constitucional, más aun, debe imperar el compromiso por llevar adelante los principios de la Declaración de Estocolmo (1972), que promovió en Venezuela la creación del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, pionero en América Latina, para atender políticas públicas ambientales de avanzada desde hace más de cuarenta años.

Ello conlleva a exhortar desde nuestra tribuna, a las autoridades del fusionado ministerio a seguir trabajando incansablemente y de manera articulada con los sectores involucrados con otros ministerios, entre ellos, salud, alimentación, agricultura y tierras, organizaciones no gubernamentales, universidades, asociaciones civiles, consejos comunales, contralores sociales, en fin, todos los actores que hacemos vida social, porque la lucha por la dignificación de los derechos siempre será hasta alcanzar la justicia ambiental, tantas veces vilipendiada por intereses ajenos a la calidad de vida que nos merecemos como ciudadanos.

Los derechos y deberes son de todos los ciudadanos, pero el derecho humano al ambiente sano es una garantía constitucional, que con ministerio o sin ministerio nunca dejará de ser un derecho humano fundamental constitucional.

——————

* Abogada. Directora de Derecho Ambiental y Políticas VITALIS. Profesora de Derecho Ecológico en la Universidad Santa María y de Derecho Ambiental de la Universidad Metropolitana. Es Secretaria Ejecutiva de la Sociedad Venezolana de Derecho Ambiental.

Archivos

Categorías