· Basura del borde de la cota mil, debe ser recogida a fin de evitar mayores riesgos de incendios.
· Henri Pittier y El Avila, entre las áreas protegidas más afectadas.
· Entre 10 y 70 años puede tardar un área en recuperarse.
· Mayor prevención y efectiva coordinación son claves.
· Equipamiento y manejo de las áreas a posteriori de los incendios es prioridad.
Las altas temperaturas y los recientes incendios forestales en diversas partes del país, nos alertan a estar pendientes ante lo inminente de una temporada que pudiera ser más difícil, alerta la OGN conservacionista venezolana VITALIS.
De acuerdo con VITALIS, seis son los elementos claves a tomar en cuenta para atender esta problemática: 1) Prevención en las áreas con mayor riesgo, 2) detección y atención oportuna de los mismos, 3) efectiva coordinación entre los organismos encargados y los grupos de voluntarios, 4) apropiado equipamiento para el control, 5) manejo de las áreas a posteriori para promover su recuperación, 6) educación ambiental para disminuir la ocurrencia de estos fenómenos socio-naturales.
La situación se complica ante la acumulación de basura que incrementa los riesgos de incendios, tal y como puede observarse en las imágenes anexas, tomadas por VITALIS esta semana en la Cota Mil de Caracas, justo en la base del Parque Nacional Waraira Repano. De acuerdo con VITALIS, las autoridades nacionales, a través del Ministerio del Poder Popular para Transporte Terrestre deben abocarse a esta problemática, con el apoyo de las Alcaldías de Libertador, Chacao y Sucre, y la Alcaldía Metropolitana, en coordinación con INPARQUES.
En opinión del Biólogo Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS y Jefe del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana , “la recuperación de un bosque silvestre puede tardar entre 10 y 70 años, dependiendo de su conformación físico-natural”, pues los incendios forestales arrastran consigo innumerables consecuencias como “la destrucción de la fauna y la flora y su hábitat natural, empobrecimiento y erosión de los suelos, interrupción de los ciclos del agua y del oxígeno, con la correspondiente pérdida de agua para el consumo humano, contaminación atmosférica producto de las fuertes emanaciones, destrucción de la belleza del paisaje y hasta el recalentamiento de la atmósfera por su contribución al efecto invernadero”.
Díaz Martín también alerta sobre las consecuencias económicas y sociales de los incendios forestales, entre las que destacan “la destrucción de cultivos agrícolas, viviendas, maquinarias, materia prima para la producción infraestructura y equipos, incluyendo el riesgo de muerte de seres humanos”.
En cuanto al origen de los incendios, VITALIS señala que es muy difícil, por no decir imposible, que los mismos se puedan producir espontáneamente. Por esta razón alertó a las autoridades a permanecer atentas sobre las causas que determinan su ocurrencia en Venezuela, en particular dentro de los Parques Nacionales, recordando que el marco jurídico vigente establece penas para aquellos que provoquen un incendio en selvas, bosques o cualquier área cubierta de vegetación natural”. Asimismo resaltó que “si a esto le sumamos que tales delitos se cometen dentro de Áreas Protegidas como el Parque Nacional Waraira Repano (El Avila), Henri Pittier o la Sierra de Perijá, la pena será aumentada y de acuerdo a la gravedad del daño, se podrá incrementar la sanción”.
VITALIS también resaltó la efectiva coordinación de los esfuerzos a nivel de la región capital entre las diversas autoridades competentes y los grupos de voluntarios, pese a los limitados recursos. “INPARQUES merece nuestro reconocimiento por todo el trabajo desplegado junto a las brigadas de rescate, bomberos metropolitanos, Guardia Nacional y Protección Civil”. Sin embargo, hacen falta más equipos y ciudadanos vinculados a estos esfuerzos, así como mayor inversión pública y privada en los programas de manejo de estas áreas, recordando el principio de gestión compartida de la defensa, conservación y mejoramiento del ambiente.
Asimismo, VITALIS destaca la importancia de la participación de las universidades y las ONG en la recuperación de las áreas degradadas, pues las casas de estudio pueden aportar el conocimiento y el talento para apoyar las gestiones de manejo, al igual que las organizaciones de la sociedad civil.
Finalmente VITALIS destaca el rol del ciudadano común en la labor conservacionista. Para ello nos recuerda:
1. Reporte un incendio en forma responsable. Antes de llamar a las autoridades, asegúrese de tener a mano la localización exacta, con referencia de poblados cercanos, y un número de teléfono donde las autoridades puedan ubicarle, en caso de necesitar de Ud. más información.
2. Nunca queme basura, en especial dentro de áreas naturales. Es preferible traerla de vuelta al lugar de origen, y por ninguna circunstancia dejarla abandonada.
3. Evite fumar en el interior de una sabana o bosque, y aconséjelo a quienes lo acompañan. Disfrute del aire puro.
4. Nunca lance colillas de cigarrillos o fósforos encendidos en un área natural, o cuando vaya en su vehículo pasando cerca de una. Sin saberlo, podría estar ocasionando un fuego de grandes magnitudes.
5. No se arriesgue a combatir un incendio si no es especialista. Las autoridades sabes qué hacer y cómo, y cuentan con los mecanismos para activar los planes de contingencia.
6. Comunique a las autoridades los vertederos o puntos de vertidos ilegales de residuos y desechos que encuentre en terrenos forestales o próximos a ellos. Pueden ser una causa habitual de aparición de incendios forestales.
7. Si desea ayudar, no circule por las áreas afectadas o restringidas. Las unidades de combate de incendio deben tener acceso prioritario y fácil a las mismas.
8. Contacte a las autoridades y ofrézcales su apoyo. Es posible que se requiera agua, bebidas o barras energéticas, y hasta leche, entre otros, para combatir las reacciones de los funcionarios y voluntarios al humo de los incendios.
9. En aquellas áreas de acceso permitido, recuerde registrarse en el puesto de guardaparques o guardabosques, quien le orientará sobre las rutas permitidas y las medidas básicas de seguridad.
10. Apoye las labores de recuperación de las áreas degradadas, bien sea participando en las jornadas de reforestación, recolección de semillas o educación ambiental ciudadana.