Jardines botánicos de Venezuela en la mira

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Arbol 2

Ciudades sin arboles: la mutilación verde

(*) Por Cecilia Gómez Miliani

Los árboles son una de las formas más antiguas y fundamentales de vida en nuestro planeta. Han existido por millones de años y han sido una parte importante de los ecosistemas terrestres. Incorporados como parte del paisaje urbano, conforman las denominadas áreas verdes, las cuales son esenciales para la calidad de vida de los ciudadanos.

Existe una amplia gama de beneficios ecológicos, sociales y económicos que brindan los árboles dentro de las ciudades:

  • Son esenciales para la salud y el bienestar de las personas, existiendo estudios que han demostrado que los espacios con árboles pueden reducir el estrés, mejorar la salud mental y fomentar la actividad física.
  • Pueden aumentar el valor de las propiedades cercanas y atraer a turistas y visitantes.
  • Proporcionan hábitat y alimento para muchas otras especies, lo que aumenta la biodiversidad urbana.
  • Pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático al absorber el dióxido de carbono y otros contaminantes del aire.
  • Contribuyen a regular la temperatura al proporcionar sombra y aumentar los niveles de humedad del aire.

A pesar de todos estos beneficios, en los últimos años la poda severa y la mutilación de árboles se han convertido en prácticas comunes dentro de nuestras ciudades. Estas acciones pueden dañar seriamente a las especies y también al ecosistema urbano.

La poda incorrecta puede afectar la salud del árbol y su capacidad para crecer y desarrollarse adecuadamente. La mutilación, que implica la eliminación de grandes cantidades de ramas o del tronco del árbol, puede debilitarlo y hacerlo más susceptible a enfermedades y plagas, lo que a la larga acarrearía problemas adicionales pues pueden hacerse más propensos a caerse y causar daños a las propiedades aledañas o provocar lesiones a las personas.

Hacer que la sociedad comprenda la importancia de la conservación de los árboles, y evite su mutilación o poda severa es una tarea fundamental en nuestros días. Para ello la educación, concienciación y sensibilización son la clave.

En este sentido, las comunidades pueden trabajar juntas para identificar los árboles más importantes dentro de sus áreas de influencia y crear un plan de conservación para protegerlos. Los gobiernos pueden establecer regulaciones y políticas que limiten la mutilación de los árboles y promuevan su poda adecuada. Las empresas de mantenimiento del cableado aéreo de electricidad, telefonía y otros servicios, deben entrenar a su personal para que puedan hacer un trabajo que no afecte a los árboles.

De esta manera autoridades, empresas y sociedad en general tomarán parte de las acciones y medidas para proteger el arbolado urbano y promoverán su gestión sostenible. Esto es esencial para garantizar su supervivencia y preservar así su papel fundamental para la biodiversidad urbana, garantizando que puedan seguir siendo una parte importante de las ciudades del futuro y de nuestro patrimonio natural.

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(*) Ingeniero de los Recursos Naturales Renovables, Magister en Gerencia Ambiental y Doctora en Economía y Administración de Empresas. Directora del Campus Virtual de Vitalis. Correo electrónico: cgomez@vitalis.net

Beautiful and endangered american jaguar in the nature habitat.

Pérdida de la Biodiversidad en Suramérica y sus implicaciones

(*) Zoila Rosa Martínez González

En términos muy generales y sencillos, la biodiversidad es la variedad de la vida. Este concepto incluye varios niveles de la organización biológica que van desde la diversidad de especies de plantas, animales, hongos y microorganismos que viven en un espacio determinado, hasta su variabilidad genética, considerando también los ecosistemas de los cuales forman parte y las regiones en donde se ubican los ecosistemas. También incluye los procesos ecológicos y evolutivos que se dan en todos estos niveles de organización dentro de la naturaleza.

En el caso de Suramérica, la biodiversidad es uno de sus principales patrimonios naturales que contiene esta región. De los 17 países megadiversos del Mundo, 5 están en Suramérica: Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Esta región alberga una enorme variedad de especies y ecosistemas únicos en el mundo. Sin embargo, su pérdida es una de las principales preocupaciones de la comunidad científica y de la sociedad en general, ya que sus implicaciones económicas y ecológicas pueden ser muy graves.

Las demandas asociadas a satisfacer necesidades y mejorar calidad de vida de la población son las principales responsables de la pérdida de la biodiversidad en América del Sur. Actividades como la deforestación, la expansión de la agricultura y la ganadería, la minería y la urbanización, afectan directamente a los ecosistemas; a esto se suma la caza furtiva, el comercio de especies y los incendios forestales.

Especial atención hay que prestar a los efectos del cambio climático sobre la diversidad de especies de esta zona. Se estima que entre el 25 y el 50% de ellas son endémicas, esto quiere decir que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, por lo que la posibilidad de adaptarse a modificaciones de su entorno es muy estrecha.

El uso de muchas de las especies presentes en esta región es fuente de ingresos para las poblaciones locales. Sin embargo, la explotación más allá de su capacidad de regeneración, entendida como la posibilidad de que las especies se recuperen naturalmente, provoca su pérdida, pudiendo llevarlas a la extinción. Esta situación, a la larga, se revierte contra la calidad de vida de las personas, ya que puede afectar la satisfacción de sus necesidades actuales y limitar el desarrollo de futuros usos, aún no descubiertos, en campos como la medicina, por ejemplo.

Finalmente, cabe señalar que todas las especies son esenciales para mantener el equilibrio ecológico dentro de los ecosistemas, por lo que la pérdida de cualquiera de ellas, afecta la funcionalidad dentro y entre los ecosistemas. Por ejemplo, el jaguar es uno de los principales depredadores de la cadena alimentaria de esta zona del mundo, por lo que la disminución de sus poblaciones o su desaparición podría afectar a las grupos de otras especies y desequilibrar la armonía natural.

La pérdida de biodiversidad en Suramérica es una de las mayores preocupaciones medioambientales y económicas de esta región. Por ello es necesario tomar medidas urgentes para protegerla en todos sus niveles. Un cambio en el modelo de desarrollo y de consumo de la sociedad, demandaría menos recursos, lo que conjuntamente con la incorporación de prácticas productivas que aseguren la sostenibilidad de los ecosistemas como la conservación de los hábitats naturales, el fomento de prácticas sostenibles en la agricultura y la ganadería, la  lucha contra la caza furtiva y la promoción del turismo sostenible en la región, garantizarían un futuro para la biodiversidad de Suramérica y para las generaciones venideras.

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(*) Bióloga, con más de 30 años de experiencia en el ámbito ambiental nacional e internacional. Actualmente Presidente de GWP Venezuela/AveAgua y Líder Global en Biodiversidad en Vitalis Iberoamérica. E-mail: zrmartinez@vitalis.net

Concept of environmental conservation in the garden for children.

Medio siglo de patrimonio mundial

Por Alberto Blanco-Uribe Quintero (*)

1972 fue un año prometedor frente al compromiso internacional e intergeneracional en pro de la conservación y la gestión racional del ambiente y del patrimonio cultural y natural.

No sólo se aprobó la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano de la Asamblea General de la ONU, reconociendo el derecho humano al ambiente y se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA), entre otros textos pertinentes de interés global, sino que se firmó en París, Francia, el 21 de noviembre de 1972, en el marco de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la trascendental Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural.

Se trata de un tratado internacional que concreta un eficiente sistema de cooperación internacional para la salvaguarda del patrimonio cultural y natural, considerando que el deterioro o la pérdida de un elemento patrimonial constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de la humanidad.

Este mecanismo está reservado a bienes patrimoniales materiales que a juicio del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO y, a propuesta del Estado en cuyo territorio se sitúen, revistan un valor universal excepcional, en lo cultural y/o en lo natural, siendo inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, pudiendo aspirar a financiamiento del Fondo del Patrimonio Mundial.

Por otra parte, la Convención no reconoce explícitamente el derecho humano al patrimonio de la humanidad, pero los intérpretes han sido contestes acerca de su reconocimiento implícito, al establecer como contrapartida la obligación de los Estados de identificar, proteger, conservar, revalorizar, rehabilitar y asegurar el acceso a las generaciones presentes, y transmitir a las futuras, el patrimonio cultural y natural. Y resulta de suyo importantísimo destacar que se estima que de esta Convención, de la Declaración de Estocolmo y de cuantiosos posteriores desarrollos académicos, normativos y jurisprudenciales, deriva indirecta pero efectivamente el derecho humano al patrimonio cultural y natural, sea éste de carácter nacional, regional o local, e incluso nada excepcional pero significativo desde la perspectiva del derecho a la identidad cultural, y por tanto no inscrito en la Lista, con las mismas obligaciones para los Estados.

El derecho al patrimonio integra el derecho a tomar parte (o a participar) en la vida cultural de la comunidad, previsto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos Sociales y Culturales, derecho que se suma a los derechos culturales, junto a los derechos a la educación patrimonial y al acceso a la información patrimonial, también contenidos en la Convención.

Festejamos entonces el 50 aniversario de la Convención de París, que invita al respeto de la diversidad cultural y de la biodiversidad en pro de la paz.

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(*) Colaborador de Vitalis y de la Cátedra UNESCO Fórum Universidad y Patrimonio Cultural. Coordinador del Observatorio Iberoamericano de Derecho Ambiental, Patrimonio Cultural y Paisaje de la Asociación Juristas de Iberoamérica. Consultor de RWYC International. https://www.linkedin.com/in/alberto-blanco-uribe-b004329/

Dimensión Ambiental en los Derechos Fundamentales Europeos Vitalis

Dimensión Ambiental en los Derechos Fundamentales Europeos

El medio ambiente es uno de los bienes más preciados que los seres humanos disfrutan. Se es extremadamente afortunado de poder gozar de bosques, sabanas, ríos, playas y todo lo que el entorno natural puede ofrecer. Aunque lo antes descrito sean cosas que suelen darse por sentado, hay que luchar por su preservación, pues de lo contrario, todo podría desaparecer, como ha venido ocurriendo paulatinamente, comprometiendo el hogar de las futuras generaciones.

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Acuerdo de Escazú: una necesidad inveterada

El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, firmado el 4 de marzo de 2018, en Costa Rica, conocido como el “Acuerdo de Escazú”, es el primer instrumento en contener disposiciones específicas sobre defensores ambientales, protección de los bienes naturales tutelados y la participación ciudadana en asuntos públicos, todos relacionados al ambiente con un enfoque en derechos humanos.

Minería ilegal amenaza a Patrimonio Natural de la Humanidad

  • El Parque Nacional Canaima en Venezuela es la segunda área protegida más grande del país
  • Canaima es un Patrimonio Natural de la Humanidad, declarado por la UNESCO en 1994
  • Esta área protegida está siendo amenazada por minería ilegal

La minería ilegal está afectando al Parque Nacional Canaima en Venezuela, la segunda área protegida más grande del país, un área de importancia internacional, declarada por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad en 1994.

El pasado mes de octubre, varios periodistas e investigadores venezolanos denunciaron un secreto a voces: En Canaima se estaba realizando minería ilegal. Tal denuncia incluyó al Ministro de Turismo del Gobierno del Presidente Maduro, pero tampoco logró la atención esperada por parte de las autoridades.

La minería comprende la extracción de minerales de la tierra. Muchos de ellos pueden tener gran valor económico, como el oro, cobre, aluminio, y hasta diamantes, topacios y rubíes.

La práctica de la minería en parques nacionales es ilegal en Venezuela, pues las leyes de este país y su constitución bolivariana la prohiben expresamente. La minería no solo destruye los suelos y contamina el agua, sino también amenaza la biodiversidad de esta área protegida de importancia internacional.

Las consecuencias negativas de la minería ilegal para el ambiente son cuantiosas. Entre ellas se encuentra la pérdida de ecosistemas y de hábitats de especies animales y de plantas, así como erosión de los suelos, contaminación de las aguas y deforestación. Asimismo, es importante destacar los efectos que para la salud de las poblaciones indígenas y los mineros ilegales, tiene el entrar en contacto con las sustancias usadas para la extracción de los minerales del suelo.

El Gobierno de Venezuela ha rechazado la práctica de la minería ilegal denominándola “monstruo de mil cabezas”, pero habitantes de la zona señalan que sus acciones para detener la minería son vagas o nulas, y la minería depredarora sigue proliferando según han denunciado diversas organizaciones.

Canaima alberga en su territorio al Salto Ángel, también conocido con el vocablo Pemón Kerepakupai Vená o Shurún Merú. El Salto Angel es la caída de agua más alta del mundo con 979 metros de altura.

Canaima también es tierra sagrada para comunidades indígenas originarias y protege a los tepuyes, monumentos naturales de importancia internacional, formados por las rocas más antiguas del planeta,  con una singular biodiversidad única en el mundo.

Es necesario que la atención internacional se centre en este tema, y presionen al Gobierno Venezolano a tomar medidas certeras para erradicar la minería ilegal de Canaima, que amenaza su supervivencia.

Courtesy of the Ministry of Tourism

Courtesy of the Ministry of Tourism

Courtesy of the journalist Valentina Quintero

Courtesy of the journalist Valentina Quintero

Fotos cortesía de: Valentina Quintero y Ministerio de Turismo de Venezuela

Proyecto hotelero en Mochima requiere Estudio de Impacto Ambiental

* Supuesta obra contraviene marco jurídico vigente de protección estricta para los Parques Nacionales.

* Un Estudio de Impacto Ambiental y Socio Cultural es requerido previo a desarrollos de este tipo

* Parques Nacionales tienen rango de protección constitucional.

Especial VITALIS, 23/julio/2013. A propósito del anuncio realizado por algunas autoridades gubernamentales sobre la supuesta construcción de un hotel 5 estrellas en la isla Borracha del Parque Nacional Mochima, en pleno Mar Caribe y al noroeste de la ciudad de Puerto La Cruz, la organización no gubernamental venezolana VITALIS aclaró que previo a cualquier construcción de este tipo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 129, exige la elaboración de una Evaluación de Impacto Ambiental y Socio Cultural, además que hay que verificar que disposiciones específicas posee su Plan de Ordenación y Reglamento de Uso, según decreto Presencial No. 1030 de 1990.

Tal afirmación fue realizada por Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS y Jefe de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana, quien recalcó que todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben estar previamente acompañadas de este estudio, orientado a predecir y evaluar los efectos que el desarrollo y funcionamiento de un proyecto de este tipo pueda tener sobre los componentes del ambiente natural y social.

El Líder de VITALIS y profesor de a UNIMET también aclara que sólo con esa evaluación, eminentemente técnica, “se pueden proponer las correspondientes medidas preventivas, mitigantes y correctivas, a los fines de verificar el cumplimiento de las disposiciones ambientales contenidas en la normativa legal venezolana vigente y determinar los parámetros que conforme a la misma deban establecerse para disminuir los impactos ambientales negativos”. Sin embargo precisó que un Hotel de tales características no tiene cabida en el Parque Nacional, pues el mismo Decreto 276 de 1989 los prohibe.

VITALIS ve con buenos ojos que se desarrolle la infraestructura hotelera y turística del país, 9no en el mundo en mayor diversidad de animales, plantas y ecosistemas. Sin embargo, destaca que existen muchos otros lugares con vocación para albergar este tipo de desarrollos,  en áreas menos sensibles desde el punto de vista ambiental, y fuera de un Régimen Administración Especial dedicadas a la protección absoluta de acuerdo con nuestra Ley y sus reglamentos. El técnico de VITALIS recuerda que los Parques Nacionales son áreas estrictas de protección, al más alto rango constitucional. 

De ser cierta la información que está circulando por internet, el hotel contaría con 150 habitaciones y 300 camas aproximadamente, una piscina para adultos y otra para niños, canchas de tenis, voleibol y baloncesto, áreas verdes, así como un campo de golf profesional y un gimnasio cubierto. Para Díaz Martín, lo importante es esperar por el pronunciamiento del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, pues cuesta creer que un desarrollo con tales características se esté planificando dentro de un Parque Nacional.

Los técnicos de VITALIS también resaltan la necesidad de desarrollar complejos recreativos y turísticos más accesibles a la ciudadanía, de 2 a 4 estrellas, a los fines que estas estructuras sean realmente accesibles al pueblo en el marco de la filosofía del ecosocialismo, y en las áreas con vocación técnica y jurídica para ello. Regiones como los Andes, los Llanos, las montañas costeras y la misma Orinoquia, fuera de las áreas protegidas, pudieran constituir una excelente herramienta para promover la ocupación positiva del tiempo libre y la contemplación de la naturaleza, perfilando el país dentro de las naciones con un potencial ecoturístico extraordinario.

Los Parques Nacionales son Areas Bajo Régimen de Administración Especial, creadas para proteger la biodiversidad, y sus procesos ecológicos esenciales y fenómenos evolutivos asociados.

 

Ver: Argumentos jurídicos que evidencian por qué no se puede construir el hotel propuesto en Mochima

Vitalis ante los incendios forestales

· Basura del borde de la cota mil, debe ser recogida a fin de evitar mayores riesgos de incendios.
· Henri Pittier y El Avila, entre las áreas protegidas más afectadas.
· Entre 10 y 70 años puede tardar un área en recuperarse.
· Mayor prevención y efectiva coordinación son claves.
· Equipamiento y manejo de las áreas a posteriori de los incendios es prioridad.

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