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Igualdad de género: ¿Qué implica el ODS 5?

(*) Por Jorge Lojero Espinosa

La Agenda 2030 impulsada por la Organización de las Naciones Unidas, constituye un esfuerzo significativo en la construcción de mejores condiciones de vida de todas las personas a nivel global. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, buscan no dejar a nadie atrás, esto se traduce en un ejercicio de inclusión a gran escala, ya que estos objetivos, como guía universal, pretenden incluir en las diferentes agendas estatales, medidas específicas en torno a 17 objetivos, que buscan impactar positivamente en la calidad de vida de todas y todos.

Esta iniciativa surge en el año 2015 y ha sido bien recibida por gobiernos, sociedad civil y otros actores fundamentales en la materialización de derechos. Lo cual nos deja claro que la agenda 2030 no solo es responsabilidad de instituciones estatales, sino que para conseguir una adecuada implementación es necesario establecer una hoja de ruta conjunta, que permita responder a los grandes desafíos globales; involucrando a la población en general y teniendo como enfoque sus tres pilares básicos, que son: económico, social y ambiental.

En esta ocasión, nos referiremos al Objetivo 5: Lograr la Igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Este objetivo, nos reafirma la igualdad formal, es decir, la igualdad ante la ley. A la vez que nos ayuda a identificar que al día de hoy, las mujeres siguen siendo víctimas de una violencia estructural, que actúa en diferentes esferas y que sigue siendo reproducida y solapada en nuestras sociedades, razón por la cual es necesario redoblar esfuerzos por lograr la igualdad de género.

Durante estos años enmarcados en la pandemia, hemos podido apreciar como los efectos tienen una diferenciación de género, hemos visto como las cifras de violencia de género se han disparado, los feminicidios han aumentado y la precarización de las mujeres es cada vez mas visible y preocupante. Sin embargo, las medidas para lograr el empoderamiento de las mujeres siguen siendo insuficientes, en muchas ocasiones somos indiferentes ante estos hechos y en casos extremos se menosprecia la lucha por la igualdad de género.

La invitación en esta ocasión, es a releer el objetivo 5, para comprender lo que en realidad significa, las directrices en papel no funcionan, y los ODS requieren que todas las personas nos impliquemos en lograr un cambio. La igualdad de género, no es una moda, ni es una cuestión de menor importancia, debemos comprender en primer lugar que las mujeres han sido y siguen siendo oprimidas por la ideología patriarcal, la cual las ha situado en una situación de subordinación frente a los hombres, sin embargo, la comodidad en alguna situación de privilegio no permite que veamos lo que es evidente.

La perspectiva de género, implica analizar las cuestiones de desigualdad que afectan a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, es por ello que debemos comprender que la desigualdad de género es un problema social y estructural que requiere que todas las personas nos impliquemos para lograr transformar la realidad.

Tenemos muchos años hablando del tema, sin embargo, las desigualdades por cuestión de género siguen siendo alarmantes a nivel mundial. A la fecha contamos instrumentos internacionales, normatividad interna y políticas públicas específicas que establecen acciones afirmativas que buscan el empoderamiento de las mujeres para poder lograr relaciones sociales más equilibradas, sin embargo, necesitamos redoblar esfuerzos para lograr una transformación social.

¿Cuál es la ruta que debemos seguir? La materialización de los derechos humanos de las mujeres, se deben establecer medidas para garantizar la igualdad y la no discriminación, la integridad y seguridad personal, el derecho a una vida libre de violencia, la educación, la protección de derechos sexuales y reproductivos, derechos laborales, corresponsabilidad en los cuidados, participación política de las mujeres, mientras haya una disparidad en el acceso a derechos entre hombres y mujeres, sabremos que nuestra tarea no ha terminado, no hay una fórmula única para lograr la igualdad de género, el camino de trabajo es la implementación de un enfoque interseccional de todas las acciones y medidas que llevemos a cabo y asumir que la igualdad se construye día tras día.

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(*) Jorge Lojero Espinosa. Licenciado y Maestro en Derecho por la Universidad Autónoma de México. Maestro en Derechos Humanos y Democratización en América Latina y el Caribe por la Universidad Nacional de San Martín, Argentina. Cursando Doctorado en materia de Género en la Universidad de Granada, España. Con amplia experiencia en la transversalización de la perspectiva de Derechos Humanos y Género en organizaciones públicas y de la sociedad civil.

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Hacia una armonización de las acciones por el clima y la igualdad de género

Thais Malavé Reinosa (*) @thaismalave

Las décadas recientes han estado marcadas por fenómenos climáticos cada vez más frecuentes y con efectos más devastadores.

Este aumento del número de desastres y sus efectos catastróficos, han puesto cada vez más en evidencia el vínculo directo entre el desarrollo humano y el riesgo de desastres, así como la relación entre las profundas desigualdades, incluyendo las de género, y el incremento de las condiciones de vulnerabilidad en las que vive una parte significativa de la población en nuestra región.

Pese al importante rol que las mujeres cumplen en el autoabastecimiento y economía de sus familias y comunidades, así como en la gestión y defensa de los territorios; experimentan una profunda vulnerabilidad que se manifiesta en: el limitado acceso a los recursos productivos y a sus beneficios. Limitaciones en la adopción de decisiones y en el acceso a cargos directivos. Dificultades para acceder a educación, trabajo, vivienda digna, alimentación, gestión del territorio, entre otras.

Las mujeres han sido siempre líderes en los procesos de revitalización de las comunidades y en el manejo de los recursos naturales, pero, con todo, son frecuentemente marginadas de la esfera pública y están por lo tanto ausentes en la toma de decisiones respecto de los desastres naturales.

Entender los riesgos e impactos diferenciados del cambio climático en hombres y mujeres es fundamental para lograr un desarrollo sostenible y alcanzar los objetivos planteados en la Agenda 2030.

La puesta en marcha de programas en el sector ambiental con enfoque de género ha permitido visibilizar diferentes impactos, necesidades y perspectivas logrando con ello respuestas para enfrentar el problema más eficaces y eficientes a favor de la consolidación de sociedades más justas.

Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer que pasa por reconocer la urgencia de la igualdad de género frente a la creciente crisis del cambio climático; aumentar la inversión en capacitación con enfoque de género para sensibilizar a hombres y mujeres; así como asegurar los mecanismos para que las mujeres participen en las decisiones relacionadas con el cambio climático

Ninguna planificación, preparación, o investigación científica puede prevenir por completo todas las catástrofes. Estas seguirán ocurriendo. Sin embargo, el impedir las catástrofes sociales sin duda se encuentra dentro de la capacidad colectiva de la humanidad.

La defensa de los derechos de las mujeres es, en sí misma, una de las acciones más importantes para la construcción de una alianza mundial efectiva de protección a los efectos del cambio climático que cualquier sociedad puede hacer.


Directora de Responsabilidad Social de ONGVitalis Latinoamérica, Socióloga egresada de la UCAB. Experta en el área de ejecución de proyectos y gerencia de programas de responsabilidad social, emprendimiento social, desarrollo y sustentabilidad. https://www.linkedin.com/in/thais-malave/

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