por Ing. Juan Carlos Sánchez M. Asesor en Cambios Climáticos de VITALIS

La posibilidad de que el año 2007 sea el más caluroso en mucho tiempo es una opinión que fue emitida por el Dr. Phil Jones, Director de la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia en Norwich, Inglaterra. Su punto de vista se fundamenta en que este año se van a superponer dos fenómenos climáticos que contribuirán a ello: uno es el calentamiento global del planeta, por efecto del cambio climático que comienza a observarse de manera progresiva, y el otro es el fenómeno de “El Niño”.

Se trata de dos fenómenos distintos: el calentamiento global es atribuido a una incidencia de las actividades humanas sobre el clima, particularmente cuando se utilizan combustibles como el carbón, el petróleo y el gas natural, porque la combustión de estos generan unos gases, llamados gases de efecto invernadero, que atrapan el calor en la atmósfera del planeta y lo retienen, aunque otras actividades también inciden en este tipo de emisiones, pero en menor medida, tales como la deforestación, actividades agrícolas y la forma en que se disponen los desechos orgánicos. El calentamiento global, según muchos expertos, esta ocurriendo de manera gradual y es un efecto de largo plazo porque los gases de invernadero que se emiten a la atmósfera se acumulan allí durante muchas décadas. Actualmente se realizan numerosas investigaciones en distintas partes del mundo para comprender mejor las consecuencias de este fenómeno, porque representa una amenaza de sequías cada vez mas pronunciadas, que incidirán en la productividad agrícola, afectando la producción de alimentos, y un riesgo de ocurrencia de precipitaciones (lluvias) extremas con la posibilidad de deslaves e inundaciones. Se teme además que estas alteraciones conduzcan a la extinción de especies por perdidas de hábitat y la proliferación de vectores de enfermedades infecciosas debido el aumento de la temperatura.

El Niño es un fenómeno natural cíclico y errático (no ocurre a intervalos regulares) en el que se produce un desplazamiento hacia el este (hacia las costas Suramericanas) de las aguas calidas asiáticas en el Océano Pacifico. Normalmente, los vientos alisios (que soplan de este a oeste) acumulan una gran cantidad de agua y calor en la parte occidental de este océano. Como consecuencia de ello, el nivel superficial del mar es aproximadamente medio metro más alto en Indonesia que frente a las costas del Perú y Ecuador. Además, la diferencia en la temperatura superficial del mar es de alrededor de 8 ºC entre ambas zonas, siendo mas “frías” las aguas de América del Sur. Durante El Niño, los vientos alisios se debilitan o dejan de soplar, la máxima temperatura marina se desplaza hacia la Corriente de Perú, que es relativamente fría, y la mínima temperatura marina se desplaza hacia el Sureste Asiático. Al calentarse las aguas del lado Suramericano, aumenta la evaporación y se transfiere el calor a la atmósfera, ocasionando nubosidades y lluvias intensas en el continente, desde el Ecuador hasta Argentina, mientras que en el sureste de Asia se producen sequías. El Niño puede durar entre 4 y 18 meses y su ocurrencia oscila entre cada 4 a 7 años. Según la Organización Mundial de Meteorología, el fenómeno comenzó a producirse en Diciembre de 2006 y se estima que durara todo el primer trimestre de 2007, observándose ya sequías importantes en Australia e Indonesia. (http://www.wmo.ch/news/news.html) Es interesante mencionar que al producirse El Niño, simultáneamente se han observado sequías en África y Centroamérica, aunque esto es aun objeto de investigaciones.

En Venezuela se han realizado estudios acerca de los impactos posibles del calentamiento global, algunos de ellos están recogidos en la Primera Comunicación Nacional de Cambio Climático de Venezuela (http://unfccc.int/resource/docs/natc/vennc01.pdf) Este informe oficial explica que se esperan incrementos de temperatura que afectarán principalmente a regiones que ya son bastante calurosas, tanto del noroccidente (Falcón, Zulia) como del nororiente del país, en las próximas décadas, lo cual incidirá negativamente en la productividad de los cultivos de maíz, caraota y arroz. Igualmente se espera una reducción de las precipitaciones, particularmente en la cuenca del Caroni, que abastece al embalse del Gurí. Estos impactos no serán inmediatos, se observarán más bien de manera gradual en las próximas décadas, en la medida que progrese el calentamiento global de la atmósfera. En cuanto a los efectos posibles del fenómeno de El Niño en Venezuela, ello es aun objeto de estudio: luego de haber ocurrido este fenómeno en 1998, que fue particularmente intenso, a comienzos de la presente década se produjo una sequía prolongada que obligó a establecer programas de racionamiento del consumo de electricidad en numerosas regiones del país, debido a que el nivel de la represa de Gurí alcanzó valores críticos de hasta 18 metros por debajo del nivel óptimo.

No es posible anticipar con antelación suficiente si el efecto combinado que se espera de la incidencia de El Niño y del calentamiento global, ocasionará en Venezuela riesgos climáticos mayores durante el presente año o en un periodo más extenso. Técnicamente no es posible afirmarlo ni tampoco negarlo. Existe una tendencia clara al aumento de la temperatura, pero si ello alcanzará o no a afectar la producción de hidroelectricidad en el país va a depender no solo de la intensidad, sino también de la duración del periodo seco resultante. No luce probable que esto suceda en el presenta año, porque El Niño que actualmente esta ocurriendo es moderado y, por otra parte, el cambio climático se esta produciendo gradualmente y sus mayores consecuencias tendrán lugar a mas largo plazo. Sin embargo, el clima es un sistema sumamente complejo, del que solo se tiene un conocimiento limitado y, basta con que se produzcan solo unas ligeras perturbaciones o inestabilidades, para que nos sorprenda con eventos que nos afectan significativamente: vemos así como apenas la costa Este de los Estados Unidos esta teniendo un invierno demorado y menos frío que lo habitual, para que el mercado petrolero reaccione con una caída importante del precio del barril. Ello es un ejemplo que pone de manifiesto lo importante que es el tema del cambio del clima para Venezuela: es fácil imaginarse el impacto que sufriría nuestra economía si el “calido” invierno actual en la costa Este de USA, nuestro principal mercado, no resultase un hecho aislado sino una tendencia que se vaya haciendo mas pronunciada a futuro. De tal forma que si el clima nos sorprende en los próximos años, podemos sufrir serias consecuencias: la demanda actual de electricidad del país apenas es cubierta con mucha dificultad, existe un déficit que se manifiesta en continuos apagones en varios Estados, y los esfuerzos que actualmente se realizan para construir nuevas plantas termoeléctricas y mejorar algunas de las existentes para logara atender mejor la demanda, no se completarán sino hasta dentro de varios años. Esperemos que hasta entonces el clima siga siendo indulgente con nosotros.

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