Los desafíos ambientales de Biden 2021

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Los proyectos actuales en Latinoamérica para el cuidado ambiental

Por Julian Rimeri (*)

El medio ambiente es un tema muy importante en la agenda de las empresas e instituciones. Hoy en día el cuidado y preservación del patrimonio natural es un punto clave que se incorpora en las tareas diarias de los empresarios ya que se trata de una forma de mirar hacia el futuro garantizando la protección del entorno sin dejar de lado el aspecto económico-productivo que persiguen.

Diferentes países de Latinoamérica ya trabajan en pos del cuidado del ambiente, contando como base diferentes proyectos que integran la tecnología, los recursos renovables y la sociedad. El foco hoy en la región está puesto en los manglares, un tipo de ecosistema creado de manera natural en zonas tropicales, donde la humedad, la extensa vegetación y la combinación de especies animales hacen de este fenómeno algo digno de preservar. Los manglares más grandes y conocidos a nivel mundial están en la cuenca del río Amazonas, el cual atraviesa Perú, Colombia y Brasil.

Son muchas ya las organizaciones de Latinoamérica que cuentan con proyectos de preservación y cuidado de los manglares por tratarse de un espacio enteramente natural que, poco a poco, se está reduciendo por el crecimiento de la población y el avance de la tecnología sobre las zonas propias de este tipo de ecosistema.

En Argentina existen diferentes proyectos de cuidado ambiental. Es el caso de Porta Hermanos, una empresa cordobesa que mediante la implementación de la biotecnología, han logrado producir alcoholes y derivados aprovechando al máximo los recursos naturales y optimizar la materia prima a partir de subproductos, como alimento animal de calidad y con alto valor nutricional.

Ecuador también toma la delantera en este sentido a través de la implementación de la Ley de Gestión Ambiental. Esta ley declara de interés público la preservación del medio ambiente mediante el desarrollo sostenido de políticas públicas y decisiones estratégicas del Gobierno.

México, por su parte, puso en vigencia la Ley General del Equilibrio Ecológico, orientada al cuidado del ecosistema, del medio ambiente y, en consecuencia, de la calidad de vida de los ciudadanos mexicanos.

No menos importante es el lugar de Bolivia en este sentido: desde el año 2012 Bolivia sumó a sus políticas de cuidado del ecosistema la Ley de la Madre Tierra. Esta normativa ajusta el control respecto a la protección de la naturaleza y determina la utilización de los recursos naturales partiendo de la base de un equilibrio entre desarrollo y cuidado del medio natural.

Estas disposiciones en toda Latinoamérica marcaron el inicio de una forma de vinculación con el medio ambiente que involucra desde a las personas en sus hábitos cotidianos hasta las grandes empresas y el desarrollo de proyectos de cuidado ambiental considerando los intereses económicos de sus actividades.

Este aspecto es el que rige para la Política Ambiental según las normas ISO 14001. Este tipo de normativa es clave para el desenvolvimiento de la empresa frente al entorno donde se encuentra, para garantizar el cuidado del ecosistema, la optimización de los recursos y la sostenibilidad. Las empresas pueden optar de manera voluntaria la certificación para establecer un Sistema de Gestión Ambiental. Pensando en el futuro social y la preservación natural, empresas como Porta Hermanos, optaron por certificarse bajo estas normas internacionales.

Esta política estipula la implementación de un sistema cuidado y riguroso de gestión ambiental, rigiendo las normativas generales para la planificación del sistema, orientando a todas las empresas hacia la mejora del comportamiento respecto al medio ambiente y la prevención de la contaminación del entorno.


(*) Analista de Investigación y Desarrollo Porta. Micriobiólogo, doctorado en Ciencias Químicas. Experiencia en investigación de Ciencia y Tecnología de Alimentos, participando en grandes proyectos de Investigación. Docente de la carrera de Ingeniería Química. guestblogginggen

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Desde la perspectiva de la sustentabilidad ambiental ¿Qué hace a una vivienda digna?

Crisóforo Mecinas Cruz (*)

En las últimas dos décadas en México ha existido un incremento en la construcción de viviendas, con lo que se ha abatido el rezago que existía en este rubro. Sin embargo, fuentes oficiales refieren que el déficit actual pudiera superar – al menos – once millones de viviendas.

De acuerdo a cifras de la OCDE en 2010, ochenta por ciento de la población del país vivía en zonas urbanas, y se estima que para el 2050 será noventa por ciento. Eso implica nuevos desafíos ambientales en sus diseños y servicios que se deben considerar.

Así como ha crecido el número de viviendas, también han mejorado los servicios con los que cuentan, ya que cada día se tiene mayor acceso a los servicios básicos como son agua potable, drenaje y electricidad; sin embargo, aun cuando en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se establece como un derecho el acceso a una vivienda digna, este término no está definido claramente, y por ende, no siempre se cumple.

Si bien la Secretaría de Desarrollo Social ha definido la vivienda de calidad, con base al tipo de materiales con los que están construidos los pisos, muros y techos, debemos de ir más allá en este concepto.

El mayor número de viviendas se ha construido en las ciudades más pobladas, en lugares donde se concentran las zonas económicamente más activas. Sin embargo, esto ha ocasionado diversos problemas, como hacinamiento, insuficiencia de servicios públicos, incluyendo transporte, y construcción en lugares de riesgo, entre otros.

Por ello es muy importante reflexionar en el término vivienda digna desde la perspectiva ambiental, ya que no se trata solamente de la parte constructiva. A caso ¿es digno que una persona invierta casi tres horas diarias en transportarse de su casa a su lugar de trabajo y viceversa?, ¿son los materiales de construcción los apropiados? ¿aprovechan la luz y la ventilación natural? ¿están expuestas a algún riesgo como zonas de deslaves o susceptibles de inundación? ¿han sido construidas en ambientes libres de contaminación? ¿son los servicios públicos de calidad?.

De acuerdo con las Naciones Unidas, una vivienda digna considera aquel espacio en el que los individuos o las familias puedan vivir en seguridad, paz y dignidad. Para ello, es imprescindible reorientar el rumbo de la planificación urbanística en algunas áreas, principalmente en lo correspondiente al ordenamiento de los nuevos desarrollos, de manera conjunta con la descentralización de las áreas productivas, desde un punto de vista de sustentabilidad. Asimismo, es vital mejorar el aprovechamiento y conservación de los recursos naturales, y la utilización de las materias primas de la región, así como evitar la construcción de desarrollos habitacionales en zonas de alto riesgo.

De igual forma, es importante promover el ecodiseño y la ecoeficiencia en las viviendas, y enfocarnos en el bienestar de la población, considerando inclusive la ubicación de las viviendas cercanas a los lugares de trabajo, ya que el tiempo que se ahorre en el traslado lo podrán dedicar a compartirlo con su familia, a ejercitarse, a reducir el estrés, pero sobre todo a llevar una vida digna, respetando los usos y costumbres de cada población para adecuar los modelos de vivienda.

Es importante precisar que las características de las viviendas no las hacen más o menos dignas, sino la calidad de vida de sus habitantes. Es momento de hacer de cada vivienda un hogar.

 

(*) Ingeniero Civil, cmecinas@hotmail.com

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