(*) Por Eduardo Ochoa Perales

Empoderar a las educadoras de escuelas públicas de primaria como agentes de cambio ambiental se ha convertido en una estrategia clave para promover la sostenibilidad desde las aulas. En un contexto donde la educación y el ambiente convergen como herramientas de transformación social, capacitar a maestras en prácticas de reutilización y reciclaje de residuos sólidos permite no solo fomentar una conciencia ecológica, sino también generar alternativas de ingresos a través de emprendimientos verdes.

En la ciudad de Maturín, estado Monagas, Venezuela, se desarrolla una iniciativa orientada a fortalecer las capacidades de las educadoras en temas de gestión de residuos, liderazgo comunitario y desarrollo de productos a partir de materiales reciclables. Esta propuesta busca crear un ecosistema formativo que, además de brindar conocimientos técnicos, refuerce las habilidades necesarias para emprender con propósito y sostenibilidad.

El proceso formativo contempla talleres teórico-prácticos donde se abordan desde los conceptos básicos del reciclaje hasta estrategias para desarrollar ideas de negocio vinculadas con la economía circular. El enfoque está centrado en potenciar la creatividad de las participantes, promoviendo la fabricación de artículos útiles, juguetes, decoraciones y otros productos a partir de desechos reutilizables, con visión emprendedora.

Uno de los aspectos más innovadores del programa es su componente pedagógico, ya que promueve la inclusión de los conocimientos adquiridos dentro de las actividades escolares, transformando a las educadoras en multiplicadoras del mensaje ambiental. Al llevar estas prácticas al aula, se genera un impacto positivo en los estudiantes, quienes aprenden el valor del reciclaje y el respeto por el entorno a través del ejemplo de sus maestras.

Además del impacto educativo y ambiental, esta iniciativa apunta a la consolidación del emprendimiento verde como una fuente alternativa de ingresos, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de las educadoras y sus comunidades. La formación contempla herramientas básicas de gestión, planificación y comunicación, necesarias para estructurar proyectos sostenibles y replicables.

Al finalizar el programa, cada participante ha desarrollado una idea de emprendimiento ambiental viable, adaptada a su entorno escolar y comunitario, y con posibilidades de expansión. De esta manera, el reciclaje deja de ser solo una práctica ecológica para convertirse en una oportunidad de crecimiento personal, profesional y económico para quienes forman a las nuevas generaciones.

Iniciativas como esta reafirman el poder transformador de la educación ambiental y la importancia de empoderar a quienes, desde la docencia, pueden liderar cambios profundos y sostenibles.

Esta iniciativa forma parte del proyecto “El Reciclaje va a la Escuela”, liderado por Vitalis y ganador del Premio Energy Globe 2024, el reconocimiento ambiental más importante del mundo. En la edición de este año participaron alrededor de 2.000 proyectos provenientes de 141 países, lo que resalta la relevancia global de este galardón y el impacto transformador que propuestas educativas como esta pueden generar en favor del ambiente y la sostenibilidad.

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(*) Director Ejecutivo Vitalis Venezuela. Líder de GIRH de Vitalis Iberoamérica. Vicepresidente de GWP Venezuela / AveAgua. Contacto: https://bit.ly/EduardoOchoaLinkedin

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