Salud emocional y bienestar para el desarrollo sustentable.

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Financiamiento de proyectos ambientales y sociales: La Banca Ética.

Por María Blanca Fernández (*)

Los foros mundiales que se preocupan por impulsar el desarrollo sostenible, frecuentemente nos anuncian que estamos muy lejos de lograrlo, que debemos hacer mayores esfuerzos y utilizar más y más nuestra imaginación así como nuestros recursos para desarrollar proyectos que impulsen el respeto por el ambiente, el desarrollo económico sostenible y la justicia social. Todas las iniciativas que se orienten a atender esas demandas requieren indudablemente de financiamiento.  

Ningún actor mejor preparado para asistir en ese sentido que la Banca Ética. Esta organización está constituida por entidades financieras que incorporan a su propia naturaleza fundacional el concepto de rentabilidad social.

Podemos definir la Banca Ética como aquella que desarrolla su actividad de forma transparente y con criterios éticos, sociales y medioambientales, cuyo objetivo fundamental es contribuir al bienestar general de la sociedad y al desarrollo sostenible.

La Banca Ética se compromete a utilizar los recursos depositados por sus clientes según criterios de carácter social, medioambiental y ético, además de, por supuesto, criterios de eficiencia y rentabilidad económica, ya que se rige por las mismas regulaciones que la banca tradicional.

Las características fundamentales de la Banca Ética son:

  • Participación social, que se traduce sobre todo en la posibilidad de seleccionar el destino de las inversiones en función no sólo de criterios de rentabilidad, sino también en función de las inquietudes sociales y ambientales de los ahorristas e inversores.
  • La gestión eficaz y profesional de su actividad.
  • La transparencia como valor fundamental en la gestión administrativa y los procesos de toma de decisiones, y especialmente en el otorgamiento de créditos.
  • La existencia de un Código Ético explícito que rija el proceso de toma de decisiones.
  • Las garantías exigidas para la obtención de préstamos, que son distintas a las de la banca tradicional.  La más importante de ellas es el aval técnico, es decir, la propia viabilidad del proyecto a financiar.
  • Su objetivo es desarrollar relaciones comerciales justas y favorecer una cultura de respeto y promoción del ambiente.

Los bancos que siguen estos principios y que se enmarcan dentro de la Banca Ética, contrario a lo que se puede creer, no han nacido recientemente.  Pueden identificarse bancos éticos desde 1923 año en el que se conforma el Sozialwirtschaft Bank en Alemania. Otros ejemplos son el Triodos Bank que opera en muchos países de Europa se creó en 1980; Fiare en 2003 en el País Vasco y luego se une a la Banca Popolare Ética, que a su vez nació en 1998 en Italia. La Nef surgió en 1988 en Francia. El Unity Trust Bank se fundó 1984, el Charity Bank en 2002, ambos en el Reino Unido. El Merkurbank, en 1985 en Dinamarca, Ekobanken en Suecia en 1998, la Coop57 en 1995 en España y Oikocredit en 1975 en Dinamarca.

Claramente, Europa es pionera en el desarrollo de la Banca Ética, pero existen esfuerzos interesantes en Estados Unidos donde surgió en el siglo XIX y también en América Latina como Bancolombia, Banco Sol y muchos otros que atienden proyectos cooperativos y regionales.

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(*) Ingeniero Mecánico de la Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela. PhD. en Proyectos de Ingeniería por la Universitat Politécnica de València. Amplia experiencia docente y en investigación en el tema de Ecoeficiencia relacionado con las PyMEs y la Administración Pública. Colaboradora de Vitalis España

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Calidad de Vida y Bienestar Social

Por Abog. Lizbeth Guadalupe Flores Padilla

Para gozar de bienestar, el ser humano en general, requiere de factores que le permitan disfrutar de un estado de tranquilidad y satisfacción. Estos factores están relacionados con las políticas que establecen los dirigentes de una nación.

A fin de determinar el grado de bienestar de una población, los gobiernos utilizan como medida la “calidad de vida”, entendida como la percepción que cada individuo tiene en un contexto cultural, de valores, normas, inquietudes, expectativas, nivel de ingresos, comodidad, entre otros.

De acuerdo con diferentes organizaciones (OCDE, ONU, OMS), es importante medir el progreso para saber si una sociedad se está moviendo en la dirección correcta; para ello, es necesario contar con indicadores precisos que ayuden a un gobierno a que una decisión sea fácil, con resultados esperados y sencillos de evaluar.

Para medir el progreso, algunos especialistas optan por indicadores materiales (objetivos) como lo más trascendental para el avance, escogiendo medidas como el PIB per cápita o los índices de pobreza; toda vez que este indicador ofrece una visión completa de las actividades económicas de un país, generalmente contabilizadas en un año. Este indicador es utilizado con frecuencia, pues es de los pocos que tienen aceptación a nivel universal y es fácilmente comprobable entre los países; sin embargo, existen críticas respecto a este tipo de indicador, porque no mide la calidad de vida ni el bienestar social, solo mide aspectos materiales. Además, que no toma en cuenta la auto-producción o auto-consumo (producción de huertos), no mide la destrucción de los recursos naturales, solo contabiliza la destrucción de activos (carreteras, casas), ni la desigualdad en la distribución de la riqueza.

Por otro lado, están los indicadores que se orientan hacía medidas subjetivas, como elementos internos de las personas. Entre ellos encontramos la incidencia de enfermedades psicológicas o simplemente la felicidad, los cuales permiten establecer un progreso si estos indicadores siguen un desarrollo favorable. Con estos indicadores, existe también cierta resistencia para poder adoptarlos como fuentes de un indicador serio y confiable del bienestar social, porque cada individuo tiene una perspectiva de calidad de vida, según el medio en el que se desenvuelva.

A fin de lograr un mayor progreso en la sociedad, los gobernantes encargados de dirigir las políticas de cada nación, deben proponerse como objetivo principal, el establecimiento de indicadores que busquen el bienestar de su población, tomando los aspectos que cada una de ellas considere más importantes. Así como seguir las recomendaciones de la OCDE y la Comisión Stiglitz-Sen-Fitoussi, respecto a utilizar indicadores internacionales en materia de bienestar social, esenciales para vivir una buena vida; incluyendo dominios como la vivienda, ingresos y riqueza, equilibrio laborar (empleo-salario), la vida en comunidad, educación y competencias, medio ambiente, compromiso cívico, salud, la satisfacción ante la vida, la seguridad, la sostenibilidad y las desigualdades, entre otros, sin limitarse a mediciones materiales.

 

(*) Licenciada en Derecho. lizgflopa@gmail.com

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Sin Salud, no puede haber desarrollo sustentable.

Ing. Javier Alejandro González Contreras (*)

La salud es una condición social inherente a todo ser humano, y procura el bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. También es un concepto extendido a los recursos naturales, al referirnos a un ambiente sano, seguro y ecológicamente equilibrado.

Dentro de los objetivos del desarrollo sustentable (ODS), es de suma importancia garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, con el fin de edificar sociedades prósperas.

La principal autoridad encargada de la salud es el gobierno, con la participación de todas las entidades, sin embargo, no podemos desestimar el rol individual y colectivo para garantizar el bienestar.

Por una parte, el gobierno debe garantizar la salud impulsando y manteniendo un sistema que permita el acceso a la asistencia sanitaria, además de personal, así como de la infraestructura adecuada. Asimismo, es vital que desarrolle y sustente un sistema de prevención, que impulse las mejores prácticas en la población, y en la gestión pública, para lograr disminuir la incidencia de enfermedades.

El acceso a la salud es un derecho que debe gozar todo ser humano sin importar su origen étnico, género, edad, discapacidad, condición social, religión, opiniones, preferencias sexuales, o cualquier otra que atente contra su dignidad humana. Es de gran relevancia tomar conciencia que la prevención de enfermedades en las personas comienza con uno mismo y posteriormente en el entorno.

En los últimos años el área médica ha realizado avances significativos incrementando la esperanza de vida en todo el mundo, principalmente en los Países Bajos, debido a la reducción de las muertes infantiles y de las muertes por enfermedades infecciosas en los adultos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el presente año, establece que la esperanza de vida al nacer en 2015 fue de 71.4 años (73.8 años en las mujeres y 69.1 años en los hombres); una disminución aproximada del 84% de muertes de sarampión de 550000 a 89780 registradas entre 2000 y 2016. Asimismo, estableció que la tasa de mortalidad de menores de 5 años en 2015 fue de 43 por 1000 nacidos vivos, lo que representa una reducción del 44% con respecto al año 2000. Aun así, en 2015 fallecieron cerca de 5.9 millones de niños.

Los sistemas nacionales de salud han tenido avances formidables, reflejados en el incremento considerable en la esperanza de vida y la disminución de muertes por enfermedades. Sin embargo, la incorporación de la población a los mencionados sistemas es tan sólo el primer paso para contar con acceso a los servicios de la misma.

Si contamos con un sistema de salud lo suficientemente sólido orientado a garantizar la prevención y no solamente a la curación, podremos promover un buen nivel de vida en la población, lo que conlleva a mejorar las condiciones sociales de los países.

Sin salud humana, y de los ambientes naturales en general, no puede haber desarrollo sustentable.

(*) Ingeniero Industrial. translogme@gmail.com

 

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La corrupción como causa de la inseguridad pública.

Por Jael Hernández Martínez (*)

La seguridad pública forma parte esencial del bienestar de una sociedad y es una de las responsabilidades primarias de los gobiernos. El problema en la actualidad es que pasamos de un estado, en donde la seguridad pública propiciaba un ambiente seguro a un ambiente totalmente inseguro sin darnos cuenta de que existían cambios graduales que eran claros signos de alarma, pero por alguna razón pasaron desapercibidos para la sociedad en general. Al día de hoy, las actividades diarias de cualquier individuo están condicionadas a aspectos relacionados con el momento de seguridad y el impacto de la situación es global, desde el aspecto social hasta el económico.

El contexto social actual, hace plantearnos una serie de cuestionamientos, el ambiente social seguro regresará en algún momento, cuales son las cuáles aparentes y las que subyacen a la problemática, quién debe ser el responsable principal para encontrar una solución, la sociedad debe encontrar la solución, estos y otros cuestionamientos sin respuesta clara hacen impredecible el futuro de la seguridad social en el país.

En ese orden de ideas, la aparente causa a todo lo anterior es la corrupción; las estadísticas posicionan a México en segundo lugar a nivel mundial, esto ocasiona problemas sociales porque la población tiene una percepción negativa en cuanto a la credibilidad en las autoridades del país. Esto es debido a que los actos delictivos que se denuncian no  proceden a un juicio o las autoridades  se ven  involucradas en actos de corrupción o por amenazas de los delincuentes no se denuncias los mismos, es decir, un 80 % de los actos delictivos  no se denuncian.

Los medios de comunicación ayudan  a la población a que se mantenga informada y comunicada, estos han tenido un cambio significativo a partir de que se abrió el mercado del internet y redes sociales y telefonía móvil; en cambio la radio, la televisión, el telégrafo y el servicio postal han disminuido sus servicios, porque cada día gran parte de la población tienen más acceso a los servicios de manera electrónica; por lo cual algunos de estos medios han tenido que modificar sus estrategias de mercado.

En el caso del transporte, desde el punto de vista sustentable se debería de mejorar el diseño del sistema de transporte, por lo cual debe existir una descentralización de los núcleos de producción con el fin de que se pueda planear mejor la urbanización y vías de transporte.

(*) Ing. Químico,  gracia.jael.hernandez@pemex.com

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