Por: Diego Díaz Martín, Ileana Matos y Marycarmen Sobrino
Pssii, pssii… su caca por favor!
Cuánta satisfacción puede darnos un buen perro!. Son una de las mascotas preferidas por la mayoría, por ello su población es enorme. Pero esa simpatía no puede hacernos obviar que las calles de Caracas se han convertido en auténticos baños públicos de canes de las más diversas razas, los cuales, encubiertos cómplicemente por sus dueños, ensucian las aceras y ponen a riesgo nuestra salud sin que halla un pssii…. pssii… que valga para evitarlo.
¿Quién de nosotros no ha tenido que poner a prueba sus destrezas físicas al tener que esquivar decenas de montículos de todos los colores y olores en las calles de nuestra ciudad?. ¿Cuántos de nosotros no se han “cortado” con tales inmundicias, pese a andar con cuidado evitando tan desagradables encuentros?. ¿Cuántos ciudadanos no hemos llevado consigo este souvenir en nuestros zapatos en forma inconsciente, haciendo que propios y extraños volteen a mirarnos para saber si efectivamente hemos sufrido un accidente, o si por el contrario, tal olor nos pertenece?
Muchos de nosotros, que tenemos como mascota a un fiel perro, hemos caminado esquivando cada desagradable encuentro, pensando en lo afortunados que somos al haber educado a nuestro perro a utilizar su periódico o en un lugar que no cause problemas a los demás.
El problema es tan grave, que algunas Alcaldías del Distrito Capital promulgaron desde hace algún tiempo ordenanzas específicas para controlar esta situación, existen multas desde 38.000 hasta 116.000 Bs. o la obligación de trabajos comunitarios para el amo que deje en la vía pública los excrementos de su mascota, aunque para la opinión de algunos, tales resoluciones se hallan convertido en letra muerta, pues poco se hace por cumplirlas o hacerlas cumplir.
Solamente en limpieza, los Municipios gastan millones de bolívares al año en este oficio, mezclando todos los desechos encontrados en nuestras aceras, pues resultaría altamente costoso, separar los residuos orgánicos nauseabundos, de los materiales potencialmente reciclables o reutilizables.
En otros lugares del mundo, los amos salimos con una palita y una bolsa recogiendo los recuerdos que nuestras queridas mascotas dejan por doquier.
El paseo diario debe ser ameno y seguro
Lo primero que debe hacer el amo de un perro a la hora del paseo es asegurarse de que este lleva el collar con la placa de identificación y la que indique que está vacunado contra la rabia.
A esto debe agregarse la correa – para evitar que cruce las calles sin control y que pueda ser víctima de un accidente, así como para resolver con facilidad cualquier inconveniente con los perros que aparezcan por el camino- y la bolsa o el trozo de papel para recoger los excrementos, de forma tal de que el animal no gane una fama inmerecida que es responsabilidad del dueño.
El paseo permite al animal comunicarse con su entorno a través del olfateo y del marcaje de ciertas áreas. Por eso es fundamental la paciencia del dueño, que debe entender que no es justo apurar al animal, evitar que dedique unos minutos a oler el pie de un árbol o la pared de la esquina y no dejarlo “hablar” con otros congéneres que demuestren ser amistosos.
Lo ideal es que el perro salga de casa por lo menos dos veces al día. A primera hora de la mañana puede realizar un paseo rápido de unas 10 a 15 minutos de duración, y en la tarde un recorrido más largo, para aprovechar del tiempo del que dispone su amo.
Después de cada paseo el perro se sentirá relajado y aceptará con facilidad permanecer solo en el hogar durante el día, echarse tranquilamente junto al amo mientras este disfruta de la televisión y no inquietarse durante el tiempo que dura el descanso familiar.
¿QUÉ ES UNA MASCOTA?
En líneas generales una mascota es un animal cuyo modo de vida lo hace dependiente de los seres humanos para subsistir y que se convierte en un animal de compañía para el hombre
Un animal doméstico es aquel que se cría en compañía del hombre , y también depende de él para desarrollarse
Un animal silvestre es aquel que vive libremente y fuera del control del hombre en ambientes naturales
Una advertencia: LOS ANIMALES SILVESTRES NO SON BUENAS MASCOTAS
No importa cuanto empeño, amor o cuidados le prestemos a un animal silvestre en nuestro hogar, éste nunca será su propio hogar y ninguna de esas atenciones podrá suplantar su habitat natural. Monos, perezas, culebras, iguanas, arañas, caimanes, cocodrilos, loros y pericos silvestres, por listar algunos, no son buenas mascotas, ninguno de ellos u otras especies silvestres podrá alimentarse, reproducirse, crecer y desarrollarse con toda normalidad en nuestras casas, por el contrario, al no se encontrarse en su ambiente natural, corren grandes riesgos de estresarse, deshidratarse o intoxicarse, y frecuentemente mueren de tristeza o por problemas gastrointestinales.