Según las Normas Sanitarias de Calidad de agua Potable (G.O. N° 36.395), el agua debe cumplir ciertos requisitos microbiológicos, organolépticos, físicos, químicos e incluso radioactivos, por lo cual se siguen estrictos procesos para garantizar su calidad.
En opinión de Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS y fundador de la Asociación Venezolana para el Agua, “el vital líquido que consumimos en nuestras casas debe ser incoloro y el olor y sabor debe ser aceptable para la mayoría de los consumidores”. Uno de los parámetros más significativos es el cloro residual, cuyo valor máximo aceptable según la Norma es de 1 mg/l. Sin embargo en casos extremadamente excepcionales este valor puede ser de 3mg/l (no más de allí para evitar cualquier tipo de reacción desfavorable en la salud de los consumidores).
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