“Tu Casa no es Su Casa” es un programa educativo diseñado por Vitalis en el año 2002 para
promover la conservación de la biodiversidad, en particular de la fauna silvestre amenazada de
extinción debido al comercio ilegal.
Esta campaña resalta la importancia de mantener a la biodiversidad en sus ambientes naturales,
sensibilizando a la ciudadanía para evitar la compra de plantas y animales silvestres que son
comercializados en los distintos países, creando una gran presión sobre estas especies en sus
hábitats.
Los principios fundamentales de la campaña son:
En su hábitat natural, el animal o la planta silvestre encuentra todo lo que necesita. En nuestra casa, por mucho cariño, alimento y cuidados que se les brinde, en muy poca medida estaremos contribuyendo a su conservación.

En nuestras casas, estamos negando al animal o la planta su reproducción natural.

Los métodos de captura que utilizan los comerciantes de fauna son muy crueles con el animal, pues en algunas oportunidades destruyen árboles, nidos y pueden llegar a matar a la mamá, como es el caso de las perezas y los monos araguatos.

El saqueo de plantas silvestres, como orquídeas, bromelias, helechos y musgos, ocasiona la destrucción de sus hábitats naturales, incluyendo sus procesos ecológicos esenciales y fenómenos evolutivos asociados.

Mientras los trasladan y venden, 80% de los animales suelen morir por su mal manejo. En el caso de las plantas, menos de la mitad suelen sobrevivir.

En casa los animales silvestres suelen enfermarse, inclusive hasta ocasionarles la muerte, debido, entre otras causas, a la mala nutrición.
Algunos animales viven en parejas y otros son eminentemente gregarios. Por esta razón, apartarlo y confinarlo a una jaula acarrearía su tristeza o muerte.
Muchos animales silvestres son territoriales, por lo que requieren de espacios mínimos para sobrevivir mucho mayores a los de un apartamento o casa.

Difícilmente en un hogar se pueden reproducir la temperatura, humedad, suelos, vegetación y microfauna asociada a las plantas y animales silvestres. Las condiciones de un hábitat natural son muy específicas.

Aunque la tenencia no siempre está regulada, su comercio sí. Por ello, al adquirir un animal o planta silvestres, podemos convertirnos en cómplices de una empresa ilegal y depredadora.
La conducta de los animales es impredecible. Cualquier situación desconocida para ellos podrá generar un comportamiento agresivo.
Los animales silvestres pueden causar daños sin proponérselo. Solo están descubriendo y conociendo el nuevo medio, y pueden actuar en defensa propia.
