Por Yoliangel Rivas
Desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre de 2021, el Centro de Exposiciones de Glasgow, Escocia, fue el escenario donde se llevó a cabo la 26va Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático, conocida también como Cumbre del Clima, bajo la presidencia de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
El Informe especial sobre el calentamiento global de 1,5 °C, del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, aprobado en octubre de 2018, no es para nada esperanzador, pues pronostica que, de no limitar el calentamiento global a 1,5°C, los impactos y riesgos relativos a la climatología extrema, la pérdida de especies, la escasez de agua y alimentos, las muertes causadas por calor, los impactos oceánicos, las regiones polares, entre otros,serían alarmantes y catastróficos.
El objetivo general de la COP 26, bajo el liderazgo de Reino Unido, es “mantener vivos los 1,5 grados”. Se espera que los líderes mundiales y ministros reunidos en Glasgow demuestren su compromiso en la lucha contra el cambio climático, aumentando los niveles de ambición para que el mundo vuelva a ajustarse a los objetivos de temperatura del Acuerdo de París. Esta Conferencia pretende demostrar la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono, para lo cual es necesario que se tomen medidas a fin de reducir las emisiones, movilizar fondos e impulsar la adaptación y la resiliencia de manera más rápida y profunda. Mucho es el camino por recorrer y el tiempo apremia.
Para ello, es imperativo que los países desarrollados aumenten significativamente el apoyo financiero para ayudar a las naciones más vulnerables a adaptarse a los impactos del cambio climático y desarrollar economías que no dependan de los combustibles fósiles. Sin embargo, esto no será posible en el corto y mediano plazo. La financiación ofrecida por los países desarrollados en 2009 durante la COP 15, que destinaba 100.000 millones de dólares al año hasta 2020, oficialmente quedó retrasada hasta 2023. Es aquí donde el sector privado comienza a tomar un rol preponderante, ya que el pasado 3 de noviembre fue anunciado que “unas 500 grandes firmas financieras gestionarán 130 billones de dólares, alrededor del 40% de los activos financieros del mundo, a objetivos climáticos relacionados con el Acuerdo de París, incluyendo la limitación del calentamiento global a 1,5 grados centígrados”.
Muchas expectativas estan puestas en esta COP26, no sólo es preciso completar el código normativo necesario para garantizar la aplicación efectiva del Acuerdo de París. También, el aumento de la ambición es vital para esta COP, especialmente los mayores emisores del G-20, responsables de alrededor del 80 % de las emisiones mundiales.
De igual forma, es necesario el apoyo a los países en desarrollo y esto se relaciona directamente con el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares de los países desarrollados a los países en desarrollo. Sin el apoyo necesario no se podrán emprender las transformaciones necesarias para alcanzar el objetivo de 1,5 grados. Se está en un punto de quiebre: se acciona o se condena a la humanidad, de ese tamaño es la responsabilidad de los líderes actuales.
Si te interesó este artículo tal vez quieras revisar también este otro titulado “Cambio Climático ante el juez: el caso del siglo” Te invitamos también a capacitarte en nuestro campus virtual con el curso “Fundamentos del Cambio Climático“
___________________________________________
Yoliangel Rivas – Economista, Magister en Política Exterior, con Diplomado en Financiamiento Climático, Especialista en temas de negociación ambiental multilateral. Colaboradora de Vitalis. yrivas@vitalis.net