Por Diego Díaz Martín, PhD (*) @DDiazMartin
La creciente globalización de las comunicaciones y los nuevos tiempos ocasionados por el Covid19, dan la bienvenida al e-volunteering, una forma de voluntariado que por medio de internet, conecta las buenas voluntades y las mejores capacidades, con las múltiples necesidades sociales.
También llamado voluntariado digital, virtual o electrónico, el e-volunteering, se basa en la interconexión tecnológica del mundo moderno a través del ciberespacio, cultivando la empatía y trascendiendo las distancias físicas, para contribuir a forjar una sociedad más justa y solidaria.
Muchas de las habilidades y destrezas que los seres humanos ofrecemos a través del voluntariado, no se practican únicamente en las acciones de campo, con intervenciones directas en las comunidades, escuelas y ambientes naturales, entre otras. El desarrollo local, regional y global, también puede ser promovido por medio de acciones de alto impacto desde la comodidad del hogar o la oficina, en áreas tan diversas como las necesidades sociales que atiende.
Es común observar la disposición de muchas personas que se muestran interesadas en colaborar en la atención de algunos de los grandes desafíos que agobian el mundo. Ello es particularmente visible tras catástrofes como huracanes, sismos o pandemias como el coronavirus. Sin embargo, en la vida cotidiana, también surgen situaciones que requieren atención inmediata, algunas veces en lugares tan remotos que no encuentran la receptividad esperada por parte de la ciudadanía, bien sea por lo difícil de la movilización, carencia de suficiente información o por la dinámica horaria de un voluntario con sus responsabilidades laborales.
Afortunadamente, el voluntariado electrónico puede contribuir en gran medida a resolver problemas donde se planteen desafíos de traslados, horarios y otros factores dentro de una empresa, siempre y cuando se cuente con la conexión a la red y alto de tiempo para ayudar a la sociedad.
El e-volunteering podría generar acciones de extraordinario impacto. Por ejemplo, podría apoyar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, aportando el conocimiento profesional de los voluntarios a maestros y maestras en zonas rurales y otros grupos de comunidades en situación de pobreza. También podrían contribuir a fomentar iniciativas de auto-empleo, a combatir el hambre, a propiciar la seguridad alimentaria y la desnutrición, a transferir destrezas para el desarrollo de sistemas de captación de agua de lluvia o el desarrollo de huertos escolares, familiares o comunitarios, que mejoran la calidad de vida.
A través del cyber voluntariado, también se podrían compartir buenas prácticas con jóvenes emprendedores que deseen promover la eficiencia energética. conservar la biodiversidad, proteger los océanos o hacer un uso integrado de los recursos hídricos, por citar sólo algunos. Asimismo, en otras áreas, los e-volunteers podrían compartir habilidades en el diseño de páginas web, el manejo de redes sociales o simplemente enseñar a leer y escribir.
Los colaboradores de las empresas también pueden poner al servicio de la sociedad sus habilidades duras a través de este voluntariado a distancia. Por ejemplo, los abogados podrían aportar su conocimiento y experiencia para resolver dudas, orientar legalmente e informar a la ciudadanía sobre sus deberes y derechos. Por su parte, profesionales administrativos podrían ayudar a desarrollar habilidades de oficina, enseñar programas básicos de computación, capacitar a agricultores en zonas pobres a formular sus presupuestos y gestionar la venta de sus cosechas, o desarrollar una App para darle visibilidad a sus productos en los principales sitios de consumo.
Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos, en todas las edades, puede ser uno de los propósitos fundamentales del e-volunteering. Por esta razón, igualmente representa un canal factible para asesorar a las comunidades en el diseño y ejecución de sus propios proyectos de desarrollo y mejoramiento de calidad de vida, favoreciendo con ello el empoderamiento, la adquisición de conocimientos y el fortalecimiento de la capacidad de autogestión.
Un simple dispositivo conectando mentes y voluntades podría cambiarle la vida a muchas personas.
Promover y practicar el voluntariado electrónico, alegraría por igual tanto a quien generosamente aporta su tiempo y habilidades, como a quien con humildad lo recibe.
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(*) Biólogo, Maestro en Gerencia Ambiental y Doctor en Ingeniería. Especialista en Planeación Estratégica, Responsabilidad Social, Gestión Ambiental y Voluntariado Corporativo. https://www.linkedin.com/in/ddiazmartin/