El mundo clama por educación de calidad.

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(*) Por Maritza Acuña

Uno de los aspectos que definen la calidad de vida de los pueblos es el nivel de educación de sus ciudadanos. La educación es un componente fundamental para el desarrollo de las naciones.

La UNESCO, con la finalidad de garantizar que los Estados trabajen para ese logro, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha propuesto como objetivo 4 de la Agenda 2030: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos que se realizan en este sentido, la realidad es otra. En el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre el cumplimiento de los ODS, se destaca que:

El cierre de las escuelas han afectado 90 % de los estudiantes de todo el mundo (1.570 millones), provocando que más de 370 millones de niños se salten comidas escolares de las cuales dependen. Dada la falta de acceso a ordenadores y a Internet en casa, el aprendizaje remoto queda fuera del alcance de muchos.

Es por ello, que debe enfatizarse cada una de las metas asociadas con este ODS y puntualizar el desarrollo de proyectos y programas que permitan dar respuestas oportunas a las demandas. Este ODS consta de 10 metas que orientan a los países a lo largo de un camino transformador, hacia una agenda de educación sostenible que incluya estrategias pertinentes, tales como los planteamientos descritos a continuación.

Para conocer las necesidades referidas a las competencias en lectura y matemáticas de los niños y niñas, jóvenes y adolescentes, es necesario determinar el estado de conocimientos de estos segmentos. Es importante identificar un promedio de sus niveles para definir e iniciar las acciones para mejorarlas. Todos sabemos que las escuelas maternal y preescolar son básicas para el desarrollo de los niños y niñas. Por ello, ambos niveles deben ser potenciados en las áreas de salud, aprendizaje y bienestar psicosocial, por sexo. Siempre se ha considerado que las áreas instrumentales como son la lógico-matemática y la lectura, deben fortalecerse por medio de ejes temáticos, tales como ambiente y ciencias. Para tener claro qué leemos y analizamos en todo momento: ¿por qué no alfabetizar aprendiendo de nuestro ambiente y los problemas globales, nacionales y locales que atravesamos?

Existen innumerables maneras para aumentar la participación de jóvenes y adultos en programas de educación y formación respetando la igualdad y equidad de sexo. Algunas son: el voluntariado, el servicio comunitario, las pasantías y trabajos guiados en distintos tipos de organizaciones y la elaboración de tesis de grado, entre otras. Esto permite por un lado, sensibilizar a los jóvenes en labores relacionadas con la responsabilidad y protección ambientales y por otro, orientar la formación profesional vinculada al desarrollo sustentable.

Cada día es más urgente aumentar la proporción de jóvenes y adultos que adquieran competencias de tecnologías de la información y comunicación (TIC), A pesar de la brillantez de muchos jóvenes para adquirir destrezas en nuevas tecnologías, éstos deben poseer buenos equipos y campos de trabajo donde puedan desempeñarse. Adquirir experiencia los hará competitivos en un mundo globalizado. Esto se aceleró debido a la pandemia de Covid-19 y generó una nueva realidad, en la cual es necesario tener competencias para estudiar y trabajar por medio de las nuevas tecnologías. Cursos y talleres permanentes por áreas temáticas como lengua y literatura; ciencias naturales, matemáticas, artes y música, son necesarios y pertinentes para apuntar esta meta del ODS 4.

Por otro lado, es importante desarrollar programas de enseñanza para la sostenibilidad de acuerdo con las siguientes perspectivas:

1) Educación para la ciudadanía mundial global.

2) Educación para un desarrollo sostenible, incluyendo igualdad de género y derechos humanos.

Educar en valores ambientales y éticos, donde el respeto al ambiente y los seres vivos sean ejes transversales en la formación, garantizará que las nuevas generaciones serán actores en defensa de un mundo mejor.

Cada día más y más jóvenes y docentes requieren becas para apoyar su formación profesional. Iniciativas como el Programa de Formación de Jóvenes como Agentes de Cambio de la GIRH (Gestión Integral de Recursos Hídricos) de Vitalis y GWP Sudamérica, deben ampliarse hacia otros ámbitos ambientales como por ejemplo: energías alternativas, manejo de residuos y desechos sólidos, recuperación y protección de áreas verdes, economía circular, comunidades sostenibles y ecoeficiencia.

La capacitación permanente de los docentes de todos los niveles (primaria, secundaria, universitaria) garantizará que los estudiantes tengan una enseñanza de calidad. En definitiva la formación, asesoría y recursos para trabajar en diferentes formatos de educación a distancia o presencial incluidas, adquirir competencias y aplicar metodologías para uso educativo, relacionado al desarrollo sustentable son tareas de realización inmediata con miras hacia un mejor futuro.

El llamado es a innovar en propuestas transformadoras para una verdadera educación sostenible.

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(*) Maritza Acuña. Licenciada en Educación con Maestría y Doctorado en Educación Ambiental. Coordinadora General de ACE Pequeños Científicos. Presidente de Reconnecting With Your Culture Venezuela. Colaboradora de Vitalis Venezuela

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