Salud emocional y bienestar para el desarrollo sustentable.

Actualidad Ambiental / Agenda 2030 / Blog / ODS

(*) Por Ignacio Suárez

Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, es uno de los objetivos fundamentales de la Agenda de las Naciones Unidas para el 2030.

Este objetivo abarca muchos elementos, incluidos los relativos a la salud física, emocional y espiritual del individuo. De allí que sea tan importante que todos los seres humanos en el planeta, incluyendo el resto de los seres vivos, gocen de la salud necesaria para asegurar su bienestar.

Las personas están en el centro del desarrollo. No puede haber crecimiento y desarrollo sin personas sanas, por lo que la salud se convierte en un derecho humano fundamental para garantizar el funcionamiento de la sociedad. Mucho hemos avanzado en el mundo en la detección, prevención y atención de enfermedades que comprometen nuestra salud física, situación que se mantendrá con el avance de la ciencia y de las tecnologías asociadas.

No obstante, como experto en el manejo de emociones, reconozco también la importancia de la salud emocional en el logro de la satisfacción y paz individuales, fundamental para el bienestar de la sociedad. La salud física ya no es suficiente, sin bienestar emocional. De hecho, muchas enfermedades parten de un desbalance en sus sentimientos y emociones, o viceversa. Muchas emociones o sentimientos no tratados, derivan en enfermedad.

Si alguien pretende tratarse a sí mismo con cortesía, amabilidad y respeto, también puede aprender a tratar a los demás con cortesía, amabilidad y respeto. Esto es clave para la salud emocional de un individuo en la sociedad.

Cuando la gente oye hablar de “salud emocional”, suele pensar en el desarrollo personal y el conocimiento de uno mismo. En el mundo del desarrollo personal se habla mucho de la paz interior, la bondad y el respeto, pero puede ser difícil ver cómo se relaciona con los derechos humanos o con problemas globales como la pobreza y el hambre.

¿Y si pudiéramos basarnos en la idea de la salud emocional y la paz interior, no solo como una búsqueda individual, sino como una forma de mejorar nuestras sociedades? ¿Y si pudiéramos utilizar lo que estamos aprendiendo sobre la conciencia emocional para ayudar a las personas a llevarse mejor entre sí? ¿Cómo podría esto afectar a cosas como la seguridad nacional?

Necesitamos comprender mejor cómo funcionan las emociones y por qué son importantes. Tenemos que empezar a ver la salud emocional como un derecho humano básico, no solo como algo que nos hace sentir bien por dentro.

Es fácil perderse en los detalles de nuestra vida cotidiana. Son tantas cosas las que tenemos que hacer, atender y resolver, que puede ser difícil recordar por qué las hacemos. Sin embargo, algo que no podemos olvidar, es nuestra responsabilidad y compromiso con la presente y futuras generaciones. Es importante dar un paso atrás y mirar el camino recorrido de vez en cuando, para ver dónde encajan nuestras acciones en el gran esquema de las cosas y cómo estamos ayudando a la humanidad en su conjunto.

¿Qué podemos hacer para alinearlos con la sustentabilidad? ¿Qué debemos hacer para adoptar los valores y conductas necesarios para garantizar que las generaciones por venir, contarán con lo necesaria para asegurar su salud física y emocional?

Estas preguntas deberían estar en las agendas nacionales como prioritarias a responder. Tan importante es una gripa o un infarto, como una depresión. La mente y el cuerpo están directamente relacionadas y se afectan positiva o negativamente en una vía de doble sentido. Los factores psicológicos pueden contribuir al inicio o al agravamiento de una amplia variedad de trastornos físicos, como las enfermedades orgánicas, pueden afectar nuestro estado de ánimo, y nuestra forma de sentir y pensar.

Los Objetivos de Desarrollo Sustentable son un buen punto de partida para buscar un enfoque integrado e integral que incorpore condiciones físicas y mentales por igual, a fin de garantizar un mundo mejor para todos en 2030, en donde confluyan derechos humanos, salud emocional y paz espiritual por igual.

¿Qué podemos hacer?

El primer paso para ilustrar el objetivo 3 dentro de las agendas de desarrollo sustentables, es la concientización en torno al concepto y dimensiones de la salud. Si ignoramos nuestras propias emociones, éstas no desaparecen, sino que se agravan en nuestro interior hasta que explotan en forma de ira, estrés u otros sentimientos negativos.

Si les prestamos atención al equilibrio y paz de nuestra mente, en armonía con el funcionamiento de nuestro cuerpo, será más fácil vivir sin hacernos daño a nosotros mismos y a los demás.

Así como tenemos un solo planeta, cada uno de nosotros dispone de un solo cuerpo y mente que debemos cuidar. Con solo ser conscientes de nuestros propios estados internos, podemos llegar a ser grandes embajadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de salud y bienestar.

________________________________________________________________________________________________________________

(*) Ignacio Suárez, comunicólogo especializado en el Desarrollo Humano desde el subconsciente para mejorar conductas y hábitos con facilidad. Especialista en técnicas de comunicación efectiva, en particular, en medios electrónicos para no-expertos.

Vitalis top web white
Organización ambientalista internacional
sin fines de lucro