La cantidad de agua contaminada en América Latina sigue aumentando, pues la cantidad de este vital líquido en el planeta es finita, y alrededor de 70% de las aguas utilizadas en las ciudades, la industria y la agricultura, regresa a los ríos y lagos sin ningún tipo de tratamiento. Con ello se incrementan los riesgos de enfermedades, el deterioro de los suelos, y la diminución en la disponibilidad de agua potable.
Así lo dio a conocer Diego Díaz Martín, Director General para las Américas de VITALIS, quien señala que el problema no es exclusivo a la región latinoamericana, pues situaciones similares se presentan en África y Asia, donde en su conjunto, existen más de 300 millones de personas en riesgo de enfermarse producto de la mala calidad del agua.
Por ello el tema de la celebración de este 22 de marzo como Día Mundial del Agua, estará dedicado a resaltar la importancia de la reutilización y reciclaje de las aguas residuales del mundo, a fin de evitar que más de 80% de las aguas que utilizamos vuelvan a los ecosistemas sin ningún tipo de tratamiento.
El problema es tan grave que las Naciones Unidas han informado que alrededor de 1800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por material fecal, poniéndolas en riesgo de contraer el cólera, disentería, tifus o polio. El agua no apta para consumo humano, unido a pobres infraestructuras sanitarias y débiles hábitos de higiene, son la causa principal de al menos 842 mil muertes al año.
La organización no gubernamental internacional VITALIS y su organización afiliada en México ONGVitalis Latinoamérica, resaltan que el agua tratada de una forma segura es una fuente sostenible y asequible de agua y energía, así como para obtener nutrientes y otros materiales recuperables. Para Díaz Martín, no tratar las aguas residuales amenaza la producción de alimentos, destruye las fuentes de agua dulce, acelera el deterioro de los ecosistemas y hasta puede dañar las economías de los países más afectados.
La contaminación del agua alcanza alrededor de la cuarta parte de los ríos de América Latina, de 10 al 25 % de los ríos africanos y a la mitad de ellos en Asia.