Finalmente la COP21 de París terminó sus deliberaciones. La transición hacia un planeta más caliente parece irreversible, como también la determinación de los líderes del mundo a evitar que exceda los dos grados centígrados.
Tras un análisis de la resolución FCCC/CP/2015/L.9, a ser firmada y ratificada a partir del 22 de abril de 2016, los técnicos de VITALIS coinciden que los avances, aunque dudan de su posible implementación, si los países en desarrollo no asumen su compromiso indelegable con el futuro de la humanidad.
Tras los aplausos del acuerdo, la atmósfera de París es comparable a la de 1997 en Kioto, con la diferencia que esta vez la calidad y cantidad de información sobre el Cambio Climático es mayor. Sin embargo, no olvidemos los resultados del protocolo firmado en Japón, cuyos avances en la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) fueron muy poco significativos.
En la comunidad científica internacional hay consenso en que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, no solo para los convencidos, sino poco a poco, y cada vez más, para los escépticos.
Por ello la COP21 captó tanto la atención del urbe, presionada por una opinión pública mejor informada, liderada por un alto componente de las organizaciones civiles, algunos gobiernos, y los medios de comunicación social.
La decisión de París, firmada el 12 de diciembre, acordó que los gobiernos del mundo, en especial de los países desarrollados, deben esforzarse para que las emisiones de GEI dejen de aumentar “lo antes posible” y empiecen a reducirse “rápidamente”, aunque tales llamados no necesariamente están acompañados en el detalle de los cómo, quiénes y con qué.
La carga es repartida con los países en desarrollo, aunque en menor medida, quienes también deberán orientar sus esfuerzos a reducir el consumo de energías contaminantes, apoyados de los sistemas financieros internacionales a fin de impusar la reconversión energética.
Mientras tanto, el nivel de los mares y océanos sigue en aumento, al igual como la temperatura promedio del planeta.
Desde VITALIS estaremos muy pendientes de las acciones que emprendan los Estados Unidos, China, Rusia, India y Japón, además de Alemania, Australia, Sudáfrica, el Reino Unido y Corea del Sur. Tradicionalmente estos 10 países han sido considerados los que más contribuyen a la generación de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Por lo pronto, no nos queda sino esperar que cada quien asuma su compromiso y sepamos actuar y adaptarnos al inminente calentamiento global.