Este 22 de abril nuestro planeta celebra su día mundial enferma y confundida. Enferma pues son muchos los males que la afectan. Confundida, pues pese a las buenas intenciones de muchos gobiernos, las decisiones no vienen acompañadas con la debida acción y resultados que esperan sus ciudadanos.

Con el slogan “Nuestro turno de liderar” movimientos ecológicos, sociales y culturales de más de 185 países, centrarán la atención nacional e internacional en el único planeta que tenemos para sobrevivir, aunque algunos modelos de desarrollo y patrones de uso y ocupación insostenibles, quieran atentar contra su perpetuidad.

Pese a la crítica situación documentada en cientos de informes técnicos, los seres humanos seguimos reaccionado lentamente ante la compleja problemática ambiental, con lo cual se ha agudizado la disponibilidad de agua potable, el incremento del efecto invernadero, el deterioro de la capa de ozono, el número de niños y ancianos en situación de pobreza extrema, y la extinción de las especies, por citar sólo algunas de sus dolencias.

Algunos sectores, con intereses seguramente contrarios a la conservación, consideran alarmistas las posiciones de los ambientalistas.

Por su parte, los ecologistas estiman que la media de temperaturas globales de la superficie subiría entre 1,4 hasta 5,8ºC para finales de este siglo y, en materia de población, es muy posible que para el año 2050 se incremente alrededor de 3 mil millones de habitantes que demandarán más alimentos, agua, medicinas, vivienda, materias primas y energía.

Cifras del Banco Mundial señalan que 1400 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día, y el número de pobres se ha incrementado de 1,5 millones a 1,9 millones en los últimos 20 años. Sin embargo, 15 de los 24 servicios ambientales más importantes del planeta, y que mantienen la economía del mundo, han sido forzados más allá de sus límites de sustentabilidad.

Pese a su importancia para la producción de agua, más de 20 millones de hectáreas de bosques se pierden en el mundo anualmente, sin incluir las grandes extensiones que son degradadas por prácticas forestales destructivas, sobre aprovechamiento forestal, contaminación, sequías y minería. Todo ello contribuye a la extinción de un número significativo de especies, registrándose en la actualidad más de 21 mil en situación de amenaza.

En temas de salud, 27% de la población infantil en los países en desarrollo tiene un peso inferior al normal, lo que significa que cerca de 146 millones de niños y niñas están malnutridos, causa de la muerte de 5,6 millones de ellos al año.

Asimismo, aún persisten 900 millones de personas sin acceso a un servicio permanente y  confiable de agua potable,  a la vez que  alrededor de 3/5 partes de la población carecen de servicios apropiados de saneamiento.

Pese a que en los últimos 50 años, los seres humanos hemos transformado los ecosistemas más rápidos y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia de la humanidad, la respuesta de los gobiernos ha sido lenta y hasta cómplice, en especial de las economías más desarrolladas. Por ello los impactos ambientales negativos siguen avanzando para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, medicinas, agua dulce, madera, fibras y combustibles, con lo cual se genera una pérdida considerable de recursos naturales, en gran medida irreversible.

Para celebrar esta efeméride, VITALIS celebrará el día con el apoyo de diversas organizaciones como la Universidad Metropolitana en Venezuela y Anáhuac Cancún en México. Asimismo desarrollará diversas actividades en más de 35 locaciones de ambos países.

Nuestro planeta celebra su día mundial enferma y confunfida, efeméride que nos recuerda que tenemos sólo un lugar en todo el universo para sobrevivir.

Hagámosle un regalo al planeta asumiendo un comportamiento ambientalmente responsable que logremos mantener a perpetuidad.

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Organización ambientalista internacional
sin fines de lucro