Pese a que la naturaleza y el ambiente en general pueden cuidarse solos, el creciente y sostenido aumento de los problemas ocasionados por la especie humana ha hecho que hombres y mujeres se organicen para defenderlos.

Es así como surgen decenas de grupos ambientales no gubernamentales en el país, comprometidos con la conservación y el mejoramiento del ambiente, apoyados por Guardaparques, Guardafaunas y efectivos de la Dirección de Ambiente de la Guardia Nacional, la Armada y la Dirección de Vigilancia y Control del Ministerio del Ambiente, dedicados 24 horas al día a salvaguardar su integridad, para el beneficio de la presente y futuras generaciones.

Nunca suficientes, las organizaciones no gubernamentales y los funcionarios públicos, se distribuyen en casi todo el territorio nacional, comprometiendo con sus acciones la valoración del patrimonio natural de Venezuela, un tesoro saqueado por varias generaciones, pero que aún estamos a tiempo de conservar.

Cazadores furtivos temblad

Foto cortesía de la Dirección General de Fauna del MARN

En 1988 se estableció el primer cuerpo de Guardafaunas de Venezuela adscritos en la actualidad a la Dirección General de Fauna del Ministerio del Ambiente. Está integrado por profesionales y técnicos en las ramas de la biología, ingeniería de recursos naturales y otras carreras afines, quienes han sido entrenados para el manejo de animales silvestres, sobrevivir en áreas peligrosas, desarrollar labores de vigilancia y control e instruir expedientes, entre otras acciones.

Pese a que desde su creación han sido capacitados 153 guardafaunas, hoy en día sólo se encuentran activos 50, quienes tienen la noble misión de recorrer todo el territorio nacional, incluyendo lugares recónditos como El Congo Mirador, en la desembocadura del Río Catatumbo, realizando investigaciones y censos de babas, caimanes, manatíes, lapas, tigres, loros y guacamayas, cumpliendo funciones de guardería, impartiendo educación ambiental, inventariando la fauna venezolana y elaborando planes de manejo para la conservación de nuestros animales silvestres y acuáticos, particularmente en Refugios de Fauna Silvestre y Reservas de Fauna.

Protectores de los Parques Nacionales

Aquellas regiones que han sido protegidas por el Estado Venezolano por su belleza escénica natural, o por la flora de importancia nacional que en ellas se encuentran, se denominan Parques Nacionales, siendo sus principales garantes, los Guardaparques.

Aunque cada vez más escasos, estos funcionarios, adscritos al Instituto Nacional de Parques, poseen la noble misión y responsabilidad de velar por la conservación de los Parques Nacionales y los Monumentos Naturales, áreas protegidas que representan alrededor del 15% del territorio nacional.

Quien no recuerda a Sabas Nieves, cuya trayectoria le hizo merecedor de la honrosa distinción de un corredor para los miles de usuarios que visitan diariamente El Avila. Y ¿qué será de la vida de Críspulo?, veterano de muchas batallas, quien aún sigue aferrado a su profesión, abrigado en la exuberante vegetación del Guaraira Repano. Y es que cuando se es Guardaparques, se adopta una nueva forma de vida, donde se entrega todo, y algunas veces se recibe poco: presupuestos limitados que dificultan su gestión, salarios no acordes con su responsabilidad ante la sociedad y deficiencias de infraestructura que limitan sus labores.

Solo para dar un ejemplo, los crecientes cortes presupuestarios a INPARQUES (de la IV y V República) han llevado a esta institución a contar en la actualidad con alrededor de 340 Guardaparques para cubrir alrededor de 140 mil kilómetros cuadrados.

Ser Guardaparques implica apoyar las actividades de manejo y conservación para preservar nuestro patrimonio natural, informar a la ciudadanía sobre las bondades de los parques y sus necesidades de conservación, coordinar esfuerzos para garantizar el cumplimiento de las normas jurídicas que amparan estos ambientes y defender la naturaleza contenida en nuestros 43 Parques Nacionales y 22 Monumentos Naturales, las 24 horas del día, desde las extraordinarias y usualmente inhóspitas condiciones de los páramos, hasta las arenas blancas de Los Roques.

El Honor es su Divisa

Menos famosos que sus homólogos del Seniat o de la Dirección de Seguridad e Instalaciones en las empresas básicas, pero tan o más importantes en su misión, los funcionarios del Servicio de Guardería Ambiental de la Guardia Nacional desarrollan actividades orientadas a prevenir, vigilar, examinar, controlar, fiscalizar y reprimir las acciones u omisiones, que directa o indirectamente, sean susceptibles de degradar el ambiente y los recursos naturales.

Para ello cuentan con el respaldo de todas las unidades de tierra, aire o mar, a través de los Comandos Regionales, Vigilancia Costera y apoyo aéreo basado en la Carlota, en Caracas.

Entre sus principales funciones destacan el control de la circulación o movilización de especímenes animales y vegetales por todo el territorio nacional, incluyendo sus productos; la guardería de las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial; el apoyo al control y mitigación de actividades que degraden el ambiente y los recursos naturales, y la instrucción de expedientes, informes y actas.

Guardianes en Alta Mar

La Armada de Venezuela está llamada a garantizar la conservación de los recursos naturales y el ambiente marino en toda la zona económica exclusiva de Venezuela.

Para ello cuenta con una unidad de ambiente adscrita a la Comandancia General de Guardacostas, que apoyadas por diversos comandos como el Operaciones, patrullan nuestras aguas, velan por el cumplimiento de los acuerdos internacionales que protegen el medio marino, apoyan las investigaciones científicas, y custodian algunas áreas protegidas como el Refugio de Fauna Silvestre Isla de Aves.

El aporte de las ONGs

Una investigación realizada el pasado año por la Red de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela (Red ARA) evidenció la existencia de al menos 400 instituciones, abarcando desde organizaciones de base hasta asociaciones civiles, fundaciones privadas, redes y fundaciones empresariales.

De acuerdo con este estudio, el 54% de las ONGs ambientales fueron creadas en los últimos 10 años, pero que la presencia de estas organizaciones, nacidas del interés de los ciudadanos de agruparse para conocer y conservar el ambiente, data de finales de los años 30.

De todos los tamaños, y con las misiones más diversas, las ONGs han sido creadas para suplir en muchos casos las deficiencias de las autoridades para cumplir con sus responsabilidades ambientales. Como una real expresión de la sociedad, las hay técnicas, activistas, profesionales y voluntarias; también nacionales, regionales o locales. Algunas hasta han trascendido nuestras fronteras, sirviendo de referencia para organizaciones similares en otras latitudes.

Muchos han sido los aportes de las ONGS a los procesos de desarrollo del país, en los cuales destaca la educación ambiental, la participación ciudadana, la investigación científica, el manejo de las áreas protegidas, el derecho ambiental y más recientemente, como VITALIS, en la información y las comunicaciones.

Las brigadas y los brigadistas

Por aquello que los niños son el futuro del país, miles de pequeños se han unido a los esfuerzos de conservación en todo el país. Cientos de brigadas, algunas de las cuales han desaparecido a los pocos meses de ser creadas, han unido sus esfuerzos a las autoridades y las ONGs.

La mayoría pertenece a municipios sensibilizados con la variable ambiental. Otras, promovidas por grupos empresariales, han unido sus manos para luchar contra el ruido de las ciudades o disminuir la inadecuada acumulación de basura.

Desde Bomberitos voluntarios hasta guardaparquitos, los niños, apoyados por sus padres, están llamados a construir en futuro ambiental del país.

Recordemos que el Estado somos todos, y por muchos años se ha demostrado que los gobiernos por si solos, no es mucho lo que pueden lograr

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Organización ambientalista internacional
sin fines de lucro