Imagen: Cortesía de la NASA

Dra. Estela Cuna Pérez (@CunaEstela) (*)

Ing. Ronny Chacón (@DosGradosC) (**)

Ing. Luís Alejandro Padrino (@padrinoluisale) (***)


La selva amazónica es la más grande del mundo, constituye un importante sumidero de carbono que mitiga el cambio climático. Sus árboles producen un 20% de la cantidad de oxígeno que hay en la atmósfera de la Tierra, siendo vitales para frenar la emergencia climática y sostener los procesos hidrológicos que dan lugar al río más caudaloso y de mayor biodiversidad del mundo. 

Está poblada por grupos indígenas y de manera natural posee una alta humedad y por ende pocas probabilidades de incendios naturales. Los incendios en esta zona son en mayor parte provocados para favorecer actividades económicas (tala, minería, agricultura y ganadería). El cambio climático a su vez también podría estar favoreciendo el desarrollo de grandes incendios en la región amazónica, por los cambios en los patrones estacionales de las precipitaciones generando zonas de vegetación más secas y propensas a la combustión. 

Según el Instituto Nacional para las Investigaciones Espaciales (INPE) en 2018 se registraron menos de 40,000 incendios en Brasil y en lo que va del año 2019 (hasta el 20 de agosto) se ha roto el récord de incendios, se han registrados más de 72.800, un incremento de más del 80%, superando los registrados a la misma fecha para el año 2016 (año con registros más cercano a lo actual). 

En la región amazónica, los incendios son raros durante gran parte del año, por existir un clima húmedo, lo que impide su ignición y propagación, gracias a los periodos de lluvia, no obstante, los registros indican que, a la entrada del mes de julio y agosto, la actividad de incendios aumenta debido a la llegada de la estación seca, sumado a los factores ya indicados, llegando a un punto máximo a principios de septiembre.

Situación que se cumplió en este año. El satélite Aqua de la NASA, detectó aumento de la actividad, y mediante el espectro radiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) captura una serie de imágenes de varios incendios en los estados de Rondonia, Amazonas, Pará y Mato Grosso el 11 y 13 de agosto, lo que genera la alarma.

Los efectos de los incendios van mucho más allá de la zona quemada. El humo, los aerosoles y las partículas en la atmósfera se extienden por otras partes de la región, afectando a varios países.

Por ejemplo, el monóxido de carbono, un gas altamente tóxico que agrava enfermedades respiratorias e incluso causa la muerte cuando se respira en niveles elevados. Es originado por una combustión incompleta resultado de los incendios, es llevado por los vientos a grandes distancias y sus efectos ya se observan desde la costa del océano Pacífico a la del océano Atlántico.

Sin dejar de perder de vista que en lugar de amortiguar el calentamiento global (secuestrando CO2 atmosférico), la quema de sus árboles está liberando miles de toneladas de CO2 a la atmósfera, favoreciendo el calentamiento global, constituyéndose en una catástrofe de alcance mundial. 

El área afectada por incendios y deforestación en la selva amazónica siguen una tendencia cada vez más acelerada desde hace décadas. Son muchos los que apuntan al presidente brasileño Jair Bolsonaro como responsable de la situación, se le acusa de haber flexibilizado los controles en la Amazonía desde su llegada al poder, lo que estarían utilizando tanto las industrias madereras como ganadera para atacar la selva más importante del mundo. Se le acusa de favorecer la deforestación con políticas que anteponen el desarrollo económico a la conservación del planeta y no tener ninguna intención de cambiarlas.

En Bolivia la situación es algo similar, Evo Morales en julio del presente año modifica el Decreto Supremo 26075, quedando autorizado el desmonte y quema con fines productivos en áreas de los departamentos amazónicos de Santa Cruz y Bení, perdiéndose bosques de gran importancia.

El Amazonas sobrevivirá, lo ha hecho en el pasado a pesar de que año tras año, las omisiones y malas prácticas afectan su recuperación y conservación, donde sin lugar a duda, todos recibimos las consecuencias, quedando en este aire lleno de humo y cenizas las preguntas ¿hasta qué punto podrá aguantar? ¿Será demasiado tarde?


 (*) Dra. en Ciencias Biológicas. Bióloga, con Maestrías en Ciencias del Mar y Limnología y en Educación Ambiental.  Directora de Educación y Sustentabilidad de Vitalis México. ecuna@vitalis.net.


(**) Ingeniero Ambiental. Experto Forense. Profesor Universitario en la UNET, cátedra de Gestión Ambiental. Asociado en Vitalis Venezuela. rchacon@vitalis.net


(***) Ingeniero Agrónomo. Candidato a Especialista en Liderazgo, Cambio Climático y Ciudades. CEO del Grupo Ambing. Asociado en Vitalis Venezuela. apadrino@vitalis.net.

Lee más notas como esta

Y comparte para dar visibilidad lo que pasa en el Planeta

¿Quieres poner tu granito de arena en esta lucha?

Dona para colaborar con nuestra labor