(*) Por Enrique Martínez

El pasado 20 de septiembre se celebraron jornadas de limpieza y clasificación de residuos sólidos en las costas venezolanas, en conmemoración del Día Mundial de las Playas. Estas actividades contribuyeron a la renovación de litorales más limpios y atractivos, que invitan a la visita turística en armonía con un entorno saludable. Acciones como estas nos motivan a reflexionar sobre el estado integral de las aguas que bañan nuestras costas, las cuales son disfrutadas para el esparcimiento y constituyen fuente de sustento para pescadores y recolectores de frutos del mar.

Si bien se han realizado importantes esfuerzos para mantener las playas libres de desechos, es fundamental avanzar aún más en la protección de nuestros espacios acuáticos, que reciben impactos variados como descargas directas de aguas residuales, escorrentías agrícolas, derrames accidentales de hidrocarburos, así como residuos sólidos y microplásticos. Este panorama subraya la oportunidad de fortalecer iniciativas que promuevan la salud pública y el equilibrio de los ecosistemas marinos mediante soluciones integrales y sostenibles.

Ante los retos particulares que enfrentan las zonas costeras, donde la disponibilidad de agua es limitada en comparación con otras regiones del país, se abren oportunidades para implementar soluciones innovadoras y adaptadas, incluyendo sistemas más eficientes y amigables con el ambiente. Estas iniciativas pueden complementar y fortalecer el acceso al agua potable y saneamiento, pilares esenciales para el bienestar urbano y rural.

En este contexto, valorar el agua residual como un recurso con potencial para distintos usos —como el turismo sostenible o la agricultura— abre una ventana para convertir los desafíos ambientales en proyectos de desarrollo y conservación. Además, frente a los impactos del cambio climático que afectan la disponibilidad hídrica, es aún más relevante promover el uso responsable y la innovación tecnológica para garantizar el agua que requieren las comunidades y los ecosistemas.

El camino hacia un futuro saludable y sostenible pasa por el trabajo conjunto entre sociedad, autoridades y organizaciones, impulsando mejoras en el tratamiento y cuidado del agua. Desde la adopción de tecnologías adaptadas hasta la formación de conciencia ciudadana sobre la importancia de este recurso vital, cada acción se suma a un esfuerzo colectivo.

Así, podremos disfrutar plenamente de nuestras costas, conservar la biodiversidad marina y construir un bienestar duradero para las generaciones que vienen, transformando el desafío ambiental en una oportunidad para el desarrollo y el compromiso colectivo.

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(*) Biólogo con maestría en Ecología, especializado en estudios ambientales y manejo de recursos naturales, con sólida experiencia en investigación aplicada y proyectos de conservación. Actualmente asociado al Proyecto “Nuestras Costas, Nuestro Futuro”. Contacto: emartinez@vitalis.net

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