Es muy común escuchar la expresión “desastres naturales”, frase errada tomando en consideración que la ocurrencia de un desastre lleva implícito una condición antrópica (originada por los seres humanos). Lo que si existen son fenómenos naturales (amenazas) que al encontrarse de frente con las vulnerabilidades de la población, originan los riesgos ambientales.
Hoy en día lo correcto es hablar de desastres socio naturales, y lamentablemente estos afectan más a los pobres debido a que las zonas populares son las menos planificadas, con mayor densidad de población, viviendas mal construidas y en terrenos expuestos al riesgo. Sin embargo, al momento de ocurrir una tragedia, las personas prefieren culpar a la naturaleza antes de detenerse a pensar que la tragedia pudo ser ocasionada por ellos mismos.
Culpar de nuestros errores a fenómenos como “El Niño”, es más que un error. El modelo de desarrollo que estamos adoptando cada vez nos hace más pobres y más vulnerables porque estamos abusando de la naturaleza, lo que desencadena fenómenos más intensos, con las consecuentes pérdidas humanas y materiales.
Los fenómenos naturales no dejarán de ocurrir, pero lo que si podemos cambiar es nuestra cultura de riesgo. Es indispensable que las comunidades “ricos y pobres” adopten herramientas básicas como la planificación que les permita conocer lo que les puede afectar, aumentando en este sentido su capacidad de respuesta.
Yazenia Frontado, Coord. de Proyectos de VITALIS