Lenin Carranza Torruco *
El Agua es un bien estratégico más valioso que el petróleo, porque sustenta la vida.
No se equivocan quienes aseguran que la tercera guerra mundial será por el agua, ya que es un derecho universal. Sin embargo, su disponibilidad está sesgada por factores como la contaminación, la manipulación económica y las políticas públicas. Con el crecimiento de las poblaciones, su uso aumenta, convirtiéndola en un bien estratégico para las naciones.
La creciente demanda de agua para la agricultura, la industria y el consumo doméstico acota el crecimiento económico a las zonas con abundancia. Para el caso de México, cada administración gubernamental establece en el Plan Nacional de Desarrollo, la Gestión Integral de los Recursos Hídricos en sus diferentes niveles, pero son planes a corto plazo.
La precaria planificación y sobre todo la carencia de educación ambiental, dentro de las políticas públicas, limita el tratamiento de aguas residuales y consecuentemente su reutilización. Esta falta de conciencia colectiva para el manejo y uso adecuado del agua dulce, genera desperdicios, daños a la salud y al medio ambiente, que al final inciden en gastos para mitigar las consecuencias.
En la Constitución Política de México está claramente definido el marco legal en materia de Aguas (Art. 27) y las Leyes que de ella emanan, su reglamento para la explotación, uso y aprovechamiento, así como su distribución y control. Sin embargo, el tema de la privatización que busca modificar la Ley de Aguas Nacionales y la Ley Federal de Derechos para que privados controlen y cobren por la prestación del servicio, es un tema que nos atañe a todos como ciudadanos y que no podemos dejar pasar por alto. Ni siquiera hemos sido capaces de administrar adecuadamente tan valioso recurso, pero ya lo pretenden privatizar.
Estamos obligados a participar en la búsqueda de soluciones y alternativas de crecimiento y desarrollo sustentable, orientadas a la preservación del medio ambiente de forma integral, que además consideren mitigar y reducir el impacto de nuestras actividades sobre los recursos hídricos.
Sus propuestas y comentarios son bien recibidos, porque estoy convencido que trabajando juntos podemos, alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
El agua es un bien estratégico más valioso que el petróleo, porque sustenta la vida. En la especie humana radica la posibilidad de disfrutarla a perpetuidad.
(*) lctorruco@gmail.com.
Fuente de la imagen del agua: Aizpun