Por Diego Díaz Martín, VITALIS
Los mosquitos transmisores del Dengue son insectos con un ciclo de vida relativamente corto, que puede llegar hasta 40 días en promedio, dependiendo de las condiciones donde habite. A diferencia de otros parientes, prefiere las aguas blancas donde se reproducen con una facilidad impresionante, y no en las aguas negras y contaminadas como mucha gente piensa.
Baldes, poncheras, platos de macetas, pipotes, floreros, aires acondicionados, neveras, ollas, tanques y demás artículos y equipos de uso cotidiano en nuestros hogares son sus favoritos para multiplicarse. Allí la hembra deposita entre 250 y 500 huevos, de los cuales pueden salir las larvas en apenas pocos días o en seis meses, cuando las condiciones de humedad del ambiente así lo permitan. De allí que su aparición se intensifica con la llegada de las lluvias, aunque el mosquito está presente en nuestro entorno cercano durante todo el año.
Su ámbito de acción es básicamente doméstico; desde un closet hasta debajo de la cama. De hecho, permanecen en un espacio que pocas veces excede los 100 metros de distancia de nuestros hogares, con lo cual garantizan la reproducción de las hembras, basada en su alimentación de sangre humana. Por su parte, los machos se nutren del néctar de algunas flores. Se encuentran en diversas altitudes, prefiriendo aquellas regiones por debajo de los 1.200 metros.
Las hembras contaminadas por el virus del dengue pueden picar a los seres humanos hasta un promedio de 15 a 30 veces durante su vida, independientemente del lugar de la casa donde se encuentren, pues poseen sofisticados sistemas para detectar la temperatura corporal humana y así asegurar su alimentación. Aunque independientes de la hora del día, prefieren atacar a sus víctimas en horas de la mañana y al final de la tarde. Su saliva sirve al mismo tiempo de anticoagulante y anestesia, con lo cual se facilita la picadura, y por ende, la transmisión del virus de la enfermedad. Esta saliva es la principal responsable de la reacción inflamatoria que provocan en nuestra piel al picar. En respuesta a esta agresión externa, nuestros mastocitos, células encargadas de la reacción alérgica, vacían su contenido de histamina, junto con otros mediadores de la inflamación. Al contrario de lo que parece, la roncha que apreciamos en la zona de una picadura es una respuesta corporal más que la agresión del insecto en sí.
La transmisión del virus del Dengue de mosquito a mosquito puede realizarse inclusive de una generación a otra, a través de los huevos. Es decir, una hembra infectada que se reproduce, invariablemente contaminará su descendencia.
Es importante hacer notar que el Dengue, no se transmite directamente de una persona a otra. Los enfermos suelen infectar a los mosquitos desde el día anterior hasta el final del período de fiebre que es, en promedio, de unos cinco días. El mosquito comienza a infectar de 8 a 12 días después de alimentarse con sangre, y así continua durante toda su vida.
El Problema
Este mosquito existe en más de 100 países del mundo, con lo cual al menos 2.500 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad. En nuestro país, de acuerdo con el último boletín de alerta del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, se han registrado más de 20 mil casos, que le confieren un carácter epidémico a su ocurrencia en el país, detectada una vez más, sin avances para minimizar su incremento a nivel nacional, y duplicándose en comparación con las cifras del pasado año.
Los datos están actualizados hasta la semana 30 del año 2001, son los siguientes:
FUENTE: MINISTERIO DE SALUD Y DESARROLLO SOCIAL
|
¿Cómo evitar ser contagiado?
El único método disponible en la actualidad para prevenir la enfermedad es controlando la presencia del patas blancas en el ámbito familiar, así que:
Coloque mosquiteros para evitar ser picado
Utilice repelentes, particularmente aquellos de alta duración y efectividad
Evite mantener envases de agua destapados, tales como poncheras, ollas, floreros, tobos, pipotes y tanques. Asegúrese también que los aires acondicionados, neveras y demás electrodomésticos con un alto consumo de humedad no se hayan convertido en criaderos de mosquitos.
En caso que su casa o comunidad se encuentre altamente invadida de mosquitos, coordine con las autoridades locales y del Ministerio de Salud y Desarrollo Social la fumigación de su hogar y las zonas vecinas. Aunque este método sólo elimina los adultos, ha probado ser muy efectivo en la eliminación de los vectores, y la disminución de la aparición de la enfermedad.
Pregunte a las autoridades cómo eliminar las larvas existentes en los cuerpos de agua. Algunos insecticidas pueden ser muy útiles en este proceso, pero debe usarse concientemente, pues el remedio, puede ser peor que la enfermedad.
Diríjase a su médico en caso de cualquier síntoma asociado a la enfermedad, como fiebre alta de tres a cinco días, dolores intensos de cabeza, dolores en los huesos, pérdida del apetito, erupciones y alteración del sistema gastrointestinal, entre otros.
Medidas para mitigar la enfermedad
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las medidas para mitigar la enfermedad comprenden:
Preventivas:
Educación ambiental y sanitaria que incluya la destrucción de los criaderos y la protección contra la picadura de los insectos.
Monitoreo de la cantidad de mosquitos existentes en una determinada localidad
Curativas y de control:
Reporte a las autoridades de cualquier foco epidémico.
Aislamiento y tratamiento del enfermo, para garantizar su pronta recuperación, disminuyendo la posibilidad de que otros miembros del ámbito familiar sean contagiados.
Documentación de los casos: quién, dónde y cuándo se contagió.
Tratamiento médico específico.
Internacionalmente:
Cumplimiento de los acuerdos transnacionales destinados a evitar la propagación de la enfermedad por personas, monos y mosquitos, y su traslado por barcos, aviones o medios de transporte terrestre desde las zonas donde existe infección.
Resulta impostergable que los gobiernos regionales y locales, en coordinación con el ejecutivo nacional, amplíen sus estrategias educativas durante la temporada de sequía, de forma tal de prevenir las consecuencias y no sólo unir esfuerzos en la emergencia. Se requieren campañas de información y concienciación de la colectividad para evitar la presencia del mosquito, y así minimizar las posibilidades de contagio.